Para aprender a leer
El libro de Ferran Toutain Sobre l'escriptura (Blanquerna) es un libro instructivo en el pleno sentido de la palabra. Libro de texto, m¨¢s all¨¢ del ¨²ltimo sentido de la palabra. Se aprende a escribir; otra cosa es que se pueda ense?ar a escribir. En cambio, no hay duda de que se puede ense?ar a leer. En cuanto a la lectura, el sistema educativo cree que ha cumplido su funci¨®n cuando el alumno ya est¨¢ capacitado para descifrar todos los sonidos (nada que ver con los sentidos) resultantes del alfabeto. A partir de ese momento, el aprendizaje del oficio de leer deja de ser materia de la educaci¨®n p¨²blica para convertirse en un asunto privado. Nadie ense?a a leer en los colegios. No pienso en Virgilio o Shakespeare, s¨®lo en un prospecto de farmacia o en un peri¨®dico. El candor con que luego lee (y mira) el peri¨®dico un estudiante de Periodismo es una experiencia impresionante: les toman el pelo de la primera a la ¨²ltima p¨¢gina.
Ferran Toutain acaba de publicar un libro sobre la escritura: tan claramente escrito que la lengua que utiliza no parece catal¨¢n
Antes ense?aban a redactar en los colegios: el premio Coca-Cola y meriendas as¨ª. Tengo familiares y amigos que han pasado por todos los grados de la ense?anza p¨²blica sin haber hecho una sola redacci¨®n. Desde luego, es lamentable, pero incluso ese antiguo inter¨¦s del maestro por la composici¨®n escrita siempre me pareci¨® algo prematuro. No hay ninguna necesidad de que un ni?o se ponga a escribir tonter¨ªas: las tonter¨ªas de un ni?o son tambi¨¦n tonter¨ªas. Es decir, me parece bien que haga palotes y deje notitas a su mam¨¢ y a sus seres queridos, y que haga la lista de la compra. Pero para qu¨¦ se va a poner a escribir sobre el mar antes de leer a Salgari. Le har¨¢ m¨¢s provecho leer a Salgari que investigarse: de ni?o hay mucho que aprehender y muy poco que investigarse.
En cualquier caso, en la escuela espa?ola ni se lee ni se escribe. Hay muchas actividades y los ni?os salen del colegio felices y humillados como un burro en su paja. Pero la lectura y la escritura han de busc¨¢rselas por ah¨ª, y cada vez m¨¢s: la otra noche pas¨® por casa una joven maestra que no hab¨ªa le¨ªdo, por gusto, un solo libro en su vida. Le pregunt¨¦ por qu¨¦ y dijo que por falta de tiempo.
Como consecuencia de que en las escuelas hay mucho que hacer surgen en todas partes los manuales y los talleres de escritura. Sus clientes exhiben un hambre voraz. Al menor descuido, ya est¨¢n escribiendo en pos de la gloria, y las trompadas son impresionantes. La mayor¨ªa de esos ejercicios parte de un principio equivocado, pero muy extendido: el de que la escritura requiere pr¨¢ctica. Yo propongo: c¨®jase a un hombre, mayor de edad y alfabetizado, som¨¦tasele a una prueba de escritura con tema, eval¨²ese, d¨¦jese un lustro al sujeto ayunando completamente de papel y l¨¢piz, pero som¨¦tasele, al tiempo, a un r¨¦gimen intensivo de lecturas escogidas, orientadas y analizadas, con un promedio de un libro malo cada seis meses. Al cabo del lustro, dest¨¢pesele, y que redacte un tema: los resultados ser¨¢n espectaculares.
O sea, que el aprendizaje de la escritura no es como el de la m¨²sica: un lustro escuchando a Mozart sin tocar una tecla no mejora tus dedos. Ni como el de la pintura: p¨¢sate el lustro, como un pincel, frente a un veermer: ?aunque te sientes! Escribir no es una t¨¦cnica. O es una t¨¦cnica tan sencilla que bast¨® la escuela, incluso la escuela contempor¨¢nea. Escribir s¨®lo es (?s¨®lo!) el back-up del pensamiento. A pensar se aprende en compa?¨ªa de personas instruidas y generosas. Leyendo.
El libro de Toutain es importante, el ¨²nico libro importante sobre la escritura producido aqu¨ª, y deber¨ªa traducirse cuanto antes a lenguas poderosas. Y es importante, desde luego, porque ense?a a leer. Para empezar: Toutain escribe en el catal¨¢n m¨¢s limpio de su tiempo. Qu¨¦ m¨¢s quisieran. Una lengua sin marcas, inodora, incolora, ins¨ªpida, un vaso de agua clara, exactamente. Aut¨¦ntica delicia: no parece escrito en catal¨¢n. Esas prosas obscenas: catalanas, castellanas, del mundo mundial, escritas con el carnet de identidad en la boca. Esa fat¨ªdica prosa insular. Ense?a a leer, tambi¨¦n, porque en su lectura van incluidas muchas otras, desde Arist¨®teles hasta Genet. Y alg¨²n libro malo.
La cita que abre el libro es de Boileau: 'Ce que l'on con?oit bien s'enonce clairement / Et les mots pour le dire arrivent ais¨¦ment'. Tampoco parece franc¨¦s. Lo que enuncia no era ninguna novedad, ni siquiera en el tiempo de Boileau. Montaigne lo hab¨ªa dicho antes, con palabras casi id¨¦nticas. Y antes de Montaigne, Horacio. Raro y hermoso destino el de algunas verdades, a las que el paso de los siglos no ha restado insurgencia.
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