Medio siglo distinto
Distinci¨®n y discreci¨®n son dos conceptos ligados por una relaci¨®n de subsidiariedad. Se puede ser discreto sin ser distinguido, pero no ser distinguido sin ser discreto. Ejemplos no faltan, especialmente de lo segundo. En Barcelona tenemos uno perfecto en el pasaje de M¨¦ndez Vigo, una calle discreta donde las haya (?sabe usted d¨®nde cae?) pero de una elegancia que ya resulta ex¨®tica en esta ciudad de los bodrigios. Justo a mitad del pasaje se alza la Casa Amat, una torre de tres pisos de corte neocl¨¢sico edificada en 1889 y recientemente restaurada que alberga desde su fundaci¨®n, en 1950, el Instituto Italiano de Cultura (IIC). S¨ª, en 1950, o sea que el a?o pasado cumpli¨® medio siglo de vida, y ni usted ni yo nos enteramos.
El Instituto Italiano de Cultura de Barcelona ha cumplido 50 a?os. Su director subraya que no es la casa de los italianos, sino un servicio para todos
No nos enteramos, seguramente, por una cuesti¨®n de subsidiariedad. Las bodas de oro ca¨ªan a finales de a?o, pocas semanas despu¨¦s de la llegada del actual director, el romano Ennio Bispuri, sucesor de Manenti, quien a su vez sucedi¨® a Bellone, y as¨ª hasta una decena en 50 a?os. Desde 1991, una ley impide a los directores de institutos italianos permanecer m¨¢s de cuatro a?os en la misma sede, raz¨®n por la cual Bispuri, procedente de Mosc¨², aterriz¨® en Barcelona en plena vigilia de la efem¨¦ride. Eso s¨ª, a petici¨®n propia: 'Me apetec¨ªa por el clima, para compensar el fr¨ªo de Rusia, pero sobre todo porque ahora mismo es el destino m¨¢s codiciado'. El Ministerio de Asuntos Exteriores, del cual dependen todos los IIC, quiere potenciar este centro, y Bispuri ya ha aprovechado los vientos favorables para pedir un presupuesto extraordinario con la intenci¨®n de ampliar el edificio en el solar adyacente. Y no s¨®lo eso. Adem¨¢s del flamant¨ªsimo Centro de Estudios sobre el Cine Italiano, su primera aportaci¨®n al instituto, Bispuri ha introducido otra novedad: el de Barcelona es el ¨²nico entre los 92 IIC de todo el mundo que cuenta con una oficina de prensa (cuyo primer cometido, como se ver¨¢, ha sido montar por fin el susodicho acto de aniversario). ?Todo eso porque Barcelona, como se sabe, est¨¢ de moda y la colonia italiana aumenta cada d¨ªa? Quien responde ahora es el pragm¨¢tico Sandro Castro, organizador de la segunda actividad m¨¢s frecuentada del IIC, los cursos de cocina: 'No es que aumente la colonia, sino que Barcelona est¨¢ siendo adoptada como una nueva ciudad italiana en el extranjero'. Y debe de ser cierto, pues ahora mismo ya hay seis compa?¨ªas a¨¦reas que ofrecen vuelos diarios desde distintas ciudades italianas, las sure?as N¨¢poles y Palermo incluidas. 'Pero que nadie se confunda', tercia de nuevo el director: 'El instituto no es la casa de los italianos en Barcelona, sino un servicio para la poblaci¨®n local, en este caso los catalanes'.
Un servicio al cual seguramente muchos estar¨¢n agradecidos, pues durante 50 a?os ha ofrecido ininterrumpidamente cursos de lengua y literatura italianas (600 alumnos al a?o) a cargo de profesores rigurosamente nativos, los ya citados de cocina y un abanico de actividades culturales en que predominan, atenci¨®n, la ¨®pera (en v¨ªdeo, claro est¨¢) y el cine, potenciado ahora m¨¢s que nunca, no en vano Bispuri es un reconocido cin¨¦filo y autor de cuatro libros sobre Tot¨® y Fellini. Sin ir m¨¢s lejos, el programa del bimestre marzo-abril incluye la visita de los directores Luciano Emmer y Giovanni Chiesa. No hay personaje relevante de la vida art¨ªstica italiana que pase por Barcelona y no d¨¦ una charla en M¨¦ndez Vigo, en cuyas paredes todav¨ªa resuenan los ecos del siciliano de Andrea Camilleri y del napolitano de Erri de Luca, e incluso del ex presidente de la Rep¨²blica Francesco Cossiga, que a finales de los ochenta supo de su nombramiento sentado en un sill¨®n del instituto. Ahora mismo, los ecos m¨¢s audibles son los de las palabras que cada mi¨¦rcoles a las 19.00 horas pronuncian un ramillete de profesores universitarios en ese maravilloso intento de difundir Dante a base de leer y comentar un canto de la Divina comedia... ?durante 10 a?os!
Pues bien, a lo que ¨ªbamos. Finalmente el exquisito se?or Bispuri encontr¨® una buena excusa para celebrar ese medio siglo, consistente en apoyar la presentaci¨®n del nuevo libro de Valent¨ª G¨®mez Oliver, italian¨®filo especialista en organizar presentaciones de su nuevo libro tan pirot¨¦cnicas como ¨¦l mismo (lunes 26, 19.30 horas, Sal¨® del Tinell). Lo de Bispuri, sin embargo, fue mucho m¨¢s... subsidiario. En estos tiempos en que por menos de nada te montan un megaf¨®rum, ¨¦l se limit¨® a reunir a un grupo de amigos suyos y de Valent¨ª G¨®mez en el evocativo restaurante Cava di Donna Fugata y agasajarles (?qu¨¦ verbo adecuado!) con un men¨² de cocina siciliana tradicional que para s¨ª lo hubiera querido Tommasi di Lampedusa. Discreci¨®n en los modos y distinci¨®n en los contenidos, con el aliciente a?adido de ver a Giuseppe (nativo de Caltanissetta), el ¨²nico chef del mundo con el perfil de Sicilia recortado en la perilla (la direcci¨®n, faltar¨ªa m¨¢s: plaza de Tetuan, n¨²mero 5). Por muchos a?os.
(A prop¨®sito de subsidiariedad. ?Se han fijado?: un art¨ªculo entero sobre cultura italiana sin una sola cita en lengua ¨ªdem. ?O ser¨¢ una forma a¨²n m¨¢s sofisticada de esnobismo?).
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