Amor de 'baserritarra'
Una agencia matrimonial, anunciada por Enba hace un a?o, encuentra pareja a 167 caseros
Baserritarra de Zestoa. Soltero. 67 a?os. Quer¨ªa una mujer 'buena' con hijos a los que poder dejar la herencia. Y la consigui¨®. Una viuda con tres hijos. Est¨¢ 'encantado', como lo est¨¢n el resto de las 166 parejas que se han formado desde que, hace un a?o, el sindicato agroganadero Enba decidi¨® intervenir en los asuntos del coraz¨®n de los caseros y caseras no tocados por la flecha de Cupido.
La agrupaci¨®n llevaba tiempo preocupada por el futuro de las explotaciones agrarias de los caser¨ªos regentados por baserritarras ya maduritos y sin pareja ni descendencia. As¨ª que, en febrero del a?o pasado, Enba se anim¨® a dar un toque rosa a su revista e incluy¨® en sus p¨¢ginas un anuncio para que los mutil zaharras y nezka zaharras de caser¨ªo interesados en encontrar su media naranja se pusieran en contacto con una agencia matrimonial.
'Se nos desbord¨® el tema', comenta Ignacio, el responsable de la agencia que acept¨® el reto, que precisamente vive en un caser¨ªo y, al igual que Enba, est¨¢ 'sorprendido' por los buenos resultados logrados en su peculiar tarea de celestino. Y es que, en s¨®lo doce meses, ha conseguido formalizar 167 parejas, entre ellas tres de lesbianas y dos de gays. 39 parejas se han casado y nueve mujeres se encuentran ya en estado de buena esperanza.
Los nuevos tortolitos no acceden a contar su experiencia, ni siquiera manteniendo su anonimato. 'Nada de salir en los peri¨®dicos, que luego todo se sabe', le comentan a Ignacio, quien explica que, hasta el momento, se han beneficiado de su mediaci¨®n 122 caseros y 45 caseras 'Algunos baserritarras, por no reconocer que han acudido a la agencia, han dicho en su entorno que han conocido a la pareja en una feria agr¨ªcola. Tambi¨¦n tengo el caso de dos hermanas que se han casado por este sistema y no se lo han confesado entre ellas', relata.
Entre las mujeres y hombres que han decidido irse a vivir a un caser¨ªo con su nuevo y, en algunos casos, primer amor, hay un poco de todo: viudos, solteros, separados, con hijos, sin hijos... La media de edad ronda los cuarenta a?os y la mayor¨ªa proviene de ciudades o pueblos de cierto tama?o y cuenta con un nivel cultural medio-alto. Salvo 16 parejas que se han formado con mujeres venidas de Madrid, el resto son aut¨®ctonas. El mayor n¨²mero, 76, vive en Vizcaya, 41 residen en Guip¨²zcoa, 38 en Navarra, siete en Alava y cinco en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s.
?Por qu¨¦ se animaron a embarcarse en esta historia? 'Hay gente con mucha falta de cari?o, que necesita un peque?o empuj¨®n. Tambi¨¦n hay chicas con 30 a?os que han recurrido a esta forma de encontrar pareja porque ten¨ªan claro que quer¨ªan vivir en el campo', pone como ejemplo el responsable de la agencia.
La mayor¨ªa de los baserritarras que se han lanzado a esta aventura cuenta con explotaciones agrarias en sus caser¨ªos, pero Ignacio tranquiliza a las futuras posibles candidatas a ocupar uno de ellos. 'La vida en los caser¨ªos ha cambiado mucho, hoy en d¨ªa est¨¢ muy mecanizado. Los caseros, en general, no quieren una mujer para que trabaje como una mula, como antiguamente, sino para que lleve la casa: comida, ropa, bancos...', asegura, para a?adir que muchas de las mujeres ya emparejadas, entre las que hay varias profesoras, siguen con sus trabajos fuera del baserri.
Los caseros mayores de cincuenta a?os son los m¨¢s preocupados por el futuro de sus explotaciones o de los bienes que consiguieron en su d¨ªa con ellas, aunque ahora no las trabajen porque han reconvertido el caser¨ªo en villa. 'Te ponen como condici¨®n que las mujeres ya tengan hijos para que sigan con la actividad y dejarles la herencia', se?ala.
Entre las mujeres caseras que han recurrido a la agencia, hay algunas que 'se hab¨ªan quedado solteras por cuidar a sus padres y, al morir ¨¦stos, se quedaron con su fortuna, pero no ten¨ªan con qui¨¦n compartirla y ser felices'.
El amor, adem¨¢s, no tiene edades. 'Tengo hecha una pareja que ¨¦l tiene 70 a?os y ella 65. El nunca hab¨ªa visto una mujer desnuda y ella tanto de lo mismo', desvela Ignacio, quien asegura que 'todav¨ªa hay gente que ve un muslo y se emociona, y te pregunta qu¨¦ tiene que hacer'.
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