?Incoherencias estad¨ªsticas?

Ante el debilitamiento de la demanda interna, el mantenimiento de tasas confortables de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola ha pasado a depender en gran medida de la aportaci¨®n de la demanda externa neta. Por ello, los datos de comercio exterior han pasado a ser de los indicadores m¨¢s importantes. Esta semana se han conocido los correspondientes a enero. Esta estad¨ªstica se caracteriza por una notable erraticidad en los datos mensuales, debido a factores diversos, entre ellos, uno que es com¨²n a todos los datos procedentes de Hacienda: a los encargados de registrar, contabilizar y publicar la inmensa informaci¨®n que genera este ministerio parece importarles mayormente los datos acumulados a lo largo del a?o y no tanto las series mensuales, que constituyen la materia prima b¨¢sica para el an¨¢lisis de la coyuntura. Falla en ocasiones una periodificaci¨®n mensual correcta de los datos, lo que afecta en especial a los meses de enero y diciembre de cada a?o.

Por segundo mes consecutivo, el valor de las exportaciones ha aumentado m¨¢s que el de las importaciones (19,8% y 17,4%).

Con estas salvedades, podemos analizar las ¨²ltimas cifras de comercio exterior. Por segundo mes consecutivo, el valor de las exportaciones ha aumentado m¨¢s, respecto al mismo mes del a?o anterior, que el de las importaciones (19,8% y 17,4%, respectivamente), lo que se ha traducido en una ralentizaci¨®n del crecimiento del d¨¦ficit comercial hasta una tasa del orden del 10%. Un a?o antes por estas fechas crec¨ªa a tasas del 50%. Ahora bien, ello obedece a la fuerte desaceleraci¨®n de los precios de las importaciones, sobre todo de las energ¨¦ticas. Descontado el aumento de los precios, el crecimiento de las importaciones (15,6%) supera ligeramente al de las exportaciones (15,0%), lo que, unido al mayor peso de las primeras en el PIB, supone una aportaci¨®n negativa del saldo comercial real al crecimiento de este ¨²ltimo en enero de un punto porcentual.

Este resultado se alcanza con un comportamiento de ambas variables como m¨ªnimo cuestionable. El fuerte crecimiento de las exportaciones no encaja bien con la debilidad que mostr¨® la producci¨®n industrial en diciembre y enero. Tampoco con el empeoramiento de la econom¨ªa internacional, si bien es cierto que se observa ya una fuerte desaceleraci¨®n de las exportaciones destinadas a EE UU, compensada, de momento, con elevados crecimientos a otras zonas, como la OPEP, Europa del Este y Am¨¦rica Latina. La elevada tasa de las importaciones, que casi cuadriplica a la registrada en el cuarto trimestre de 2000, a¨²n se explica peor, sobre todo si tenemos en cuenta que dicho aumento se basa principalmente en los bienes de consumo (25% de aumento real). Aunque los ¨²ltimos datos sugieren que el deterioro del consumo familiar se ha frenado en los primeros meses del a?o, no parece que haya cambiado tan radicalmente para tirar de las importaciones con tanta fuerza.

Esperemos que los datos de enero no sean significativos del comportamiento del comercio exterior en lo que resta del a?o, al menos por lo que respecta a las importaciones. Si lo fueran, volver¨ªamos a un escenario de fuerte crecimiento de la demanda interna, que para algunos puede sonar muy bien, pero que en el contexto en el que se est¨¢ desenvolviendo la econom¨ªa internacional nos conducir¨ªa a un lento suicidio econ¨®mico colectivo.

?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (FUNCAS).