Encrucijada argentina
Al candidato a la presidencia argentina que no obtuvo m¨¢s del 10% de los votos en las ¨²ltimas elecciones, Domingo Cavallo, le acaba de conceder la C¨¢mara de Diputados los primeros poderes especiales para, en la pr¨¢ctica, gobernar por decreto durante un a?o, con el fin de superar la cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. Una decisi¨®n controvertida, pendiente todav¨ªa del escollo del Senado, que no ha fortalecido precisamente la ya precaria Alianza gubernamental. Esas facultades excepcionales concedidas al Gobierno acompa?an la promulgada Ley de Competitividad en la que el 'superministro' basa su plan de salvamento. Un conjunto de medidas entre las que cabe destacar la reforma del Estado para reducir el gasto p¨²blico, una reforma tributaria o elevaciones arancelarias sobre las importaciones de bienes de consumo de fuera de Mercosur y reducciones de las que gravan las importaciones de bienes de capital. Todo ello, sin modificar el singular r¨¦gimen cambiario que estableci¨® un tipo fijo de paridad frente al d¨®lar.
Un conjunto de actuaciones menos ortodoxas que las propuestas por su brev¨ªsimo antecesor, el dimitido economista de la escuela de Chicago L¨®pez Murphy, pero que no garantiza la normalizaci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica. En gran medida, la principal restricci¨®n al crecimiento de Argentina radica precisamente en lo que se considera inamovible, el tipo de cambio fijo frente al d¨®lar, que ha da?ado seriamente la capacidad competitiva de las exportaciones y la ha hecho tremendamente permeable a las importaciones de otros pa¨ªses cuya moneda ha sido objeto de depreciaci¨®n. El real brasile?o, sin ir m¨¢s lejos. La financiaci¨®n de ese d¨¦ficit exterior requiere capitales cuya disposici¨®n est¨¢ condicionada por una aversi¨®n al riesgo y la rentabilidad potencial y la capacidad de reembolso de los posibles prestatarios. Dec¨ªa Cavallo en Madrid que no necesita recursos financieros, sino inversiones directas; como si ¨¦stas no requirieran muchos d¨®lares adicionales a los ya comprometidos por el Fondo Monetario Internacional, y no dispusieran de una aversi¨®n al riesgo similar a la de los flujos crediticios.
Espa?a, adem¨¢s de los 1.000 millones de d¨®lares aportados al paquete comprometido por el FMI el pasado diciembre, es el principal inversor en Argentina, con activos pr¨®ximos a los 5 billones de pesetas. En consecuencia, algunas de sus principales empresas y bancos tienen razones para contemplar con cautela e inquietud la evoluci¨®n de los acontecimientos. A pesar de que los mercados de bonos y acciones han reaccionado favorablemente al inicial respaldo parlamentario del plan Cavallo, la degradaci¨®n de la solvencia decidida por una de las m¨¢s importantes agencias de calificaci¨®n crediticia no favorece precisamente esa continuidad de las inversiones.
M¨¢s all¨¢ de lo decidido contrarreloj por la C¨¢mara de Diputados, la situaci¨®n pol¨ªtica no es tranquilizadora. Cavallo gozar¨¢ de un cierto margen de maniobra, pero en modo alguno ese respaldo que todav¨ªa debe ratificar el Senado ser¨¢ incondicional e indefinido. Reducir el d¨¦ficit p¨²blico en un pa¨ªs en el que los ingresos tributarios apenas alcanzan el 18% del PIB exigir¨¢ actuaciones decididas contra el inmenso fraude fiscal; la rebaja del gasto perjudicar¨¢ a sectores que tampoco facilitar¨¢n la aplicaci¨®n de las medidas; la atracci¨®n de capitales exteriores, por ¨²ltimo, requerir¨¢ que los argentinos exhiban esa renovada confianza que Cavallo reclama como precondici¨®n para que su recetario disponga de la m¨ªnima eficacia. Todo ello abona no pocas dudas sobre las posibilidades de ¨¦xito de este plan de salvamento, justo diez a?os despu¨¦s de aquel otro que le concediera el predicamento que ahora trata de hacer valer.
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