La propuesta sindical para las pensiones
CC OO considera posible apostar por un sistema p¨²blico de pensiones en 2050 con casi el doble de pensiones (13,7 frente a 7,6 millones) y una elevaci¨®n muy importante de la actual cuant¨ªa media en t¨¦rminos reales (200.000 frente a 80.000, ambas en pesetas de 2000), siempre y cuando la sociedad espa?ola consiga un crecimiento medio de la econom¨ªa del +2,5%. Herce y Jimeno concluyen que con la propuesta sindical 'la renta relativa de los futuros pensionistas disminuye y la desigualdad de la renta aumenta' (EL PA?S, 26 de febrero), al caer dentro de cincuenta a?os la relaci¨®n entre la cuant¨ªa media de las pensiones y el salario medio desde el 31% actual al 16,5%.
Causa satisfacci¨®n comprobar la positiva evoluci¨®n del debate sobre el futuro de las pensiones, al transitar desde una presunta quiebra del sistema de reparto a disquisiciones sobre la mayor o menor bondad de alcanzar dentro de medio siglo una pensi¨®n media de 200.000 pesetas del presente a?o. Una situaci¨®n que implica la percepci¨®n de la cuant¨ªa m¨¢xima (303.960 pesetas de 2000) por un porcentaje muy importante de pensionistas. Con el planteamiento sindical, el fuerte crecimiento en t¨¦rminos reales de la cuant¨ªa media (2,48 veces, y no 2,24 como se dice en el art¨ªculo) est¨¢ acompa?ado de un aspecto muy importante: la garant¨ªa de una gran cobertura de la poblaci¨®n objeto de protecci¨®n (+1,81 veces el n¨²mero actual). Como resultado, el gasto total en pensiones en 2050 aumentar¨ªa m¨¢s que la riqueza total (+4,4 veces frente a 3,5 del PIB).
La relaci¨®n entre salario medio y pensi¨®n media del sistema tiene una utilidad discutible, al medirse el primero en un momento dado, mientras la segunda es reflejo de carreras profesionales completas, algunas de las cuales finalizaron hace muchos a?os. Adem¨¢s, siendo cierta la disminuci¨®n de este par¨¢metro, lo es bastante menos de lo mencionado (del 31% al 22%). Pero m¨¢s importante para la mayor¨ªa, la tasa de reposici¨®n (pensi¨®n inicial del beneficiario respecto a su ¨²ltimo salario) tendr¨¢ una ca¨ªda significativamente inferior para una buena parte de los trabajadores, al ejercer de contrapeso la existencia de una pensi¨®n m¨¢xima que permite reequilibrar los retornos entre el total de pensionistas.
El fuerte crecimiento del gasto total en pensiones, de las cuant¨ªas medias y de su n¨²mero garantizado por el sistema de reparto compensan con creces ese empobrecimiento relativo (la mitad de las prestaciones cobrar¨ªan la cuant¨ªa m¨¢xima), concentrado sobre todo en las rentas m¨¢s elevadas. Pero, siendo importante este hecho, lo m¨¢s destacable es el grado de cohesi¨®n personal y territorial inherente al sistema de reparto. Una seguridad cierta para m¨¢s trabajadores, asociada a su funcionamiento colectivo, frente a la incertidumbre individual de los sistemas de capitalizaci¨®n creada por posibles situaciones prolongadas de desempleo.
Tampoco hay que olvidar la aportaci¨®n positiva al crecimiento econ¨®mico e incluso al mantenimiento de la tasa de ahorro agregada, demostrada por el sistema de reparto. Ventajas nada despreciables, a las que a?adir la garant¨ªa de los beneficiarios de percibir una renta vitalicia y su protecci¨®n frente a la inflaci¨®n, cualidades no extensibles a los sistemas de capitalizaci¨®n. Modelos tampoco libres de riesgo ante el envejecimiento de la poblaci¨®n o de un resultado negativo de sus inversiones. Dado que la rentabilidad de los activos a largo plazo est¨¢ limitada por el crecimiento del PIB, la ¨²nica opci¨®n para mejorar las prestaciones respecto a un sistema de reparto es invertir en pa¨ªses emergentes, con PIB potenciales m¨¢s elevados, pero a la vez con superior prima de riesgo (riesgo-pa¨ªs).
