Vetado a los hombres
La discriminaci¨®n es un hecho cotidiano de nuestra sociedad al cual parece que comenzamos a acostumbrarnos.
El lastre que hemos tenido que soportar de nuestros antepasados por su modo de actuar respecto a determinados temas supone para nosotros una r¨¦mora. Para superar estos ¨²ltimos escollos y cambiar la manera de pensar de quienes a¨²n permanecen anclados en tan vetustas ideas hemos tenido que aunar todas las fuerzas posibles y formar un bloque mixto. Un bloque en el que tanto hombres como mujeres hemos luchado contra algo que nos parec¨ªa a la vez il¨®gico y desfasado.
Sin embargo, este bloque parece no poder permanecer nunca estable. Si anta?o ¨¦ramos nosotros los que ten¨ªamos el poder, actualmente las cosas est¨¢n cambiando. La utop¨ªa de la igualdad siempre acaba rompi¨¦ndose por aquellos que buscan una soluci¨®n sencilla en los caminos m¨¢s enrevesados. Si queremos conseguir la igualdad, ¨²nicamente podemos conseguirla desde la igualdad. Haciendo que la igualdad se asiente en nuestra sociedad para ir poco a poco asimil¨¢ndola por todos los estilos de vida y pensamiento.
Jam¨¢s se podr¨¢ lograr una sociedad igualitaria si no comenzamos por adecuar las bases a los fines, y todo ello se hace desde la educaci¨®n. ?Es justo que se limite el acceso a la educaci¨®n y formaci¨®n de cualquier persona ¨²nicamente por su sexo? La respuesta parece clara para todos. No obstante, las cosas cambian cuando esta discriminaci¨®n es institucionalizada. Organizaciones tales como el Instituto de la Mujer condicionan la concesi¨®n de cursos al hecho de ser mujer. Indudablemente no me opongo a que se intente revitalizar la actividad de la mujer desempleada, sobre todo para aquellas que no han tenido oportunidades en su pasado. Pero no debemos olvidar que la mujer hace ya alg¨²n tiempo que goza de las mismas oportunidades para su formaci¨®n cultural que el hombre.
Si continuamos, por el contrario, manteniendo esta discriminaci¨®n en la juventud, lo ¨²nico que conseguiremos ser¨¢ perseverar en nuestro anterior error, perseverar en la injusticia. Aunque, esta vez s¨ª, cambiando los papeles.-
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