C¨¢ritas alerta del aumento de j¨®venes y familias entre el colectivo de los 'sin techo'
Hasta hace unos a?os, las personas que viv¨ªan en la calle proced¨ªan de ambientes desestructurados, eran de avanzada edad y ten¨ªan problemas con el alcohol o las drogas. Eso est¨¢ cambiando. Seg¨²n C¨¢ritas, los j¨®venes y las familias cada vez son m¨¢s entre los sin techo.
Para la organizaci¨®n, esa situaci¨®n es producto de las dificultades de los adolescentes para acceder al mercado laboral y del incremento de las rupturas familiares. En ambos casos, la falta de ingresos condena a numerosas personas a su exclusi¨®n social.
'Hace 25 a?os, los desprotegidos eran los ancianos, pero hoy la tercera edad tiene m¨¢s cobertura social. El problema ahora son las familias que tienen un sueldo muy peque?o y en las que una ruptura significa miseria para las dos partes', apunt¨® un portavoz de la organizaci¨®n. C¨¢ritas estima que en la ciudad hay casi 900 personas sin techo, aunque s¨®lo 50 viven de manera permanente en la calle. Su exclusi¨®n es de tal calibre que al no disponer de un domicilio ni siquiera pueden acceder al cobro del salario social establecido por la Junta, pese a que son 'los ¨²ltimos de los ¨²ltimos'.
Adem¨¢s del aumento de familias y j¨®venes, la organizaci¨®n tambi¨¦n ha detectado el incremento de inmigrantes entre el colectivo de los sin hogar. De acuerdo a los datos facilitados ayer, en M¨¢laga hay 14 barrios con un gran ¨ªndice de exclusi¨®n social.
Cr¨ªticas
La organizaci¨®n dio estos datos al presentar una campa?a con la que pretende recaudar los 50 millones que necesita para acabar un hogar que dar¨¢ cobijo a personas sin techo. C¨¢ritas critic¨® la falta de 'pol¨ªticas sociales m¨¢s activas' de las administraciones a favor de los m¨¢s desprotegidos, la escasa coordinaci¨®n entre los recursos existentes y que no se definan medidas a largo plazo.
Sus representantes apuntaron que la pol¨ªtica social no puede hacerse sobre la marcha y mediante 'parches', sino con una programaci¨®n en el tiempo que atienda las necesidades espec¨ªficas de cada colectivo. 'No es lo mismo una madre que acude por malos tratos que una persona que est¨¢ enganchada a las drogas, sin embargo se les da casi el mismo tratamiento', recalcaron.
El hogar Pozo Dulce -ubicado en la capital- es un proyecto con el que C¨¢ritas intenta paliar la situaci¨®n de los sin techo. La remodelaci¨®n del edificio ya ha concluido, pero falta terminar el alicatado, la soler¨ªa y otros detalles. Sus instalaciones albergar¨¢n una casa abierta para personas con escasas posibilidades de reinserci¨®n social. El objetivo es que puedan adquirir h¨¢bitos sociales m¨ªnimos que les permitan pasar a pisos tutelados, tambi¨¦n de C¨¢ritas.
Por ¨²ltimo, se crear¨¢ un centro de acogida temporal para familias que por desalojos o desahucios se han quedado en la calle y que en la actualidad se ven forzadas a dividirse: los padres al albergue municipal y los hijos a un centro de acogida de menos. 'La finalidad es que estas personas no pierdan lo ¨²nico que tienen, que es la uni¨®n familiar', apuntaron.
Los representantes de la organizaci¨®n aprovecharon la rueda de prensa para pedir a la Junta y al Ayuntamiento de M¨¢laga que la buena acogida que han demostrado hacia el proyecto del hogar se transforme 'en duros' a fin de garantizar la terminaci¨®n del hogar y su mantenimiento.
C¨¢ritas tambi¨¦n reiter¨® una denuncia que ya ha realizado con anterioridad: el abandono de los enfermos ps¨ªquicos que viven en la calle. La ra¨ªz del problema es que tras la eliminaci¨®n de los antiguos manicomios, no se han puesto suficientes recursos en su lugar.
Seg¨²n sus representantes, mientras los enfermos con trastornos psiqui¨¢tricos son j¨®venes, sus padres los cuidan y permanecen en sus casas, pero cuando ¨¦stos mueren o ya no tienen capacidad para atenderlos, muchos de ellos se ven abocados a la calle y a la marginalidad.
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