Prohibido ser un 'muggle'

'Yo a¨²n estoy aturdida; tendremos que esperar a que pase este fen¨®meno sociol¨®gico para saber qu¨¦ consecuencias tiene; cierto que hay detr¨¢s una magn¨ªfica campa?a publicitaria, pero el boom Harry Potter empez¨® primero con el boca/oreja y los ni?os quieren leer sus libros'. Habla Mar¨ªa Barrionuevo, periodista, especialista en literatura infantil y cuentacuentos, ya sin el disfraz de McGonagall, la profesora de Transformaciones de la Escuela Hogwarts. Ha interpretado en la librer¨ªa Rayela de M¨¢laga a uno de los personajes de la saga Harry Potter que anteayer viernes, a las 19.45 horas, puso a la venta simult¨¢neamente en 70 librer¨ªas de toda Espa?a su cuarta y ¨²ltima entrega (Harry Potter y El c¨¢liz de fuego) en un lanzamiento publicitario sin precedentes. De los tres anteriores se han vendido 600.000 libros en Espa?a y 80 millones en todo el mundo.

Mar¨ªa Barrionuevo, Olga Salut y Marina Bell¨®n se encargaron de animar con una peque?a representaci¨®n la cita del viernes en la librer¨ªa Rayuela. Entre adultos y ni?os hab¨ªa unas 300 personas abarrotando todo el espacio de la din¨¢mica librer¨ªa malague?a regentada por Juan Manuel Cruz y Mamen Ni?o. Mientras la caja echa humo (en dos horas vendieron cien ejemplares de un libro de 2.500 pesetas), ni?as y ni?os entre los siete y los 13 a?os responden raudos a McDonagall cuantas preguntas se les hacen sobre su aprendiz de brujo favorito. Aparece otra actriz que responde al apodo de Se?orita Hula-Hoop. '?Cu¨¢l es el peri¨®dico de los magos?', pregunta Barrionuevo/McDonagall. '?El Pa¨ªs!', responde Bell¨®n/Hula-Hoop, ante el abucheo infantil: '?No, no! ?Es El Profeta!', gritan todos. Queda claro despu¨¦s del test que Hula-Hoop es un muggle. En argot potteriano, significa 'personas que no creen en la magia'. Y ¨¦se es el peor insulto entre los fieles del muchacho creado por Joanne Rowling: ning¨²n lector de Potter puede dudar de que existen las levitaciones, las transformaciones, la adivinaci¨®n. La magia ser¨¢ blanca o negra. Hacerse fulleramente o con precisi¨®n. Pero existe. Est¨¢ prohibido ser muggle.

Pilar R¨ªos tiene 12 a?os. Cree en la magia. 'Hay cosas que son reales y otras que no, qui¨¦n sabe', dice. Se ha le¨ªdo y tiene todos los libros de Potter. Confiesa que saca buenas notas con un modesto 'nunca he suspendido'. Asegura que Harry atrapa por igual a ni?os y ni?as, aunque ella se identifica con Hermione, la fiel amiga de Harry. Lectora impenitente, dice que sus libros le gustan 'por sus aventuras, porque est¨¢n escritos con palabras que pueden entender los ni?os y son muy intrigantes, pero sin dar miedo como esas pel¨ªculas con sangre que luego se te meten en la cabeza. ?Si son gordos? Que un libro sea bueno, no depende del n¨²mero de p¨¢ginas. Yo el tercero me lo le¨ª de un tir¨®n en vacaciones; estaba tan metida que luego no sab¨ªa si hab¨ªa visto una pel¨ªcula', confiesa.

A Pilar le gustar¨ªa seguir los pasos de su madre al frente de la librer¨ªa Rayuela. Y Mamen confiesa que, a pesar de que desde Rayuela tienen muy asumida su funci¨®n 'de n¨²cleo cultural adem¨¢s de un negocio de venta de libros' y llevan ya mucho tiempo organizando cuentacuentos los s¨¢bados por la ma?ana, lo de Potter les ha dejado boquiabiertos: 'Jam¨¢s hab¨ªa visto una expectaci¨®n literaria semejante', apunta. A su lado, Pilar se siente con autoridad como para analizar una de las lecturas que le ponen en el cole: El Principito. 'No es un libro para ni?os; es un libro para adultos que habla de un ni?o'. En la caja, adultos y ni?os agotan las ¨²ltimas existencias de El c¨¢liz de fuego. Ya nadie quiere ser muggle.