Basura y biograf¨ªa
Un ciudadano almacenaba basuras en su casa: los empleados municipales tardaron 14 d¨ªas en sacarla. Me recuerda las personas de guerra: los acaparadores. No s¨¦ qu¨¦ guerra, o miseria, o pobreza ten¨ªa este anciano para llevarle a la acumulaci¨®n. Mi t¨ªa Cecilia acaparaba calderilla; en el metro hab¨ªa una cola especial para los que no ten¨ªan cambio, que deb¨ªa esperar que se recaudaran monedas para irles despachando, y en esa cola estaba mi t¨ªa cuando se le rompi¨® el refajo y cay¨® por la escalera una cascada de perras gordas. Hubo que sacarla de la comisar¨ªa explicando que no era facciosa ni boicoteadora, sino mani¨¢tica. A¨²n no compro una caja de cerillas o una bombilla, sino seis o siete: por si se acaban. Y me pon¨ªa nervioso cuando alguien se demoraba con mi encendedor, porque gastaba gasolina y no hab¨ªa: segu¨ª as¨ª hasta que dej¨¦ de fumar. As¨ª se construye una biograf¨ªa, y cito el subt¨ªtulo de un ensayo de Enrique Gil Calvo -se le lee, a gusto, en este peri¨®dico-, Nacidos para cambiar (Taurus).
Lo que digo es que ciertos cambios son muy escasos, y esas impresiones pasadas forman parte de la persona de hoy. Es verdad, como dice el importante libro, que la ansiedad por el cambio es terrible: 'de coche, de pareja o de trabajo como de ideolog¨ªa, religi¨®n o programa inform¨¢tico'. Lo que me permito creer es que el coche, la pareja o el programa ser¨¢n basura r¨¢pidamente, y nosotros lo seremos para ellos: para nuestra pareja, nuestro m¨¦dico, nuestros hijos.
Este af¨¢n por el cambio es de la sociedad de consumo y su publicidad, adem¨¢s de la desagradable elongaci¨®n de la vida. No tengo datos, pero cuando desapareci¨® Franco mucha gente cambi¨® de pareja, de casa, de trabajo: terminaba una era. Un director de peri¨®dico, Francisco Lucientes, me disuadi¨® de un amor dibujando unos diagramas en el alf¨¦izar de su despacho, para demostrarme que todas eran la misma mujer. Luego vi que aspiraba a la pareja de la que me quer¨ªa disuadir; no la tuvo, pero tuvo otra, que consumi¨® su vida. Todos guardamos todo, nadie tira nada en el desv¨¢n del cerebro, pero si queremos encontrar algo, est¨¢ bloqueado. Sacar el objeto antiguo, leer el viejo libro o escuchar la canci¨®n pasada es una forma de hacer biograf¨ªa nueva con la vieja.
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