Muehlegg logra el primer oro espa?ol en unos mundiales de esqu¨ª
'Juanito' gana el primer t¨ªtulo para Espa?a en el marat¨®n de 50 kil¨®metros
Johann Muehlegg volvi¨® ayer a tocar el cielo helado en los Campeonatos del Mundo de esqu¨ª n¨®rdico, en Lahti (Finlandia). Ya s¨®lo le queda el ol¨ªmpico en 2002 en Salt Lake City (Estados Unidos). La temporada pasada se impuso en la Copa del Mundo, el circuito de la regularidad, tras 21 etapas en distintas distancias, y este a?o ha logrado otra meta en una competici¨®n en la que cada prueba no permite enmendar los fallos.
Pese a llegar convaleciente de una gripe que merm¨® sus enormes fuerzas, se recuper¨® para seguir aumentando su gloria. Empez¨® subiendo al podio el d¨ªa 17 para recibir la medalla de plata en los 20 kil¨®metros y ayer alcanz¨® la cima con el triunfo en el marat¨®n de los 50 kil¨®metros, la prueba m¨¢s larga y legendaria del mundo n¨®rdico, como sucede en el atletismo. No ha nacido en Soria como Abel Ant¨®n, pero su reconversi¨®n espa?ola, tras nacionalizarse el 12 de noviembre de 1999, ha sido clave. Con Espa?a ha conseguido los ¨¦xitos y ha demostrado que es un gran campe¨®n pese a su heterodoxia.
Muehlegg gan¨® en poco m¨¢s de dos horas (2.05.27,2), en un circuito de 12,5 kil¨®metros al que se daban cuatro vueltas y con dos zonas de subidas bastante duras. Pero lo m¨¢s asombroso del triunfo de Juanito, como se le conoce desde el a?o pasado, no fue ganar a una velocidad media cercana a los 25 kil¨®metros por hora, sino soportar las baj¨ªsimas temperaturas. Mueh-legg, que se quit¨® pronto las gafas protectoras, acab¨® con s¨ªntomas de congelaci¨®n en el ojo derecho. 'Tengo un problema importante y quiz¨¢ deba ir al hospital', dijo. A las nueve de la ma?ana, los term¨®metros marcaban entre -22 y -24 grados. Los 30 kil¨®metros femeninos tuvieron que ser suspendidos porque la Federaci¨®n Internacional no permite competiciones por debajo de los 20. Los 50 masculinos se aplazaron tambi¨¦n una hora porque a las 11 a¨²n hab¨ªa -19,2. La salida, de medio en medio minuto, se dio a las 12 con -16 y un sol m¨¢s que enga?oso.
Muehlegg s¨®lo dej¨® opciones en los primeros kil¨®metros. A los 2,5 iba el cuarto, pero s¨®lo a 7,1 segundos del sueco Elofsson, el ganador de los 15 y los 20, que demostraba su calidad en las distancias m¨¢s cortas antes de acabar descolgado, sexto, a 3m 24,7s del espa?ol. Segundo era el italiano Pietro Piller Cottrer, largo tiempo en esa posici¨®n, pero tambi¨¦n hundido al final, octavo, a 4m 24,8s y con ca¨ªda inclu¨ªda, exhausto, a un metro de la meta. S¨®lo se iba a mantener tercero, medalla de bronce, a 2 m 1,2s, una de las sorpresas, el joven ruso Sergei Krianin. No estaba en el grupo rojo -el de ¨¦lite, iniciado por Cottrer-, pero fue pronto mejor referencia que su veterano compatriota Prokurorov e incluso que Nitrisjin, otra revelaci¨®n, que ser¨ªa cuarto, a 3m 3,1s.
Muehlegg se puso ya en cabeza al paso por el segundo control de los 10,2 kil¨®metros, con s¨®lo ocho d¨¦cimas de segundo sobre Cottrer. Desde ah¨ª no hizo m¨¢s que exhibir su potencia. A los 18,4 kil¨®metros le sacaba ya 16 segundos al italiano. A los 25, a mitad de carrera, 30,1. A los 30,9, 42,4. Como un metr¨®nomo, le iba quitando una media de dos o tres segundos por kil¨®metro. A los 36,3, con 1m 1,2s ya sobre Cottrer, caz¨® a su ex compatriota, el alem¨¢n Rene Sommerfeldt, que hab¨ªa salido dos minutos antes que ¨¦l y que le deber¨¢ estar eternamente agradecido porque se peg¨® a la locomotora Muehlegg y eso le llev¨® nada menos que a la medalla de plata.
Juanito s¨®lo flaque¨® en una de las ¨²ltimas subidas, a 1,5 kil¨®metros de la meta, y Sommerfeldt le pas¨® -por eso cedi¨® algo menos de los dos minutos en la meta, 1m 56,2s) y tir¨® entonces de ¨¦l. Pero ni hac¨ªa falta ya. A un kil¨®metro de la meta, Muehlegg ya estir¨® el brazo derecho para saludar y celebrar su victoria. Despu¨¦s lo hizo muchas veces y salt¨® de alegr¨ªa. Hasta en el podio, donde s¨®lo par¨® mientras son¨® la versi¨®n larga del himno espa?ol, pero tampoco pudo evitar que su labio inferior se moviera de fr¨ªo, emoci¨®n y esfuerzo.
La versi¨®n puramente espa?ola fue m¨¢s modesta: Juan Jes¨²s Guti¨¦rrez qued¨® el 17? y Haritz Zunzunegui el 30?.

Un fichaje afortunado
El b¨¢varo Johann Muehlegg se ofreci¨® a la Federaci¨®n Espa?ola tras un largo enfrentamiento con la de su pa¨ªs de nacimiento, Alemania, y ha sido una de las nacionalizaciones m¨¢s rentables, con la atleta Niurka Montalvo o la nadadora Nina Jivan¨¦vskaia, s¨®lo dos ejemplos.Por encima de banderas, ¨¦l ha buscado su mejor camino. Super¨® una extra?a crisis al sentirse perseguido espiritualmente en su etapa alemana y triunf¨® en su primera temporada espa?ola. Pareci¨® entonces otro desprop¨®sito que atacara al entrenador, Carlo Petrini, y que se separara del equipo oficial espa?ol, pero ha confirmado que, yendo por libre, con t¨¦cnicos propios, es siempre un campe¨®n. Especial, pero que gana con sus sistemas propios y l¨ªcitos. Y es lo que cuenta, como cont¨® Theresa Zabell. Con ¨¦l, nada menos, Espa?a est¨¢ en la elite n¨®rdica. Noruega ha domina ante Finlandia, hundida y conmovida por otro caso de dopaje, el de Janne Immonen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.