V¨ªctimas

Hubo dos v¨ªctimas mortales cuando se hundi¨® el edificio de la calle del Factor de Madrid, donde estaban trabajando, algo a lo que ya casi nos estamos acostumbrando.

Las v¨ªctimas ten¨ªan 22 y 20 a?os de edad, respectivamente; la primera, de nombre y apellidos espa?oles; la segunda, con nombre y apellidos ¨¢rabes.

El agregado de la Embajada de Marruecos se person¨® en el lugar de la tragedia, por si quer¨ªan repatriar el cad¨¢ver de nombre y apellidos ¨¢rabes. La contestaci¨®n de la familia me emocion¨®: 'Hab¨ªan venido a Espa?a para mejorar su vida y aqu¨ª quer¨ªan que se quedaran sus restos'.

Ellos no han nacido en Espa?a, ni su lengua materna es el espa?ol, pero cuando algo tan inmensamente amado como un hijo o hermano quieres que se quede aqu¨ª, es que est¨¢s adoptando el pa¨ªs donde vives, aunque este pa¨ªs sea m¨¢s madrastrona que madre.

Cuando compro verdura, pienso en quien la cultiva y el trabajo que implica: hay que plantarla, regarla, abonarla, desparasitarla, desinfectarla, recolectarla y empaquetarla para que llegue en buen estado a nuestra mesa, y casi todo ello se hace en unos invernaderos donde las condiciones son muy duras, el calor es terrible y el sueldo por debajo de lo que indica la ley a ser posible, ya que, a menos gastos, m¨¢s beneficios.

Y despu¨¦s, unos miserables mezquinos y camorristas abominan de ellos, cuando ni siquiera quieren realizar su trabajo; que piensen que, si no fuera por ellos, el ¨ªndice de natalidad no hubiera subido nada.-