El Bar?a se enreda ante un Celta diezmado
El equipo azulgrana pag¨® su mala defensa y s¨®lo pudo ganar por la m¨ªnima pese a la expulsi¨®n de Vagner en el minuto 22
En partido de signo muy cambiante, el temple del Celta le alcanz¨® para sacar un buen resultado del Camp Nou frente a un Bar?a destemplado, tan bonito al principio como feo al final. Por la inversi¨®n que hizo, el marcador fue mezquino con el Barcelona, que jug¨® un poco, corri¨® mucho y como siempre concedi¨® demasiado. Dio igual que el Celta no hiciera un buen partido. Le bast¨® aguardar su oportunidad con paciencia y la aprovech¨® incluso con uno menos en el campo. Cosas que pasan cuando el rival es el Barcelona, que ha reinventado el juego de los extremos, del centro desde la banda y el remate del ariete, aunque en las dos ¨¢reas. Marca los goles por la misma v¨ªa que los concede.
La alineaci¨®n de anoche respet¨® la dulzura que entre la hinchada azulgrana hab¨ªa provocado el partido de Chamart¨ªn. Ausente Luis Enrique, Zenden se sum¨® a Overmars y entre los dos abrieron de piernas al Celta hasta descuartizarle. Jug¨® el Barcelona una primera media hora deliciosa, m¨¢s aseada incluso que cualquier pasaje del partido de Madrid, muy pl¨¢stica y sobre todo r¨ªtmica. El Bar?a recuper¨® la personalidad que siempre le ha distinguido: el equipo muy junto y arrimado al campo contrario; los dos extremos bien abiertos, encarando a los laterales, tirando en direcci¨®n al bander¨ªn de c¨®rner; el ariete ofreci¨¦ndose tanto en los centros como para pivotar con la segunda l¨ªnea; y los medios entrando desde atr¨¢s en posici¨®n ventajosa.
Guardiola movi¨® a un toque al equipo, que se gust¨® mucho, se asoci¨® en parcelas distintas, desbord¨® por las bandas, sobre todo por la de Overmars, y gener¨® unas cuantas ocasiones, una de ellas transformada por Kluivert: Gabri recuper¨® el bal¨®n, profundiz¨® para Zenden, que progres¨® hasta la entrada del ¨¢rea y el centro del holand¨¦s lo remat¨® el delantero centro en el primer palo. El remate expres¨® el buen hacer barcelonista ante el que nada pudo hacer el Celta, sometido desde todos los puntos del campo. El equipo de V¨ªctor Fern¨¢ndez se encontr¨® mal puesto, tan fuerte de pelvis como d¨¦bil en las extremidades, incapaz de tapar cuantos espacios generaba la movilidad del contrario.
El recogimiento vigu¨¦s foment¨® el ataque y gol de los azulgrana, especialmente esmerados en el manejo de la pelota, que lleg¨® a tener una punta de velocidad primorosa. Manej¨® el Barcelona conceptos que se le supon¨ªan y que, sin embargo, por el intervencionismo de las individualidades hab¨ªan quedado solapados. Cuando falta Rivaldo, pierde poder y gol y si adem¨¢s no est¨¢ Luis Enrique, se torna m¨¢s manso, menos agresivo, pero en su favor ayer adquieri¨® una mayor armon¨ªa y equilibrio, que no decisi¨®n. El juego de equipo prim¨® por encima de cualquier futbolista. Hasta que el ¨¢rbitro ech¨® a Vagner por una doble tarjeta que se gan¨® en medio minuto por dos entradas a destiempo, signo de la inestabilidad del Celta.La expulsi¨®n marc¨® punto de inflexi¨®n sorprendente en el partido. El Celta se tension¨®, defendi¨® mejor, y ya no pens¨® en ir a por el partido sino en adaptarse a las circunstancias. El control que desde entonces ejerci¨® del encuentro result¨® tan evidente que oblig¨® a Serrra Ferrer a mover el banquillo para retomar el hilo de la confrontaci¨®n. Fatigado Guardiola, que andaba lesionado y amonestado Gabri, el entrenador dio entrada a Xavi y Alfonso mientras Cocu pasaba a ejercer de central. El equipo, sin embargo, se desequilibri¨® y perdi¨® su encanto, pasando a conceder las ocasiones de rigor.
Por momentos reapareci¨® el equipo aburrido, distendido y vulnerable. Pese a que el Celta hab¨ªa fijado mejor las marcas con el cambio de los laterales, al Barcelona le redimi¨® la actividad de Zenden y la calidad de Kluivert, igualmente atento con los centros que le llegaban de la derecha que desde la izquierda. El ariete marc¨® un segundo gol que pon¨ªa el partido y la eliminatoria que ni pintada para cualquier equipo, salvo para el Barcelona, demasiado febril, impaciente, falto de control y de capacidad para enfriar cualquier partido.
El choque adquiri¨® entonces el tono que aguardaba el Celta, acostumbrado a enfrentar al Bar?a en un ir y venir, intercambiando ocasiones. La ausencia de Catanha le hizo mucho da?o. Estuvo igualmente falto de determinaci¨®n y, sobre todo, de pegamento y direcci¨®n. Tampoco su agradecida segunda l¨ªnea (Karpin, Mostovoi y Gustavo L¨®pez) entraba en juego. Y, sin embargo, pese a todas sus carencias encontr¨® el gol en una de las continuas concesiones defensivas del Barcelona, especialmente asequible en las bandas. La hinchada la tom¨® con Sergi y se encari?¨® con Petit en un claro mensaje al entrenador. Los cambios no alteraron para nada el paisaje. Por cada dos ocasiones que generaba en el marco de Pinto, el Bar?a regalaba una en el de Reina. El ¨¢rbitro incluso le perdon¨® la expulsi¨®n a Cocu en un final muy enredado y que devuelve al equipo azulgrana al div¨¢n. No hay manera de cuajar.
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