David Greenlee, el 'virrey' paraguayo
Respondiendo a las instrucciones de su Gobierno, el embajador estadounidense en Asunci¨®n (Paraguay), David Greenlee, ha acudido a las oficinas del juez Jorge Bogar¨ªn para darle p¨²blicamente su apoyo. El juez tiene en sus manos algunos de los casos m¨¢s delicados en la historia jur¨ªdica reciente de Paraguay: investiga el asesinato del ex vicepresidente Luis Mar¨ªa Arga?a, la masacre de los j¨®venes en las plazas del Congreso en marzo de 1999 y al ex presidente Juan Carlos Wasmosy por el esc¨¢ndalo del Banco de Desarrollo.
El juez Bogar¨ªn representa a una nueva camada de magistrados j¨®venes paraguayos que intenta poner en pr¨¢ctica algo que pocas veces existi¨® en Paraguay: la independencia del poder judicial. Obviamente, por la naturaleza de los casos a su cargo, el juez recibe presiones e incluso amenazas a diario. El a?o pasado, tanto ¨¦l como su esposa fueron amenazados de muerte y sufrieron atentados contra su propiedad. Llam¨® la atenci¨®n, sin embargo, que el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados resolviera disponer un "informe sumario" al juez Jorge Bogar¨ªn y la fiscal Sandra Qui?onez. Ambos hab¨ªan resuelto otorgar la libertad condicional a tres senadores oviedistas (partidarios del ex general Lino Oviedo) vinculados con los sucesos del llamado Marzo Paraguayo hasta tanto se resuelva su responsabilidad en ellos.
Le decisi¨®n del Jurado de Magistrados contiene varios elementos claramente pol¨ªticos. Uno de sus miembros, el senador Francisco Jos¨¦ De Vargas, hab¨ªa advertido telef¨®nicamente al juez de que intentar¨ªa destituirlo si pon¨ªa en libertad a los senadores oviedistas. El regreso de los senadores a sus esca?os alterar¨¢ visiblemente el espectro pol¨ªtico en el Senado, reduciendo el poder de la coalici¨®n colorado-encuentrista, que supone la mayor¨ªa a las fuerzas del Gobierno. Se cree que De Vargas podr¨ªa responder tambi¨¦n al inter¨¦s del ex presidente Wasmosy, que aguarda sentencia del juez Jorge Bogar¨ªn sobre el caso del Banco de Desarrollo. El fiscal de la causa pide ocho a?os de c¨¢rcel para el ex presidente.
La actitud de De Vargas ha sido criticada por gente de su propio partido, el Liberal Aut¨¦ntico, y provoc¨® la renuncia de uno de los miembros del Jurado de Magistrados, el senador liberal Juan Manuel Ben¨ªtez Florent¨ªn: "No puedo seguir en un jurado que ha perdido credibilidad", se?al¨® el senador a EL PA?S; sostiene que el jurado se extralimit¨® en sus funciones y que sus miembros podr¨ªan ser sometidos a juicio pol¨ªtico. Sin embargo, el senador liberal se suma a quienes desaprueban la actitud de Greenlee.
"Sin negar la indudable influencia de Estados Unidos, ha sido un error", se?ala Ben¨ªtez Florent¨ªn. "Las propias autoridades de Paraguay, aun reconociendo la dependencia pol¨ªtica y econ¨®mica de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina de Estados Unidos, deben guardar las formas". La intervenci¨®n de Greenlee es, en la opini¨®n del senador, una contradicci¨®n de t¨¦rminos, ya que Estados Unidos est¨¢ apoyando la independencia del poder judicial pero contribuye a su continua dependencia. Se?al¨® textualmente que "ridiculiza al pa¨ªs como un proc¨®nsul que imparte instrucciones".
El embajador Greenlee es un diplom¨¢tico de carrera con amplios conocimientos de la regi¨®n, que incluyen un a?o de voluntariado como miembro del Cuerpo de Paz en Bolivia. Ingres¨® en el Servicio Exterior en 1974 y desde entonces desempe?¨® diversos cargos de responsabilidad en Hait¨ª, donde fue coordinador especial del Departamento de Estado para Hait¨ª, delegado de Estados Unidos y jefe del Grupo de Monitoreo Israel-L¨ªbano; fue consejero pol¨ªtico del Comando del Ej¨¦rcito y ministro consejero en las embajadadas de Estados Unidos en Espa?a, Chile y Bolivia. Asumi¨® su cargo de embajador en Paraguay el 19 de julio de 2000.
Este modus operandi no es nada nuevo para los embajadores estadounidenses que, al asumir sus cargos en Paraguay, se convierten autom¨¢ticamente en importante personajes de la pol¨ªtica nacional. Es, en parte, la raz¨®n que le vali¨® su apodo al embajador Greenlee, El Virrey . Anteriormente, otros embajadores tuvieron papeles protag¨®nicos al denunciar violaciones a los derechos humanos, restricciones a la libertad de expresi¨®n o por dar opiniones de corte decididamente pol¨ªtico. Fue la decisi¨®n de la embajadora Maura Harty la que sostuvo el endeble proceso democr¨¢tico en marzo de 1999. La embajada de Estados Unidos sirvi¨® entonces como sede de las negociaciones que culminaron con la renuncia del ex presidente Ra¨²l Cubas. Un poco antes, en 1996, fue refugio para el ex presidente Wasmosy, cuando el general Oviedo amenazaba con desequilibrar la estabilidad pol¨ªtica del pa¨ªs tras rechazar su pase a retiro de las fuerzas armadas.
En opini¨®n del analista pol¨ªtico Carlos Martini, la actitud del embajador responde a una clara se?al de Washington que aboga por la seguridad jur¨ªdica y la limpieza en el pa¨ªs: "Hoy d¨ªa, con el concepto de globalizaci¨®n, las noci¨®nes de dependencia y territorios se han difuminado. No creo que deba interpretarse como una injerencia ni una violaci¨®n a la soberan¨ªa nacional. Paraguay necesita todav¨ªa estas presiones porque se trata de un sistema endeble. Las necesitamos constantemente para ayudar a provocar los cambios".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.