Aguiluchos
Los aguiluchos son p¨¢jaros de presa que vuelan en campo abierto, y los terrenos saludables entre Benlloch y Vilanova de Alcolea -donde Carlos Fabra quiere dejar para la posterioridad la joya de su gesti¨®n econ¨®mica en forma de aeropuerto-, esos terrenos son campo abierto. El aguilucho es ave rapaz de cabeza peque?a, cuerpo alargado y colas largas, como las aeronaves cargadas de turistas que el provincial y castellonense Fabra quiere que aterricen en cemento innecesario. Ni qu¨¦ decir tiene que el dirigente del Partido Popular en Castell¨®n no consult¨® al aguilucho cenizo sobre la necesidad de esas construcciones aeroportuarias. Y la opini¨®n p¨²blica de las comarcas del norte valenciano anda por la calle entre el escepticismo, la inhibici¨®n, el desconcierto, la chanza o la oposici¨®n de asociaciones c¨ªvicas y ecol¨®gicas, porque ese proyecto da al traste con Dios sabe cu¨¢ntas normativas medioambientales.
Aunque Carlos Fabra tiene quien le escriba y quien apoye sus megal¨®manos proyectos: le apoya un sector del empresariado; le apoya Eduardo Zaplana con 1.800 millones para expropiaciones; le apoya Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a quien Fabra le est¨¢ 'muy agradecido por el inter¨¦s que se ha tomado'. Ignoramos si las bellas aves rapaces que anidan lejos de los bosques, en cultivos de cereales, en campo abierto, como los dos municipios de La Plana Alta, apoyan a Fabra. Sabemos, eso s¨ª vecinos, que no hubo, en la capital de La Plana o en nuestras comarcas norte?as, manifestaci¨®n popular alguna reivindicando los 18.000 millones de cemento innecesario para unas tierras valencianas que hay que preservar.
Hubo y hay manifestaciones populares solicitando la liberaci¨®n de la autopista A-7, cuya gratuidad y acondicionamiento situar¨ªa el aeropuerto de Manises a esos cuartos de hora de las comarcas norte?as, am¨¦n de evitar desv¨ªos y gastos destartalados en asfalto. Hubo y hay alternativas en el transporte, como esa que acaba de se?alar el director general de Eurocontrol: 'El futuro pasa por combinar avi¨®n y tren de alta velocidad'. Y todo el mundo sabe que nadie se opone en Castell¨®n a la llegada del tren de alta velocidad desde Madrid, desde Manises o desde el Prat de Llobregat.
Curioso alambique desarrollista y provincianista el de esta derecha que representa Carlos Fabra. Proclama defender los intereses de su provincia, y los destruye con cemento innecesario. Argumenta mediante un victimismo a?ejo, basado en comparaciones rid¨ªculas: en Alicante tienen aeropuerto, en Tarragona tienen aeropuerto, en Nueva York tienen aeropuerto, y el Sena pasa por Par¨ªs. Si se observa atentamente, no les importa otra tierra que la aparcelada para construir.
Nada de centro pol¨ªtico, es la derecha cl¨¢sica, cuya ¨¦tica se base en un crecimiento econ¨®mico que siempre prevalece sobre el bienestar o los intereses de todos. A esa derecha se refer¨ªa la actriz brit¨¢nica Susannah York, y de eso hace ya m¨¢s de una d¨¦cada, cuando manifest¨®: 'Los verdaderos enemigos del pueblo son aquellos que siguen sacrificando nuestros intereses a largo plazo por las ganancias a corto plazo'. Y a?ad¨ªa que, a ese respecto, nos mir¨¢semos cada cual en su propio espejo. La derecha de Castell¨®n tiene dinero para aeropuertos, pero no para comprarse el humilde espejo dom¨¦stico.
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