1. Milosevic
Qui¨¦n dijo que los peri¨®dicos s¨®lo tra¨ªan malas noticias? Slobodan Milosevic fue detenido en la madrugada de ayer. Se pasa as¨ª una triste p¨¢gina de la historia europea, al desaparecer el principal culpable de la desestabilizaci¨®n de los Balcanes: quien desat¨® todas las guerras (Croacia, Bosnia, Kosovo) y todas las perdi¨®. Milosevic pasa de la escena pol¨ªtica a la judicial. El principal m¨¦rito es de los serbios y su proceso democratizador; el ¨²ltimo empuj¨®n, de la presi¨®n norteamericana. Pero un factor clave ha sido la firmeza euroatl¨¢ntica de la OTAN, combinada con la diplomacia europea, que aprendi¨® en Kosovo de los errores de Bosnia. V¨¦ase si no la diferencia de resultados en la demolici¨®n de otra satrap¨ªa, la de Sadam Husein: con Europa de subalterna en vez de socia, Washington no lo ha derribado. Los espa?oles de la neutralidad equidistante -esa inmoral coartada de la inacci¨®n- que enarcaban esc¨¦pticos las cejas ante las actuaciones de Javier Solana, ?qu¨¦ argumentaciones inventar¨¢n ahora?
2. Despidos masivos
La cadencia es as¨ª: primero, los oteadores husmean el cambio de ciclo; enseguida, baja la Bolsa; al cabo, se resiente la econom¨ªa real. Apenas hace un a?o se pronostic¨® un aterrizaje suave de la econom¨ªa norteamericana, a grupas de las advertencias lanzadas por Alan Greenspan sobre la excesiva exuberancia de los mercados burs¨¢tiles. Pincharon en ellos los valores de la nueva econom¨ªa y ahora la mancha de aceite se extiende a los de la econom¨ªa tradicional. Esta semana se han anunciado cierres y despidos masivos en sectores tan cl¨¢sicos como el comercio, la alimentaci¨®n y la automoci¨®n. Los almacenes brit¨¢nicos Marks & Spencer, 4.390; la francesa Danone, 1.780; la norteamericana Delphi, 11.500, adicionales a las 7.600 rescisiones ya practicadas en M¨¦xico. Los tres casos disparan una abultada lista: Coca-Cola, Ericsson, Nortel, Daimler-Chrysler, Lucent Technologies... Muchas de ellas surcaron los beneficios en el a?o 2000, aunque varias anticipaban p¨¦rdidas para este a?o. Son, pues, despidos 'preventivos'. La diferencia con otras veces es que los mercados celebran las reducciones de plantilla con menor entusiasmo: descuentan la energ¨ªa de la medida correctora, pero subrayan que son s¨ªntoma de un futuro preocupante.
3. Parad¨®jico euro
El euro ha tocado m¨ªnimos desde el pasado 13 de diciembre. Los mercados esperaban que el BCE bajase el tipo de inter¨¦s para calentar la econom¨ªa europea, en la convicci¨®n de que la inflaci¨®n ya no es peligro, sino que el riesgo es el contrario. Francfort les contradijo. Y ellos le castigaron. A lo mejor los mercados aciertan anticipando la gravedad del peligro recesivo. Pero, razonando seg¨²n los datos macroecon¨®micos comparativos, algo no encaja. La econom¨ªa norteamericana creci¨® s¨®lo un 1% el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado, contra un 3% la europea. Y el tipo del d¨®lar sigue por debajo del aplicado al euro. ?Tiene mal fario la moneda ¨²nica? ?Su debilidad relativa es s¨®lo culpa de la superortodoxia y las circunstanciales torpezas del BCE? Los economistas -que, seg¨²n Keynes, s¨®lo aciertan prediciendo el pasado- buscan explicaciones en los movimientos transatl¨¢nticos de capital, en las fugas de inversiones directas y de cartera al otro lado del charco. Ser¨¢. Pero que alguien desentra?e la paradoja: cuando la econom¨ªa de EE UU crec¨ªa a un ritmo doble que la europea, bajaba el euro. Ahora que la marcha de ¨¦sta triplica la de aqu¨¦lla (y se dispara el d¨¦ficit comercial de EE UU), baja tambi¨¦n el euro. Quiz¨¢ las razones son extraecon¨®micas. Quiz¨¢ son psicol¨®gicas, pol¨ªticas: en tiempos de turbaci¨®n, no hacer mudanza, confiar en el poder m¨¢s consolidado. Y ocurre que Europa no es a¨²n un poder pol¨ªtico de verdad.
