Los dem¨®cratas frenan la reforma de la financiaci¨®n electoral en EE UU
Bush entierra el proyecto del senador McCain
La iniciativa de McCain, que ser¨¢ debatida en las pr¨®ximas dos semanas, tiene pocas posibilidades de salir adelante. Se enfrenta no s¨®lo a la tradicional oposici¨®n republicana, sino tambi¨¦n a la nueva de los dem¨®cratas. En las pasadas elecciones, los dem¨®cratas, con 243 millones de d¨®lares cosechados (unos 45.000 millones de pesetas), igualaron pr¨¢cticamente a los 244 millones de los republicanos. Fue el resultado de la m¨¢quina recaudatoria puesta en marcha desde 1996 por Bill Clinton y Al Gore.
En los ¨²ltimos a?os, los cheques de empresas y particulares de Hollywood, Silicon Valley y Wall Street, por no hablar de las centrales sindicales, han fluido generosamente hacia las arcas dem¨®cratas. En las elecciones de 2000, las campa?as dem¨®cratas para esca?os en el Congreso recaudaron 120 millones de d¨®lares, una cantidad superior a los 94 millones republicanos.
El proyecto de McCain pretende prohibir por completo el soft money. ?ste es el truco empleado en los a?os noventa para sortear los modestos l¨ªmites legales puestos a las contribuciones econ¨®micas directas a las candidaturas individuales. El soft money es un dinero que empresas, sindicatos, grupos de presi¨®n e individuos pueden dar sin el menor l¨ªmite a los partidos pol¨ªticos para que ¨¦stos lo dediquen a sus 'actividades generales'. Tanto dem¨®cratas como republicanos emplean esas cifras en pagar las costos¨ªsimas campa?as televisivas de sus candidatos.
McCain denuncia que este sistema es una 'forma de corrupci¨®n' que 'sustituye parcialmente la voluntad popular en el proceso de elecci¨®n democr¨¢tica por el poder de las chequeras'. Pero, a pesar de todo, contribuyentes, cadenas de televisi¨®n y pol¨ªticos se oponen a que el dinero p¨²blico financie las campa?as. El presidente George W. Bush ha presentado su propio proyecto de reforma, una versi¨®n muy aguada del de McCain.
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