Ruptura pesquera
No ha habido milagro de ¨²ltima hora: la Uni¨®n Europea dio por rotas ayer las negociaciones para alcanzar un nuevo acuerdo pesquero con Marruecos. Concluye as¨ª un largo periodo de cooperaci¨®n que, a pesar de las dificultades crecientes, ha resultado fruct¨ªfero para los sectores pesqueros marroqu¨ª y europeo, especialmente el espa?ol, que a partir de ahora est¨¢ abocado a una fuerte reconversi¨®n y a la b¨²squeda de nuevos caladeros para poder sobrevivir.
Cabe preguntarse, tras casi a?o y medio de marear la perdiz de la negociaci¨®n, con siete reuniones a alto nivel pol¨ªtico y 13 de car¨¢cter t¨¦cnico entre las partes, si Marruecos ha tenido alguna vez voluntad pol¨ªtica de llegar a un acuerdo. En todo caso, la Uni¨®n Europea, que es la que negocia por ser la de pesca una pol¨ªtica com¨²n, ha terminado tirando la toalla ante la manifiesta desproporci¨®n entre el esfuerzo financiero que le exig¨ªa Marruecos -90 millones de euros por cada uno de los tres a?os de duraci¨®n del posible convenio- y las condiciones leoninas impuestas a la flota pesquera comunitaria habilitada para faenar en aguas marroqu¨ªes.
Cuando se cerr¨® el ¨²ltimo convenio pesquero, vigente entre 1995 y 1999, Marruecos ya dej¨® entrever que posiblemente ser¨ªa el ¨²ltimo. Su posici¨®n negociadora se ha visto reforzada sin duda en los ¨²ltimos tiempos mediante acuerdos privados con armadores holandeses y otros con pa¨ªses asi¨¢ticos, como Corea y Jap¨®n, suficientes para sacar adelante su industria pesquera y obtener compensaciones financieras posiblemente m¨¢s ventajosas que las ofrecidas por la UE. En todo caso, la Comisi¨®n Europea, siguiendo el mandato de los ministros de Pesca, ha intentado sacar adelante un acuerdo que permitiera a los 440 barcos que faenan en el caladero marroqu¨ª seguir con su actividad y poner fin a un amarre forzoso en puerto que dura ya m¨¢s de un a?o.
Con un Gobierno d¨¦bil que est¨¢ tendiendo ¨²ltimamente hacia un f¨¢cil y preocupante antiespa?olismo, y con la sart¨¦n por el mango, los negociadores marroqu¨ªes han llevado a la Comisi¨®n Europea a un callej¨®n sin salida, lo que no puede dejar de repercutir, para mal, en las relaciones bilaterales. Desde octubre pasado, fecha en que Rabat accedi¨® a negociar, sus propuestas de reducci¨®n en la actividad de la flota comunitaria han sido cada vez m¨¢s dr¨¢sticas, al tiempo que m¨¢s cuantiosas las contrapartidas financieras exigidas a la UE. Real o no, la voluntad negociadora de Marruecos ha resultado ser un espejismo que ha entretenido a la Uni¨®n Europea hasta el momento de considerar pol¨ªtica y econ¨®micamente inaceptable suscribir un acuerdo que romp¨ªa el elemental principio de proporcionalidad entre lo que se da y lo que se recibe, lo que podr¨ªa contagiarse a otros acuerdos pesqueros pendientes de renovaci¨®n.
Tras esta ruptura, que deber¨¢n certificar los ministros de Pesca de la UE en su reuni¨®n de finales de abril, se plantea el peliagudo problema de la reconversi¨®n de la flota pesquera arrojada de los caladeros de Marruecos, en especial la andaluza, la de m¨¢s larga tradici¨®n en esas aguas. De los 440 barcos y 4.000 pescadores afectados, 350 y 2.500, respectivamente, son espa?oles. Es evidente que el fracaso de las negociaciones pesqueras con Marruecos afecta muy especialmente a Espa?a. La reconversi¨®n del sector necesitar¨¢ una financiaci¨®n incluso m¨¢s cuantiosa que la exigida por Marruecos: unos 60.000 millones de pesetas. La UE, seg¨²n acord¨® el Consejo Europeo de Niza, est¨¢ dispuesta a ayudar con fondos, y as¨ª lo ha puesto ahora de manifiesto el comisario Franz Fischler. Pero el Gobierno espa?ol, al que los pescadores andaluces achacan 'ser el ¨²nico en la historia de Espa?a que ha terminado con la pesca de nuestros barcos en Marruecos', no puede quedarse a la espera. Tiene que reclamar a la UE la pronta puesta en marcha de los mecanismos complementarios de apoyo a un sector duramente castigado en los ¨²ltimos a?os.
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