Lealtad, consenso y simetr¨ªa
A prop¨®sito de la presentaci¨®n de su ¨²ltima novela, La aventura del tocador de se?oras, comentaba Eduardo Mendoza que escribe para que le lean, no para que se hable sobre ¨¦l. Tambi¨¦n valdr¨ªa la pena hacer algo de eso con el libro de Zaplana: dejar de elucubrar sobre las intenciones que se esconden tras su publicaci¨®n y discutir m¨¢s sobre su contenido.
Por tratarse de un texto escrito por un pol¨ªtico en activo, y que cont¨® con una espectacular presentaci¨®n en Madrid, fui a comprarlo convencido de que ser¨ªa poco m¨¢s que una recopilaci¨®n ca¨®tica de soflamas partidistas: algo as¨ª como un mitin pol¨ªtico, pero de doscientas p¨¢ginas. Al ver el ¨ªndice y hojear el libro, descart¨¦ esa primera idea. No hab¨ªa duda de que se trataba de una obra unitaria y con sentido. Entonces, empec¨¦ a leerlo temiendo que me fuera a encontrar con justo lo contrario, es decir, un estudio de ciencia pol¨ªtica tan lleno de erudici¨®n como ayuno de inter¨¦s para un simple ciudadano medianamente interesado por la vida p¨²blica de su pa¨ªs. Cuando no me queda mucho para acabarlo, tengo que reconocer que El acierto de Espa?a no es un panfleto pol¨ªtico ni una monograf¨ªa de investigaci¨®n: es un ensayo que, con un tono de alta divulgaci¨®n, presenta la historia reciente de la Espa?a de las autonom¨ªas y las posibilidades que se abren para los pr¨®ximos a?os con rigor, coherencia y amenidad.
Por lo menos desde hace dos a?os, se ha venido hablando del modelo Zaplana de financiaci¨®n auton¨®mica. En esta materia el libro ¨²nicamente presenta, de una manera sistem¨¢tica, las l¨ªneas maestras de ese modelo al que Zaplana se ha referido en diversas ocasiones. Lo que, en mi opini¨®n, constituye la novedad espec¨ªfica del libro es su primera parte, en la que el autor ofrece una propuesta de pol¨ªtica auton¨®mica de car¨¢cter general. Que el presidente de una comunidad aut¨®noma no s¨®lo tenga una idea propia acerca del Estado de las autonom¨ªas, sino que adem¨¢s se haya tomado la molestia de ponerlo por escrito y atrevido a presentarlo a la opini¨®n p¨²blica me parece algo digno de elogio, independientemente de los acuerdos o discrepancias que se tengan con el contenido de las propuestas.
En El acierto de Espa?a Zaplana comienza con una breve referencia hist¨®rica a los or¨ªgenes del problema de las nacionalidades y regiones. Contin¨²a relatando el modo en que los constituyentes fueron elaborando la propuesta que se plasmar¨ªa en la Constituci¨®n y el modo en que ese modelo se ha ejecutado a lo largo de estos a?os. S¨®lo una persona con una buena base jur¨ªdica, y que ha vivido de cerca esa evoluci¨®n, pod¨ªa escribir un relato tan sint¨¦tico y claro como el que se contiene en el cap¨ªtulo segundo del libro. Estoy convencido de que los j¨®venes que lean estas p¨¢ginas adquirir¨¢n un conocimiento preciso de una etapa tan trascendental de la reciente historia pol¨ªtica y se sentir¨¢n llenos de gratitud a quienes, desde todos los partidos pol¨ªticos del espectro parlamentario, hicieron posible un marco de convivencia entre pueblos con historias tan ricas y diversas.
Tres ideas sostienen a mi entender el discurso de Zaplana sobre el Estado de las autonom¨ªas. La primera es la lealtad a la Constituci¨®n, a cada uno de los estatutos de autonom¨ªa y a las instituciones dimanantes de esos textos legales. En este sentido, me alegra especialmente ver el respeto y reconocimiento con que habla del Tribunal Constitucional. La segunda es el consenso como medio de desarrollar la Espa?a auton¨®mica y de conseguir soluciones imaginativas a los nuevos desaf¨ªos de una realidad tan din¨¢mica como la sociedad espa?ola. La tercera es la universalidad y simetr¨ªa del marco jur¨ªdico de las comunidades aut¨®nomas. Este habr¨¢ de ser lo suficientemente amplio como para que ninguna comunidad pueda sentirse encorsetada; pero igual para todas, de modo que nunca surjan comunidades de primera y de segunda, como tampoco puede haber espa?oles de primera y de segunda. Los hechos diferenciales merecen reconocimiento y promoci¨®n, pero desde la igualdad jur¨ªdica.
En este tercer punto reside la diferencia de la concepci¨®n de Zaplana con respecto a la idea de asimetr¨ªa federalista de Maragall. Conf¨ªo en que la discrepancia no se extienda a los otros dos de la propuesta de Zaplana, pues entonces habr¨ªa que pensar que Maragall lidera preocupantes propuestas de nacionalismo excluyente.
Reconozco que empec¨¦ el libro de Zaplana con prejuicios; pero despu¨¦s de leerlo -en especial, la mencionada primera parte- recomiendo su lectura convencido de que el libro puede contribuir, como dice Adolfo Su¨¢rez en el pr¨®logo, 'a forjar nuevos espacios de di¨¢logo entorno a nuestro futuro com¨²n'.
Vicente Bellver es Profesor Titular de Filosof¨ªa del Derecho de la Universitat de Val¨¨ncia.
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