Otra dimensi¨®n del baile

Nuevamente, Eva La Yerbabuena se transform¨® en el escenario en paradigma de la fascinaci¨®n elevada a su m¨¢s alto rango. Sin dejar de pisar la tierra, es otra mujer, otro ser, otra dimensi¨®n del arte de bailar.

En esta compleja historia de una mujer que vive, o sue?a, situaciones an¨ªmicas que podr¨ªan personificar a otras varias mujeres -amor, ambici¨®n, locura, soledad, sobre todo soledad-, Eva La Yerbabuena alcanza lo m¨¢s alto de su carrera con una naturalidad apabullante. Quiz¨¢s, tambi¨¦n, lo m¨¢s alto del baile flamenco actual.

Sin pausa

Durante la hora y cuarto que dura el espect¨¢culo, Eva permanece constantemente a la vista del p¨²blico, incluso cuando cambia de vestido. Y baila en todo momento, casi sin pausas, los m¨¢s distintos estilos. Creo que nunca he visto a un artista flamenco hacer esfuerzo semejante. Porque no es solamente cambiar los g¨¦neros del baile, con todo lo que ello implica de pasar apenas sin transici¨®n a t¨¦cnicas alternativas, sino adem¨¢s someter a la propia mente a cambios de actitud y de concentraci¨®n con frecuencia opuestos.

Eva La Yerbabuena lo baila todo admirablemente, con un rigor y una adecuaci¨®n a los estilos absolutamente ejemplar. Marcando las diferencias de uno a otro de tal manera que por una vez vemos n¨ªtidamente definida en el baile la riqueza del arte flamenco. G¨¦neros tan distintos como los cantes a palo seco, las soleares y la ca?a, la minera, los tangos, la siguiriya, adem¨¢s de otros toques, son bailados por Eva La Yerbabuena en una serie de secuencias de mantenida intensidad expresiva, sin baches ni tiempos muertos, que causan asombro. Las siguiriyas de cierre, largas, variables, fueron de una belleza y de una dificultad incre¨ªbles, y dudo mucho que hoy exista en activo un bailaor/a capaz de interpretar tal suma de estilos con la perfecci¨®n con que esta mujer lo hace.

Toda la compa?¨ªa de Eva estuvo a la altura de su cabecera de cartel. Es otra de las caracter¨ªsticas de esta bailaora, que siempre se acompa?a de colaboradores de primer orden, comenzando por su marido, el guitarrista Paco Jarana, autor de una m¨²sica espl¨¦ndida y flamenqu¨ªsima; les secundan con ¨¦xito el resto de los m¨²sicos. Cante de calidad excepcional, por ese tr¨ªo habitual en los espect¨¢culos de Eva -Arc¨¢ngel, Soto, Falc¨®n-, a quienes en esta obra se une la soprano ligera Conxita Garc¨ªa. El cuerpo de baile est¨¢ formado por cuatro bailaoras y cuatro bailaores que cumplen su trabajo con disciplina y una fant¨¢stica precisi¨®n.

Hay que se?alar a Javier Latorre como brillante core¨®grafo de uno de los movimientos de 5 mujeres 5 y a Lola Maiztegui como autora del gui¨®n inicial.