Disculpas y explicaci¨®n
En relaci¨®n con la carta publicada en su peri¨®dico el d¨ªa 14 de marzo, y firmada por don Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano, me gustar¨ªa antes que nada pedirle disculpas tanto a ¨¦l como al resto de los pasajeros del mencionado vuelo por las molestias que sufrieron. Tambi¨¦n quisiera poder explicarle en unas breves l¨ªneas el origen de tan desafortunado incidente.
El avi¨®n que deb¨ªa realizar el citado vuelo el pasado d¨ªa 11 de marzo se dirig¨ªa desde Espa?a a Venecia para recoger a los pasajeros que iban a efectuar el vuelo de regreso a Madrid. Cuando sobrevolaba territorio italiano, el comandante del avi¨®n recibe notificaci¨®n del cierre del aeropuerto de Venecia por condiciones metereol¨®gicas adversas, dirigi¨¦ndose entonces al aeropuerto de Trieste, que, aunque con malas condiciones de visibilidad, todav¨ªa se mantiene operativo.
En este punto, y creo que en buena l¨®gica y con la mejor intenci¨®n, se decide llevar en autob¨²s a los pasajeros del vuelo Venecia-Madrid hacia Trieste, donde supuestamente iba a aterrizar el avi¨®n, para que desde all¨ª pudiesen embarcar en el avi¨®n y no fuera necesario cancelar el vuelo.
Sin embargo, y cuando estos pasajeros estaban llegando en el autob¨²s a Trieste, el comandante del avi¨®n recibe de nuevo informaci¨®n del cierre del aeropuerto de Trieste debido a las mismas causas meteorol¨®gicas adversas, por lo que tiene que dirigirse al aeropuerto de Mil¨¢n, que todav¨ªa se manten¨ªa abierto. En ese momento se tuvo que analizar la conveniencia de situar el autob¨²s con los pasajeros en Mil¨¢n, como se pens¨® en un principio, o bien cancelar el vuelo y que el autob¨²s regresara a Venecia.
Una vez all¨ª se les buscar¨ªa el mejor alojamiento posible -recordemos que no es f¨¢cil encontrarlo para un grupo de m¨¢s de cien personas sin una reserva previa en un destino tur¨ªstico- y evitar mayores molestias a los pasajeros. Finalmente se tom¨® esta ¨²ltima -y, a mi entender, acertada- decisi¨®n.
No le quepa duda de que la intenci¨®n del personal de Iberia fue en todo momento la de ayudar a los pasajeros y evitar las molestias que una cancelaci¨®n del vuelo les podr¨ªa ocasionar. Pero las cambiantes instrucciones recibidas desde el control de espacio italiano no ayudaron precisamente a que esto se pudiera conseguir.
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