El campe¨®n ausente

'La Copa es uno, dos, tres y ?pum!'. Gr¨¢fico resumen de la competici¨®n que ayer ech¨® a botar en M¨¢laga. Lo hace desde su retiro universitario Juan Aisa, ex jugador de Estudiantes, vigente campe¨®n. 'No tienes tiempo de corregir nada', abunda Aisa tan s¨®lo unos meses despu¨¦s de haber cambiado la canasta y el bal¨®n por los sesudos vol¨²menes sobre administraci¨®n de empresas que ahora, en plena ¨¦poca de ex¨¢menes, carga en su mochila. Pero Aisa tiene a¨²n muy fresca la Copa. La gan¨® la temporada pasada y para ¨¦l tiene un sabor especial: 'Es absolutamente imprevisible. Sabes que en cuatro d¨ªas puedes obtener un resultado muy importante, que todo el mundo est¨¢ mir¨¢ndote, que es ganar o salir. Y eso hace que, emocionalmente, sea muy especial.

Nada que ver, en efecto, con la Liga o los torneos europeos, 'en los que el tiempo intermedio hace que la cosa se enfr¨ªe'. A¨²n m¨¢s: Aisa destaca dos elementos clave para afrontar la Copa: 'La concentraci¨®n y la seguridad. No puedes perder la confianza en ning¨²n momento'. El car¨¢cter imprevisible que otorga al torneo hace que no cierre las puertas a ning¨²n equipo. Menos a¨²n si recuerda la edici¨®n de 1992, en la que el equipo estudiantil se proclam¨® tambi¨¦n campe¨®n: 'Nadie apostaba por nosotros'. O la del a?o pasado, cuando el Tau llegaba en una situaci¨®n muy similar a la actual del Unicaja: 'Hab¨ªan hecho una temporada muy buena, ten¨ªan un equipo buen¨ªsimo y jugaban en casa. Primer partido y se quedaron fuera'.

Desde que sorprendi¨® a todos con su decisi¨®n de abandonar el baloncesto para proseguir sus estudios, con 29 a?os -acaba de cumplir los 30- y una carrera a¨²n prometedora, Aisa apenas ha seguido la competici¨®n. 'No es que quiera desconectar', aclara; 'es que nunca he estado conectado televisivamente al baloncesto'. Desde Barcelona, donde estudia, sigue a su ex equipo, al que ha visto en tres partidos y cuya situaci¨®n no estima preocupante. Apunta, eso s¨ª, una posible clave para explicar su irregularidad: 'Cuando un equipo se acostumbra a jugar con alguien tan importante como Thompson, despu¨¦s cuesta adaptarse a otros jugadores'.

Concentrado en su vida de estudiante -'cuando jugamos, llevamos una din¨¢mica diferente a la del resto de la gente'-, ha de recurrir al t¨®pico para explicar las eliminaciones del Madrid y el Barcelona en Europa. No ha visto nada. Apenas juega una pachanga por semana con sus compa?eros de escuela. 'Lo que me gustaba era la tensi¨®n de la competici¨®n: jugar dentro de un sistema por unos objetivos'. Y lo echa de menos, como los viajes y sus compa?eros. Pero se reafirma: 'No tengo ganas de volver a jugar'.