La c¨¢rcel de Belgrado ya est¨¢ lista para Milosevic
Rade Markovic, que fue jefe de la temida y poderosa polic¨ªa secreta del r¨¦gimen, supuestamente vinculado con numerosos cr¨ªmenes como el intento de asesinato del opositor Vuk Draskovic, fue detenido el s¨¢bado. La ca¨ªda de uno de los otrora intocables de Milosevic hace presagiar dr¨¢sticos cambios en la actitud de las nuevas autoridades del pa¨ªs, en un principio renuentes a conducir ante la justicia a los anteriores gobernantes en aras de la reconciliaci¨®n nacional.
El presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, y el ministro de Justicia serbio, Vladan Batic, descartaron ayer que cualquier decisi¨®n sobre la suerte legal de Milosevic est¨¦ tomada o se vaya a tomar en los pr¨®ximos d¨ªas. El propio Kostunica, en Bratislava, donde se encuentra de visita, remiti¨® el tema a la justicia, al tratarse de un asunto legal y no pol¨ªtico. El nuevo r¨¦gimen democr¨¢tico surgido de la revuelta popular de octubre y que impuso desde la calle a Milosevic el resultado de las elecciones yugoslavas celebradas en septiembre, y que ¨¦ste trataba de escamoterar, no desea crear m¨¢rtires pol¨ªticos.
Milosevic sigue habitando su palacio presidencial en el centro de la capital serbia pese a haber perdido el poder y a que el Tribunal Penal Internacional de la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, le busque por genocidio y cr¨ªmenes contra la humanidad en la guerra de Kosovo. Su detenci¨®n, en todo caso, seg¨²n las mismas fuentes citadas por el diario brit¨¢nico, se llevar¨¢ a cabo por motivos legales internos, malversaci¨®n de fondos, corrupci¨®n y abuso de poder.
La suerte de Milosevic depende ahora en gran parte de las declaraciones de Markovic. ?ste, como jefe de la polic¨ªa secreta desde 1998 hasta finales del a?o pasado, dispone de informaci¨®n suficiente como para incriminar a su jefe y a gran parte de sus colaboradores en delitos mucho m¨¢s graves que la mera corrupci¨®n o malversaci¨®n de dinero p¨²blico.
A Markovic se le vincula con numerosos asesinatos y desapariciones mientras era el jefe del servicio policial del r¨¦gimen. Se le acusa, por ejemplo, del asesinato de Slavko Curuvija, un editor de prensa especialmente cr¨ªtico con la pareja dictatorial, Slobodan Milosevic y Mira Markovic (nada que ver con el jefe de polic¨ªa). Ese crimen, en abril de 1999, fue un aviso a muchos periodistas y sirvi¨® para mantener el f¨¦rreo control informativo del pa¨ªs. Otro extra?o crimen, en enero de 2000, fue el del criminal de guerra Arkan, al que se le supon¨ªa pr¨®ximo a alcanzar un pacto con el Tribunal Penal de La Haya. Otras misteriosas muertes fueron las del ministro de Defensa yugoslavo, Pavle Bulatovic, y del director de la aerol¨ªnea nacional JAT, Zika Petrovic; adem¨¢s de la desaparici¨®n en agosto del ex presidente Ivan Stambolic, ex aliado de Milosevic ca¨ªdo en desgracia.
[La Uni¨®n Europea ha decidido triplicar el n¨²mero de observadores (de 10 a 30) en el valle de Presevo, al sur de Serbia, y cuya soberan¨ªa es disputada por los independentistas albaneses. La UE aceptar¨¢ el plan de paz de Belgrado, que a su juicio es perfeccionable y que consiste en la gradual desmilitarizaci¨®n de la zona e integraci¨®n de la minor¨ªa albanesa en la sociedad serbia. Este asunto ser¨¢ abordado hoy en el Consejo Atl¨¢ntico de la OTAN en Bruselas, seg¨²n informa Bosco Esteruelas. Aunque Yugoslavia pide la supresi¨®n de la zona de seguridad y su reintegraci¨®n a territorio serbio, la Alianza est¨¢ dispuesta a la cesi¨®n de una parte de la franja (300 de los 400 kil¨®metros cuadrados) como gesto de buena voluntad hacia Belgrado. La OTAN exige a Serbia la retirada del Cuerpo de Pristina, acusado de la limpieza ¨¦tnica.]
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