Palizas, violaciones y ritos vud¨²es a las que se niegan

No todas las nigerianas que llegan a Espa?a dentro del entramado de la banda de Iveve O., ex prostituta nigeriana de 22 a?os, llegan sabiendo lo que les espera. Algunas, las menos, son v¨ªctimas de un enga?o. Otro miembro de la banda -acusada de introducir en Espa?a a 150 inmigrantes irregulares en s¨®lo cuatro meses- enga?aba a las chicas en Nigeria. Les aseguraban que iban a trabajar como secretarias o azafatas en Espa?a u otros pa¨ªses de Europa, cuando la ¨²nica intenci¨®n de la red es explotarlas como prostitutas.

Las nigerianas que, una vez en Madrid, se niegan a ejercer como meretrices sufren torturas y violaciones. Hasta son v¨ªctimas de ritos vud¨²es. 'Las encierran a oscuras en habitaciones con las ventanas y puertas selladas para que pierdan la noci¨®n del tiempo. La mami las trata de convencer. Les dice que va a ser una ocupaci¨®n temporal. Pero si no lo logra, llama a sus sicarios y entre tres o cuatro le propinan una brutal paliza o la violan, o ambas cosas', explica el jefe del Grupo II de la Brigada Central de Extranjeros. Si no consiguen convencerla por la fuerza, someten a la nigeriana a un rito de vud¨². 'Le cortan una u?a, un mech¨®n de pelo y la arrancan pelo del pubis. Luego lo mezclan todo con la sangre de la menstruaci¨®n. Ellas creen que si tienen su sangre le pueden hacer enfermar o incluso morir', explica el agente. 'Es lo que m¨¢s temen', concluye.