Inflaci¨®n y crecimiento
El Consejo Europeo de Ministros de Econom¨ªa (Ecofin) acaba de dar un rapapolvo al Gobierno por la alta inflaci¨®n y le ha recomendado que sea m¨¢s cuidadoso con su pol¨ªtica presupuestaria. La reprimenda no est¨¢ fuera de lugar, pero est¨¢ fuera de tiempo. La recomendaci¨®n viene con retraso, como tantas veces sucede a los organismos que se encargan de supervisar las pol¨ªticas econ¨®micas.
Fue durante el periodo anterior a las elecciones de 2000 cuando la Comisi¨®n Europea debi¨® preocuparse de la pol¨ªtica presupuestaria espa?ola y sus efectos sobre la inflaci¨®n. La inflaci¨®n no era entonces tan alta como es ahora, pero si ahora es tan alta se debe a aquella pol¨ªtica que busc¨® la alegr¨ªa a toda costa y cuyas consecuencias vemos ahora. En econom¨ªa los efectos aparecen siempre con retraso, y preocuparse s¨®lo de los efectos suele ser bastante in¨²til.
Habr¨¢ quien piense que los datos del IPC de febrero dan la raz¨®n al Ecofin en su preocupaci¨®n por la inflaci¨®n espa?ola. En efecto, tanto la inflaci¨®n armonizada (4%) como la no armonizada (3,8%) y la subyacente (3,2%) han vuelto a subir sobre el mes anterior. Es igualmente cierto que, a pesar de que tambi¨¦n en Francia y Alemania ha repuntado la inflaci¨®n, estamos muy lejos del 1,4% y el 2,6% que han registrado esos pa¨ªses.
Todo esto es verdad pero, si se analiza el conjunto de la econom¨ªa espa?ola, nuestras pr¨®ximas preocupaciones deber¨ªamos ponerlas en otros problemas distintos del IPC. En inflaci¨®n estamos viendo los ¨²ltimos estertores de un error de pol¨ªtica macroecon¨®mica.
El Gobierno, durante los ¨²ltimos 18 meses, ha estado diciendo que hab¨ªamos alcanzado un techo y que la inflaci¨®n iba a bajar y, sistem¨¢ticamente, los datos del IPC le contradec¨ªan. Si embargo, ahora que, con menos autoridad, lo sigue diciendo, es cuando va a acertar.
Y es que, en el a?o transcurrido desde las ¨²ltimas elecciones, el panorama econ¨®mico ha cambiado radicalmente. Nuestro problema ahora no es que la inflaci¨®n no baje, sino c¨®mo va a bajar. Si se hubieran adoptado medidas de incremento de la competencia en todos los mercados, si se hubiera enfocado la pol¨ªtica econ¨®mica con el objetivo de incrementar la productividad, la inflaci¨®n podr¨ªa bajar sin que se redujeran las tasas de crecimiento del producto y del empleo.
Pero no se ha hecho as¨ª, y el problema ahora es que la inflaci¨®n se reducir¨¢ a base de enfriamiento, de p¨¦rdida de ritmo. Sirva de ejemplo que, en enero, la producci¨®n industrial estaba creciendo en Alemania a un ritmo anual del 7%, mientras que en Espa?a lo hac¨ªa al 0,8%.
No podemos echar la culpa de este enfriamiento al entorno exterior. La demanda externa -las exportaciones- acabaron el a?o creciendo a un ritmo igual o superior que en ejercicios anteriores. Es dentro de Espa?a donde la inflaci¨®n ha hecho estragos.
La demanda interna, que estaba creciendo hace un a?o al 7% -casi el triple que nuestros socios europeos-, se ha ido derrumbando a lo largo del pasado a?o hasta pasar a decrecer en el ¨²ltimo trimestre. No es nada alentador para el crecimiento futuro de Espa?a ver caer la inversi¨®n en bienes de equipo. O constatar c¨®mo los espa?oles han dado un frenazo al consumo, no por elecci¨®n, no porque se hayan vuelto mas frugales y ahorrativos, sino porque la inflaci¨®n se ha comido su incremento salarial. Pero, por lamentable que sea ese hundimiento de la demanda interna, llevar¨¢ a que la inflaci¨®n descienda en los pr¨®ximos meses.
Quien se interese por el futuro m¨¢s que por el pasado, deber¨ªa olvidarse de la inflaci¨®n y preocuparse del crecimiento. La inflaci¨®n ya ha hecho todo el da?o que pod¨ªa hacer en Espa?a. La preocupaci¨®n por la demanda incontrolada y la inflaci¨®n rampante debi¨® tenerse en el pasado. Los problemas que ahora tenemos por delante son la ca¨ªda del crecimiento y de la creaci¨®n de empleo.
De lo que deber¨ªamos hablar hoy no es tanto de la inflaci¨®n como de la necesidad de tomar medidas que aumenten la productividad, Y de ello, con toda seguridad y con el retraso debido, hablar¨¢ el Ecofin dentro de un a?o.
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