El tri¨¢ngulo de arma corta s¨®lo tiene un v¨¦rtice
Star y Astra han cerrado sus centenarias puertas y s¨®lo contin¨²a Fabrinor, una SAL creada por 60 antiguos trabajadores de la vitoriana Llama Gabilondo
El sector vasco y espa?ol de arma corta, hist¨®ricamente ha tenido tres v¨¦rtices. El tri¨¢ngulo formado por las empresas Astra, en Gernika (Vizcaya); Llama Gabilondo, en Vitoria, y Star, en Eibar (Guip¨²zcoa) ha pasado a mejor vida despu¨¦s de cien a?os de historia en los que se repartieron el mercado nacional de arma corta para dotar a los cuerpos de seguridad del Estado de pistolas y rev¨®lveres. S¨®lo ha sobrevivido la vitoriana Llama Gabilondo, que mantiene su actividad a trav¨¦s de una nueva Sociedad An¨®nima Laboral (SAL), Fabrinor, que han constituido 60 antiguos trabajadores.
En los cr¨ªticos a?os noventa conoci¨® los n¨²meros rojos este sector. Ni siquiera el plan 3-R del Gobierno vasco para reflotar empresas y ajustar sectores pudo encauzar una actividad ya tocada. A?os de progresiva reducci¨®n de las ventas en el mercado interior, a golpe de leyes restrictivas y de recortes presupuestarios, y el escaso desahogo que proporcionaba el mercado exterior, produjeron una deuda acumulada de varios millardos.
Fabrinor produce 20.000 armas cortas anuales y factur¨®750 millones de pesetas el a?o pasado -
Al derrumbe del sector contribuy¨® tambi¨¦n Bill Clinton. La llegada del dem¨®crata Clinton a la presidencia del mayor mercado mundial del arma corta caus¨® p¨¢nico a los fabricantes que, previendo la restricci¨®n de su actividad, trabajaron al m¨¢ximo de su capacidad. Con los almacenes y la cadena de distribuci¨®n repletos, result¨® que la reforma legal en EE UU no fue tan dr¨¢stica y llegaron las rebajas y las consecuentes ca¨ªdas de ingresos.
'Hubo un intento de reconversi¨®n del sector, pero no fructific¨®. La soluci¨®n hubiera sido crear una ¨²nica empresa que recogiera las tres marcas, pero eran sociedades familiares en tercera o cuarta generaci¨®n, ya en manos de gestores, y los condicionantes sindicales pesaron much¨ªsimo', recuerda Ignacio Quintana, ex gerente de Llama Gabilondo.
Quintana a?ade que en la d¨¦cada de los noventa, la empresa, suministradora oficial del Ej¨¦rcito, vend¨ªa unas 500 pistolas de las 20.000 o 25.000 que fabricaba a este cuerpo armado. 'En los noventa, el a?o que m¨¢s vendimos al Ej¨¦rcito, les vendimos 1.000 pistolas', asegura el ex gerente de la empresa alavesa.
A mediados de los noventa, las fabricantes vascas de arma corta han vivido una agon¨ªa que ha terminado con el tiempo con un ¨²nico superviviente del tri¨¢ngulo empresarial. La eibarresa Star-Bonifacio Echevarr¨ªa, fundada en 1905 por los hermanos Juli¨¢n y Bonifacio Echevarr¨ªa, cerr¨® sus puertas en julio de 1997. Ese mismo a?o tambi¨¦n falleci¨® la querniquesa Astra, Unceta y C¨ªa, despu¨¦s de casi 100 a?os de historia.
La ¨²ltima en cerrar ha sido la vitoriana Llama Gabilondo, que, curiosamente, era el patito feo del grupo. En 1992 suspendi¨® pagos esta empresa vitoriana, que ha hecho malabarismos para permanecer viva hasta enero de 2000, cuando present¨® la quiebra definitiva. Pero para entonces hab¨ªa tenido tiempo de otear una soluci¨®n para dar continuidad a la actividad y al trabajo pendiente.
La actividad se ha mantenido a trav¨¦s de la SAL Fabrinor, que han constituido 60 trabajadores de Llama Gabilondo con la idea de seguir trabajando en la fabricaci¨®n de pistolas y de rev¨®lveres y en piezas de microfusi¨®n, una divisi¨®n pobre pero que ha permitido afrontar los a?os duros de la armer¨ªa.
