Los grabados para un falso homenaje al Papa se vendieron en Europa y Am¨¦rica
El ex nuncio Lajos Kada oblig¨® al promotor a responsabilizarse del timo ante Roma
Manuel Capa, un santanderino residente en Madrid y ligado al movimiento neocatecumenal llamado Kikos fue el principal promotor de la creaci¨®n y venta de esta colecci¨®n de grabados que dio la vuelta al mundo con el atractivo gancho de financiar un homenaje al 15? aniversario del pontificado de Juan Pablo II. Homenaje que no se celebr¨® nunca y que se iba a desarrollar en el marco del espl¨¦ndido museo vaticano El Brazo de Carlomagno, seg¨²n explicaba el promotor a los pintores y confiados compradores.
Capa pertenec¨ªa a la editorial Solviga, una peque?a sociedad creada para editar el libro Del temor a la esperanza, una obra para homenajear al Pont¨ªfice, de la que se tiraron 30.000 ejemplares, y que fue un fracaso. Para recuperarse del quebranto econ¨®mico y seguir distribuyendo el libro por pa¨ªses de Hispanoam¨¦rica, Capa propuso crear la colecci¨®n de grabados, pero el resto de los socios no apoy¨® la idea y Solviga fue ajena a su edici¨®n, seg¨²n relata uno de los antiguos consejeros. Este peri¨®dico no ha conseguido la versi¨®n de Capa.
Incluso el presidente de la sociedad remiti¨® una carta en mayo de 1998 a monse?or Giovanni Re, destinado en la Secretar¨ªa de Estado del Vaticano, para aclarar que esa empresa 'no ha cobrado una sola peseta de los grabados'. 'Capa nos contaba que esto era voluntad expresa del Santo Padre y que Adveniat, que era la entidad que deb¨ªa ocuparse de ello, para gran disgusto, en ese momento se encontraba en una posici¨®n delicada que se lo imped¨ªa', dec¨ªa la misiva.
A partir de ese momento, 1994, Capa inicia su nueva aventura empresarial y consigue que 12 afamados pintores, entre ellos su hermano Joaqu¨ªn, le graben sus obras en una colecci¨®n que titula Homenaje al 15? aniversario del pontificado de Juan Pablo II, valorada en mill¨®n y medio de pesetas y cuyos fondos se destinar¨¢n para homenajear al Pont¨ªfice.
Pedro Maruna, de 62 a?os, uno de los elegidos, recuerda bien la oferta de Capa. 'Me dijo que si quer¨ªa participar en un gran homenaje al Papa. Acept¨¦ encantado. Pint¨¦ unos utensilios para pescar'. Rafael Conogar, de 65 a?os, entreg¨® cat¨¢logos a Capa de bienales en Alemania en las que hab¨ªa participado por si le inspiraban para su proyecto. 'Asegur¨® que en una gran exposici¨®n en Roma participar¨ªan artistas de todo el mundo, entre ellos nosotros'. El pintor y grabador norteamericano Denis Long, de 50 a?os, asegura: 'No me sorprende nada lo que ha pasado. Otras veces tambi¨¦n se han usado nombres en vano para estafas con obras de arte'. Tambi¨¦n participaron Monir Islam, Eduardo Chillida, Joaqu¨ªn Vaquero, Antonio Lorenzo, Michel Conde, Elisa Ruiz, Eduardo Naranjo y Guayasamin. Todos cobraron.
La venta de los 500 grabados comenz¨® en Espa?a en 1995, desde un despacho de las Obras Misionales Pontificias y con el impulso del nuncio Lajos Kada, que, reci¨¦n llegado de Roma, apoy¨® a la directora comercial de la colecci¨®n mediante presentaciones y cartas dirigidas a todos los obispos.
Pero a finales de 1998 Kada recibi¨® una carta desde Roma de monse?or Re en la que le advert¨ªa del timo y ped¨ªa que se retirara la colecci¨®n, ofrecida a gobiernos aut¨®nomos, instituciones religiosas, embajadas, ministros, bancos y particulares, o se retiraran las referencias pontificias. El nuncio llam¨® a Capa a su despacho y redact¨® un duro escrito en el que este ¨²ltimo se hac¨ªa responsable del entuerto y renunciaba a la venta. El promotor consigui¨® que Kada le permitiera a?adir en la carta que hab¨ªa deso¨ªdo las llamadas de Roma porque no consigui¨® amortizar su inversi¨®n. Firm¨® y se march¨®.
Nadie ha aclarado todav¨ªa a d¨®nde fue el dinero de esta colecci¨®n, de la que al menos se vendieron 50 copias en Espa?a y m¨¢s de cien en Alemania.
'No s¨¦ si cubrimos gastos'
La ex directora comercial de la colecci¨®n, Mar¨ªa del Bosque, se?ala en una nota que la implicaci¨®n del nuncio en esta venta 'ha sido simple consecuencia de las posibles frustraciones personales de quien no ha sabido o no ha querido aceptar las superiores decisiones de la jerarqu¨ªa'. A?ade que 'el proyecto se desarroll¨® inicialmente bajo los auspicios de la nunciatura hasta que en Roma se decidi¨® que no continuara. Se hab¨ªa vendido un n¨²mero de grabados que ni siquiera conozco si cubri¨® los gastos soportados por el promotor y due?o de las colecciones, incluido mi sueldo y gastos de venta'. 'He sufrido las consecuencias de lo que sobre este asunto se ha publicado, tanto en mi honor como en mi buen nombre y mi imagen, pero mayor a¨²n es el sufrimiento ante la infamia que supone el atribuir una azarosa vida sentimental al nuncio, persona por la que tengo el mayor respeto y admiraci¨®n, poniendo al mismo tiempo en tela de juicio el buen nombre de la instituci¨®n'. 'Proclamar el buen nombre de la Iglesia y preservarla de cualquier salpicadura o da?o es gu¨ªa de mis actos por encima de mi inter¨¦s personal en este desdichado asunto'. Refiri¨¦ndose a Ir¨ªzar, dice que 'el difama que algo queda se corresponde con el intento de desviar la atenci¨®n sobre los graves cargos que pesan sobre el difamador. El hecho es m¨¢s pat¨¦tico cuando el ofensor llega a poner en riesgo el buen nombre de la instituci¨®n a la que pertenece, al igual que el de la jerarqu¨ªa de la que aspiraba a formar parte'.
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