La propuesta sindical est¨¢ basada en el esfuerzo colectivo para asegurar crecimientos de riqueza suficientes (+2,5%), demostrados por la realidad como factibles. En este sentido, CC OO es consciente de la necesidad imperiosa de implementar medidas para evitar una p¨¦rdida de poblaci¨®n, procurando aumentos en la tasa de natalidad y desarrollando pol¨ªticas de inmigraci¨®n adecuadas. Sin embargo, ante este problema clave, las respuestas escuchadas hasta la fecha son insatisfactorias. Unas por confundir los efectos con las causas, limit¨¢ndose a pedir recortes de las pensiones p¨²blicas y la sustituci¨®n, en mayor o menor proporci¨®n, del sistema de reparto por otro de capitalizaci¨®n. Otras, las del Gobierno, vac¨ªas de contenido. No es asumible mantener prestaciones familiares miserables, servicios de guarder¨ªa insuficientes y barreras de acceso a la vivienda insalvables para los j¨®venes parapet¨¢ndose en la falta de recursos p¨²blicos. Tampoco ayuda a solucionar el problema la elevada precariedad o la imposici¨®n de un contrato a tiempo parcial que imposibilita conjugar la vida familiar y laboral. La posici¨®n del Gobierno, concentrada en publicitar rebajas desequilibradas del IRPF y equilibrio presupuestario con una presi¨®n fiscal inferior en siete puntos del PIB a la media de la Uni¨®n Europea, compromete seriamente el desarrollo futuro de la sociedad espa?ola.
La propuesta sindical es consciente de la necesidad de adecuar progresivamente la tasa de reposici¨®n para lograr los objetivos marcados. As¨ª, dado que las ¨²ltimas medidas se hab¨ªan adoptado en 1985 y hab¨ªa pasado el suficiente tiempo para acumular un crecimiento real de los salarios, se asumieron en 1996 modificaciones en la f¨®rmula de c¨¢lculo de la pensi¨®n para controlar el crecimiento de la pendiente de gasto (ampliaci¨®n del periodo de c¨¢lculo y ajuste en el porcentaje de pensi¨®n por a?o cotizado). Dentro de un tiempo se deber¨¢ volver a estudiar la situaci¨®n. Pero ahora no hay necesidad de adoptar inmediatamente m¨¢s medidas en este sentido: alguna de las anteriores, todav¨ªa no se ha completado (el paso de ocho a 15 a?os en el periodo de c¨¢lculo finaliza en 2003), el gasto en pensiones sobre el PIB es reducido (8,34%), la pensi¨®n media es de 80.000 pesetas y las nuevas pensiones de jubilaci¨®n del r¨¦gimen general incorporadas durante el a?o 2000 son, en media, de 136.000 pesetas. Menos todav¨ªa se justifica aumentar el c¨¢lculo a toda la vida laboral. M¨¢s bien al contrario, la prioridad est¨¢ marcada por la elevaci¨®n de algunas prestaciones especialmente bajas y la adopci¨®n de medidas efectivas para evitar la p¨¦rdida de poblaci¨®n.
La propuesta sindical apuesta por una posici¨®n hegem¨®nica del sistema de reparto como principal suministrador de una renta digna y suficiente a las personas que finalizan su vida laboral, pero est¨¢ acompa?ada de la aceptaci¨®n de fondos complementarios privados de capitalizaci¨®n de suscripci¨®n voluntaria por todas las personas que lo consideren oportuno para complementar sus ingresos. El sistema de reparto ser¨¢ viable en el futuro bajo las condiciones expresadas, pero no se pretende enga?ar a nadie; en ning¨²n caso podr¨¢ pagar prestaciones superiores al equivalente en cada momento de la cuant¨ªa m¨¢xima actual medida en pesetas constantes.
Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Garc¨ªa y Miguel ?ngel Garc¨ªa D¨ªaz son secretario de Pol¨ªtica Institucional y economista del Gabinete T¨¦cnico de la CS de CC OO, respectivamente.
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