Despedida por ser mam¨¢

Cristina Mayo, entrenadora de El Osito L'Eliana, actual campe¨®n de la Liga femenina de balonmano, debi¨® de montar en c¨®lera cuando se enter¨® de que una de sus jugadoras, la yugoslava Tania Medved, de 26 a?os de edad, hab¨ªa jugado embarazada los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Viborg, dan¨¦s. Aquello fue una 'imprudencia', afirm¨® Mayo, que se apresur¨® a rescindir el contrato a Medved, que cumpl¨ªa su segunda temporada en el laureado -ha ganado 21 de los ¨²ltimos 22 campeonatos de Liga y fue campe¨®n de Europa en 1998- conjunto valenciano.

Pero lo extra?o del caso no es que Medved se quedara embarazada tras haber sufrido una operaci¨®n por problemas ginecol¨®gicos que reduc¨ªan sus posibilidades de concebir a 'una entre un mill¨®n'; ni siquiera que El Osito le rescindiera el contrato -'fue un acuerdo amistoso', seg¨²n su entrenadora y tambi¨¦n seleccionadora nacional-, sino que Mayo revelara que el contrato de la yugoslava inclu¨ªa una cl¨¢usula que especificaba que el embarazo era motivo de rescisi¨®n, una pr¨¢ctica que baila entre la legalidad y la ilegalidad.

?Es constitucional que el embarazo sea considerado como un motivo suficiente para rescindir el contrato de una deportista profesional a pesar del acuerdo entre las dos partes?

Pol¨¦mica servida. El conflicto pone de relieve la contradicci¨®n de intereses entre el deporte de alto nivel y los derechos laborales de las mujeres. 'Personalmente, todos estamos muy felices por ella. Otro tema es el aspecto profesional. Es cierto que en su contrato figura esta cl¨¢usula, pero hemos hablado con ella y hemos llegado a un acuerdo para que deje el club sin problemas', dice Mayo.

Legal o no, lo cierto es que el caso de Medved ha levantado la bandera de la pol¨¦mica en el deporte femenino espa?ol. Las reacciones en otras entidades deportivas no se han hecho esperar. Entre otras, las de los responsables jur¨ªdicos del Ferrob¨²s Ku Mislata, eterno rival del Osito L'Eliana en la ¨¦lite. 'Esta cl¨¢usula es inconstitucional y contraria a derecho', afirman los asesores del club de Mislata, que ponen en entredicho que exista: 'Cualquiera que tenga dos dedos de cabeza no se arriesga a despedir a una jugadora por este motivo, pues cualquier juez dictaminar¨ªa despido improcedente en caso de denuncia. Esto tiene la pinta de que ambas partes han llegado a un acuerdo amistoso y lo de la cl¨¢usula es una pantomima'.

Ninguna de las jugadoras del Ferrob¨²s ha firmado en sus contratos una medida de este tipo. Tampoco las del Ros Casares Godella, l¨ªder de la Divisi¨®n de Honor, se han visto obligadas a admitir el embarazo como causa de despido.

'Yo esto no lo hab¨ªa visto nunca', dice Alicia L¨®pez, capitana del Godella, que afirma que el club no les ha planteado nunca este tipo de situaciones: 'Siendo mujer, yo no firmar¨ªa un contrato as¨ª, pero si ella lo ha firmado ha estar a las duras y las maduras. Adem¨¢s, como deportistas que somos, nos tenemos que cuidar y tomar nuestras precauciones'.

El Ros Casares, por cierto, vivi¨® en 1995 una situaci¨®n similar cuando la rusa Natalia Zasoulskaya jug¨® embarazada la Final Four de 1995 -entonces el club se llamaba Dorna Godella-. Zasoulskaya lleg¨® a un acuerdo econ¨®mico y se reincorpor¨® al equipo dos meses despu¨¦s de dar a luz. Lo mismo sucedi¨® con la ex jugadora del Canoe madrile?o Meli Su¨¢rez.

'Si est¨¢ en el contrato es legal, porque el contrato es la voluntad de las partes', comenta Francisco Dom¨¦nech, abogado del Ros Casares. 'No es una imposici¨®n. Estos temas se discuten. Otra cosa es que sea moral o no', dice Dom¨¦nech.

Tambi¨¦n Mercedes Fuertes, presidenta de la Asociaci¨®n de Jugadoras de Balonmano, defiende esta posici¨®n: 'Esa cl¨¢usula es normal y la decisi¨®n de rescindir el contrato est¨¢ m¨¢s que justificada'.