Duran reclama la secretar¨ªa general de CiU para aceptar a Mas como sucesor de Pujol

Jordi Pujol y Josep Antoni Duran Lleida no consiguieron ayer desbloquear las negociaciones sobre la refundaci¨®n de CiU, que se encuentran en un punto muerto por el rechazo de los democristianos a compartir con Converg¨¨ncia, y en concreto con Artur Mas, una de las dos vicepresidencias de la nueva federaci¨®n. Duran reclama para s¨ª la secretar¨ªa general de la nueva organizaci¨®n pol¨ªtica, lo que le convertir¨ªa de hecho en el n¨²mero dos, tan s¨®lo por debajo de Jordi Pujol, que ocupar¨ªa la presidencia. A cambio, Uni¨® aceptar¨ªa a Artur Mas como sucesor de Pujol y su candidatura a la presidencia de la Generalitat en las auton¨®micas de 2003. Duran y Pujol podr¨ªan reunirse hoy de nuevo para resolver este fleco.

Los convergentes quieren que la federaci¨®n nacionalista conste de dos vicepresidencias: una para Mas y otra para Duran. E incluso podr¨ªan aceptar que la ocupada por el dirigente democristiano tuviera funciones mucho m¨¢s ejecutivas. Pero en ning¨²n caso que Mas pueda quedar relegado de la primera l¨ªnea de la direcci¨®n.

La c¨²pula democristiana desconf¨ªa de la propuesta de sus socios, porque la primera vez que se equilibraron los poderes entre Mas y Duran, en el primer Gobierno de Pujol tras las elecciones de 1999, al final el presidente de la Generalitat apost¨® por Mas al nombrarle conseller en cap. Para evitar otro episodio similar, Duran exige la secretar¨ªa general de la federaci¨®n. 'No hemos recorrido todo este camino para quedarnos como al principio', apunt¨® ayer un destacado dirigenteo de UDC.

A pesar de este imprevisto, Duran se mostr¨® ayer optimista en cerrar hoy un acuerdo y declar¨® que nunca ser¨ªa un obst¨¢culo para nombrar a Mas como futuro candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat. Los consejos nacionales de ambos partidos deber¨¢n aprobar este s¨¢bado el pacto, que ser¨¢ suscrito oficialmente despu¨¦s de Semana Santa por Pujol y Duran.

Uni¨® y Converg¨¨ncia crear¨¢n ejecutivas paritarias en todas las estucturas de direcci¨®n y someter¨¢n a votaci¨®n de sus militantes las decisiones pol¨ªticas m¨¢s importantes. Por ejemplo, se prev¨¦ la celebraci¨®n de consejos nacionales conjuntos para la elecci¨®n de los cabezas de lista electorales, que deber¨¢n obtener el benepl¨¢cito de al menos el 70% de los consejeros. Similar f¨®rmula se emplear¨¢ para escoger a los alcaldables, con asambleas conjuntas de los militantes de ambos partidos. En principio, Uni¨® situaba este porcentaje en el 85%, mientras que Converg¨¨ncia lo rebajaba al 60%.