Mendi, mendian
Ha sido el parto de los montes. Me refiero a la decisi¨®n de la corriente Aralar. Tal vez no sea ajeno a ella el propio nombre, porque llam¨¢ndose Aralar estaba cantado que parir¨ªan un rat¨®n. Bueno, a lo de llamarse y a lo que les han llamado, porque, con la sutileza argumental que les caracteriza, los oficialistas les han puesto de escisionistas para arriba, y los oficialistas en la sombra, de traidores, aprovechando para ello la habitual e influyente tribuna del espray y el pared¨®n. Y es que mucho ¨®rdago parec¨ªa ¨¦se de emplazar a toda la izquierda abertzale con s¨®lo dos seises a pares o con unas medias que no son m¨¢s que medias tintas. Extra?o sino el de este hombre, Zabaleta, que dice oponerse siempre a la dependencia del conglomerado abertzale hacia ETA y que nunca ve el momento de cortar con ¨¦l pese a saber, seguramente mejor que nadie, lo honda que es.
Porque ah¨ª est¨¢ el meollo del asunto. La otra parte de la disensi¨®n, la que tiene que ver con la presencia de EH en las instituciones, a¨²n podr¨ªa invitar a quedarse en el seno de la coalici¨®n para debatir. Podr¨ªa pero no puede, porque depende de la mayor, o sea de la sumisi¨®n a los dictados de una ETA que estar¨ªa promoviendo tal vez la no asistencia al Parlamento para provocar que salga elegido un lehendakari no nacionalista cuya presencia, seg¨²n sus retuertos y pueriles c¨¢lculos estrat¨¦gicos, ayudar¨ªa a agudizar las contradicciones, posibilitando el acercamiento de su tan querida independencia. Por cierto, Aralar tambi¨¦n se debe oler algo de eso, puesto que pone sobre la mesa del debate interno de EH la invitaci¨®n a que se haga todo lo posible para impedir que un lehendakari espa?olista pise el sacrosanto suelo de Ajuria Enea.
Como tambi¨¦n se huele Aralar lo que entiende ETA por agudizaci¨®n de las contradicciones, y que no es otra cosa que matar m¨¢s ampar¨¢ndose en la patente de corso que a su juicio la presencia de un lehendakari espa?ol le otorgar¨ªa. ?C¨®mo no iba a tocar ETA a rebato y matxinada con un invasor incrustado en el coraz¨®n de Euskal Herria, con un aut¨¦ntico primate celt¨ªbero encaramado al sacramental ¨¢rbol de Gernika? Lo que ya parece m¨¢s extra?o es que Aralar no sepa las pocas posibilidades que tiene de poder oponerse desde dentro a todo eso, sabiendo como sabe por d¨®nde van los tiros, vaya, quiero decir hacia d¨®nde apunta la t¨¢ctica de EH a mes y medio de las elecciones. Porque de haber ido en la v¨ªa de la participaci¨®n en el Parlamento, no parece que hubiera habido motivos para que Zabaleta se lanzara a esta finta separatista.
En fin, las aguas de la corriente Aralar parecen haber vuelto a su cauce, un cauce del que, a decir verdad, s¨®lo han amagado salir. Lo cierto es que fuera les esperaba un lugar muy inc¨®modo y desolado, ¨¦se en que se vive constantemente en vilo porque -y las pintadas lo dejaban claro- cargar con el sambenito de traidor equivale a ponerse a merced, cuando menos, de las amenazas y la gasolina, gracias a esa particular democracia abertzale que encuentra deficitaria la democracia de los dem¨®cratas. Por no mencionar el culo al aire pol¨ªtico con que se hubieran quedado, pues fuera de EH s¨®lo les esperaba la soledad, de ser cierto, al menos, el empe?o que Aralar ha puesto en desmarcarse expresamente del PNV y EA, a quienes, lejos de considerar aliados, considera adversarios porque no defienden la independencia y el socialismo.
?Cu¨¢nto habr¨ªan durado ah¨ª en medio? Muy poco, ya que, o bien se hubieran tenido que tragar unos sapos e incluirse -como augur¨® Otegi sospechando que la maniobra ve¨ªa teledirigida desde las filas de Arzalluz- en el bloque PNV-EA, aunque, eso s¨ª, para moverles hacia el idependensocialismo, o bien se habr¨ªan tenido que tragar otros sapos y regresar al redil donde, una vez admitido que se trabaja por el socialismo y la independencia, s¨®lo tendr¨ªan que bregar desde un escu¨¢lido 10% para imponer su tesis de que hay que despegarse de ETA. Y, claro, para semejante viaje m¨¢s val¨ªa no salir.
Por eso se han quedado, aunque no sepamos en realidad por qu¨¦. Lo de visualizar la unidad de la izquierda abertzale suena a barraca de ferias, el resto es un misterio que nos ha dejado con cara de monta?eros a quienes les han robado el almuerzo.
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