4. UEM en sordina
Lo hemos visto en la cumbre de Estocolmo con el fiasco de los proyectos de un 'cielo ¨²nico' que rompa las barreras al transporte a¨¦reo y del adelanto en el calendario de la liberalizaci¨®n energ¨¦tica. Sin embargo, bajo el clamor de los titulares europesimistas, entre el fragor de las tensiones nacionalistas cristalizadas en la anterior cumbre de Niza y la eclosi¨®n del minimalismo monetario, la 'E' de la UEM (Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria) ha registrado en los ¨²ltimos tiempos tres avances muy significativos, aunque sea con sordina, en la semipenumbra. A saber, el acuerdo sobre la fiscalidad del ahorro, que abri¨® paso a una modesta armonizaci¨®n fiscal; la mayor coordinaci¨®n de las pol¨ªticas presupuestarias, simbolizada por la rega?ina del Ecofin al Gobierno de Irlanda, y la decisi¨®n de avanzar por la v¨ªa r¨¢pida en la unificaci¨®n de los mercados financieros de los Quince, para acabar con el minifundismo de las bolsas, a trav¨¦s de las recomendaciones del grupo Lamfalussy. Esta decisi¨®n fue adoptada tambi¨¦n en Estocolmo. Pero no cotiza.
5. 'Bastante espa?ol'
Desembarco de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en Catalu?a para contrarrestar la rebeli¨®n de las tierras del Ebro a cuenta del Plan Hidrol¨®gico Nacional. Contradicciones. Mientras el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, asegura a sus socios / rivales de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) que estudiar¨¢ la viabilidad de otros trasvases, el del R¨®dano o el del Duero, Aznar hace votos por un nacionalismo h¨ªdrico, porque 'el Ebro es bastante espa?ol', y reniega del bastante franc¨¦s R¨®dano alegando que traer¨ªa dependencia del extranjero. ?C¨®mo se cohonesta esa visi¨®n con sus positivas propuestas de un espacio judicial y policial europeo unificado? ?O con la de un 'cielo ¨²nico' de la UE? ?O con la realidad de que la gasolina que consumimos no surte desde La Mancha ni desde Valladolid? Atenci¨®n al forcejeo -y a la mercadotecnia- entre el PP y CiU en la tramitaci¨®n parlamentaria del Plan Hidrol¨®gico. Los nacionalistas catalanes aseguran que el Gobierno asume sus reivindicaciones (inversiones de 400.000 millones) para compensar los desequilibrios causados al delta del Ebro. El Gobierno asegura que s¨®lo ha comprometido 75.000 millones.
6. Pujol se va
El l¨ªder de CiU y presidente de la Generalitat de Catalu?a, Jordi Pujol, anunci¨® ayer oficialmente que no volver¨¢ a presentarse a las elecciones, a la par que sancion¨® una compleja perspectiva de fusi¨®n para su coalici¨®n nacionalista. El balance de su trayectoria ser¨¢ prolijo, con claros decisivos, oscuros varios y numerosos claroscuros. Su ¨²ltima decisi¨®n revela que en el declive no ha perdido sentido del realismo pol¨ªtico.
7. Fraga y Euskadi
Evidentemente que en Euskadi hay constitucionalistas y anticonstitucionales. Pero puede dudarse de que existan dos bloques redondos, cerrados, un frente nacionalista arm¨®nico y un bloque constitucionalista delante suyo. Las l¨ªneas divisorias no est¨¢n milim¨¦tricamente delimitadas en el seno de la sociedad ni siquiera dentro de los principales partidos. Hay disidentes notorios en el PNV, enfrentados a la l¨ªnea racista/secesionista de su c¨²pula dirigente. Y tambi¨¦n en el otro lado. Manuel Fraga acaba de proponer que el Gobierno central, 'pase lo que pase en las elecciones', tome el mando de la Ertzaintza. ?Por qu¨¦ ahora y no hace dos meses? Est¨¢ claro que la Constituci¨®n (art¨ªculo 155) contempla esa medida excepcional, igual que no impide un refer¨¦ndum para la autodeterminaci¨®n. El problema es si esas propuestas responden o no a una l¨®gica de desarrollo constitucional y estatutario deseable, a la l¨®gica de una autonom¨ªa a la vez responsable y no reducida. Fraga zancadillea a los vascos que se baten en la calle por la libertad, la Constituci¨®n y el Estatuto. M¨¢s inri: en su partido, silencio.
8. Tren belga
Cuando las lenguas no sirven para entenderse, sino para lo contrario, ocurre lo que en B¨¦lgica. V¨¦ase la cadena de errores humanos que origin¨® el martes el choque frontal de trenes al sureste de Bruselas, provocando ocho muertos y nueve heridos. As¨ª fue: un convoy que se mete por la v¨ªa contraria, una decisi¨®n tard¨ªa de pararlo cortando el suministro de electricidad, y una comunicaci¨®n imposible entre dos funcionarios ferroviarios, porque uno hablaba en franc¨¦s y el otro en neerland¨¦s. En circunstancias de pluralidad ling¨¹¨ªstica, el monoling¨¹ismo, sea del color que sea, acarrea luto.
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