La operaci¨®n ha sido complicada y ha contado con el apoyo de la Diputaci¨®n de ?lava, que se qued¨® con los terrenos de Fabrinor por las deudas acumuladas de la sociedad. La diputaci¨®n subast¨® los terrenos y los adjudic¨® a un promotor a precio bajo a cambio de que los nuevos due?os del terreno permitieran a los trabajadores accionistas seguir trabajando en las instalaciones de Llama Gabilondo hasta que terminen las obras de la nueva f¨¢brica.
As¨ª que, aunque la empresa ya no existe y los terrenos ya tienen nuevo due?o, los 60 trabajadores accionistas de Fabrinor contin¨²an en el mismo sitio. A finales del pr¨®ximo a?o est¨¢ previsto que los socios y los otros 20 trabajadores contratados de la nueva empresa se trasladen a las nuevas instalaciones en el pol¨ªgono de Gojain, en Legutiano (?lava), donde han invertido en edificio y maquinaria 750 millones de pesetas.
Los 109 millones de pesetas de capital de Fabrinor los han aportado los 60 trabajadores de las indemnizaciones por desempleo que han recibido y de sus propios ahorros. 'Como Llama Gabilondo no ten¨ªa liquidez para pagar los 270 millones de indemnizaciones a los trabajadores, se les abon¨® en activos, con la maquinaria de la empresa, y con el dinero l¨ªquido que recibieron del Inem y de las aportaciones de Fogasa', explica Quintana.
Fabrinor, que el a?o pasado factur¨® 750 millones de pesetas, produce 20.000 armas cortas cada a?o. La mayor¨ªa son pistolas. El 85% de la producci¨®n se destina al mercado estadounidense, mientras el 15% restante se reparte entre numerosos pa¨ªses y tambi¨¦n, en una porci¨®n m¨ªnima, se vende al Ej¨¦rcito espa?ol.
Fabrinor es la que m¨¢s visos de futuro tiene, pero no ha sido la primera del sector en intentar la continuidad. Un a?o despu¨¦s de que cerrara la eibarresa Star Bonifacio Echeverr¨ªa, un grupo de 50 trabajadores capitalizaron tambi¨¦n las indemnizaciones por desempleo y abrieron Astar Sal, una nueva f¨¢brica en Amorebieta para fabricar pistolas y escopetas. Recientemente, Astar Sal ha presentado la quiebra con continuidad.
Fabrinor, que se ha tomado m¨¢s tiempo para dar un paso adelante, est¨¢ dise?ando un plan estrat¨¦gico en el que quiere dar un impulso fuerte a su divisi¨®n de microfusi¨®n para conseguir exportar el 25% de las peque?as piezas que fabrica para todo tipo de industrias.
La microfusi¨®n, que naci¨® para fabricar piezas para las pistolas y rev¨®lveres y posteriormente comenz¨® a trabajar para otros sectores, ha sido la tabla de salvaci¨®n en los a?os m¨¢s duros de Llama Gabilondo. Hoy, ya supone el 50% de la facturaci¨®n de Fabrinor, que obtiene el resto de sus ingresos de la fabricaci¨®n de arma corta.
Artesan¨ªa en Barcelona
Hablar de sector de arma corta parece un anacronismo, aunque Fabrinor no sea la ¨²nica empresa que fabrica pistolas en Espa?a. Hay otra sociedad, DC Custom Armeros, que lleva desde 1911 fabricando en Ripollet (Barcelona) armas cortas de alta tecnolog¨ªa y precisi¨®n. Sus pistolas SPS, fabricadas artesanalmente, se dirigen al mercado armero deportivo de ¨¦lite. Con este arma, que cuesta 270.000 pesetas, casi cuatro veces m¨¢s que una pistola convencional, se han ganado los campeonatos europeo y mundial de tiro, celebrados en Grecia y Filipinas, respectivamente. DC Custom factur¨® durante el ejercicio pasado 90 millones de pesetas, mayoritariamente con su pistola deportiva, aunque comercializa tambi¨¦n una versi¨®n policial, que est¨¢ vendiendo a los cuerpos de guardias municipales.
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