Maider L¨®pez invita a cuestionarse el espacio en su exposici¨®n '65 x 90 cm.'
La pintora donostiarra muestra su obra en DV
'El punto de partida de mi trabajo es el espacio y la transformaci¨®n de ¨¦ste', afirma la pintora Maider L¨®pez (San Sebasti¨¢n, 1975) , quien utiliza la pintura como 'objeto para activar el espacio', estableciendo para ello una relaci¨®n entre los elementos preexistentes y los que ella dispone en suelos, paredes, techos o columnas. Y eso es lo que ha hecho en la Galer¨ªa DV de San Sebasti¨¢n (San Mart¨ªn, 5) con su obra 65 x 90 cm., que permanecer¨¢ expuesta hasta el pr¨®ximo 21 de abril.
La joven donostiarra, que ha obtenido buenas cr¨ªticas por su trabajo en la ¨²ltima edici¨®n de Arco, ha intervenido en el espacio de la sala a fin de que ¨¦ste se incorpore y se camufle con su propio obra.
'Pretendo que cuando un visitante entre en la sala se cuestione cosas sobre el espacio', subraya Maider L¨®pez, quien comienza su exposici¨®n ya en el exterior de la galer¨ªa. 'La tejavana de fuera ten¨ªa una parte rota y la he repuesto, porque para m¨ª las esquinas, los vanos, los salientes... tienen su importancia', explica. La pintora ha colocado una tejavana id¨¦ntica a la que hab¨ªa, pero pintada de azul y amarillo, en lugar de dejar la madera desnuda de color. 'Es una especie de aviso, de presentaci¨®n de la muestra', argumenta.
Nada m¨¢s abrir la puerta de la galer¨ªa, el espectador pisa un felpudo donde pone 65 x 90 cm., que son las medidas del propio felpudo y el t¨ªtulo de la exposici¨®n. 'El felpudo se presenta a s¨ª mismo y, adem¨¢s, es un elemento muy pr¨¢ctico', se?ala la joven, licenciada en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao en la especialidad de pintura. Sin embargo, ella se reconoce m¨¢s bien como 'una artista relacionada con la pintura, la escultura, la arquitectura, la decoraci¨®n y todo un mont¨®n de ¨¢mbitos de fuera del mundo del arte'.
Una vez traspasado el felpudo, el espectador se encuentra a su derecha con una pared blanca con un z¨®calo naranja y una franja del mismo color en la frontera entre la pared y el techo, mientras que a su izquierda un revestimiento blanco 'se camufla' con la pared ya existente.
La joven, que dice beber de las fuentes de artistas alemanes contempor¨¢neos y trabaja en la actualidad en un estudio en Arteleku, se vale siempre de colores fuertes para 'llamar la atenci¨®n', porque 'muchas veces la pieza se camufla con el espacio'. 'Me gusta bastante la idea del camuflaje, de c¨®mo uno se hace a lo que est¨¢ alrededor suyo para ser admitido', apunta.
La 'direccionalidad' de la sala lleva al visitante hasta una rampa de minusv¨¢lidos pintada de amarillo y colocada en las escaleras que suben al altillo de la galer¨ªa. Con esta rampa, la pintora donostiarra quiere hacer reflexionar sobre los espacios urbanos. '?Qu¨¦ utilidad tiene una rampa dentro, que adem¨¢s tiene una inclinaci¨®n demasiado grande, si en el exterior de la galer¨ªa, donde tambi¨¦n hay escaleras, no existe una?', se pregunta, para resaltar que esto ocurre en muchos puntos de las ciudades.
L¨®pez renuncia en su exposici¨®n a parte del altillo, que aparece cerrado. 'Pero no renuncio cerr¨¢ndolo y aqu¨ª no ha pasado nada, mi pieza es justo el cerrar ese espacio tan destacado, donde quiz¨¢ otra persona hubiera colocado sus obras m¨¢s importantes', explica. Este espacio 'cegado' hace llegar al visitante hasta el final de la exposici¨®n, pues tras ¨¦l hay un reflejo naranja que llama su atenci¨®n y cierra la muestra, tal y como indica la joven creadora. 'El arte est¨¢ en un momento en el que lo que m¨¢s quiere es acercarse a la gente, a la vida', asegura.
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