Cogida del toricantano Javier Casta?o
Una vez que le dio la alternativa a Javier Casta?o, Enrique Ponce, teniendo por testigo a El Juli, al joven torero de Salamanca le vino una larga serie de revolcones. Cada tres derechazos que daba, al cuarto iba por los aires. Al final le dio un puntazo en la axila y un golpe en la rodilla. Pas¨® a la enfermer¨ªa y la corrida qued¨® en un mano a mano entre el padrino y el testigo.
La cogida de Casta?o no puede ocultar el saldo de corrida que envi¨® Santiago Domecq. Y envi¨® lo que quieren las figuras, que ayer impusieron esos toros. Todos los ejemplares que salieron a la arena estuvieron rodando por los suelos. Una aut¨¦ntica verg¨¹enza de corrida.
Con ese material bovino, Enrique Ponce demostr¨® con los tres toros que le tocaron en suerte que sigue siendo el torero m¨¢s repetitivo y aburrido que se haya visto en los ¨²ltimos 12 a?os. A su primero le instrument¨® derechazos y naturales siempre a mucha distancia, dando pasos atr¨¢s sin parar, aunque algunos de los naturales tuvieran una aseada templanza. En los toros cuarto y sexto (el sexto lo mat¨® en sustituci¨®n de Javier Casta?o) estuvo todav¨ªa con m¨¢s superficialidad. Sin duda, Ponce da la impresi¨®n de que ha hecho del aburrimiento un acto oficial. Se le culpa a ¨¦l, como a El Juli, de exigir los toros que saben que se van a caer. Vamos a llamarle por su nombre, esto es un fraude provocado.
Domecq / Ponce, Juli, Casta?o
Toros de Santiago Domecq, devueltos 1? y 6?, blandos todos incluidos los sobreros, uno de ellos de Ana Mar¨ªa Boh¨®rquez. Enrique Ponce: estocada tendida -aviso- y dobla el toro (oreja); pinchazo y estocada tendida (ovaci¨®n); estocada -aviso- y descabello (aplausos). El Juli: estocada delantera y descabello (aplausos); media estocada -aviso- y descabello (dos orejas); sali¨® a hombros. Javier Casta?o: pinchazo, estocada y seis descabellos (aplausos); herido y con conmoci¨®n cerebral, pas¨® a la enfermer¨ªa. Plaza de Illumbe, 1 de abril. Tres cuartos largos de entrada.
El Juli pare¨® a sus dos toros sin un ¨¢tomo de calidad. En su primero, al que se le desprendi¨® una de las pezu?as delanteras, no pudo apenas torear. En su segundo hizo un quite por lopecinas, en alg¨²n momento se pas¨® el toro muy ajustado y recibi¨® la mayor ovaci¨®n de la tarde. Tal vez, era lo ¨²nico que tuvo un relieve aceptable. En ese toro solamente hay que consignar dos o tres naturales potables. Todo lo dem¨¢s consisti¨® en pegarse un peque?o arrimoncete, sin demasiada exposici¨®n, para hacer que picara el presidente y le diera la segunda oreja, con la consiguiente salida a hombros. De todos modos, se pudo percibir que El Juli pisa muy bien los terrenos, anda muy seguro con los toros, tiene imaginaci¨®n y ganas de triunfar. Otra cosa es que por el hecho de pedir esos toros inv¨¢lidos haya que reproch¨¢rselo y decirle que eso es una trampa.
Para que todo fuera tramposidad y fraude, el presidente de la corrida tuvo la ocurrencia de concederle la segunda oreja a El Juli, que hizo una faena que apenas le hubieran dado una oreja en una plaza de carros. En consecuencia, el presidente parece que hizo un baile a lo agarrado con el ganadero Santiago Domecq. Los dos, presidente y ganadero, fueron comparsas de lo que hay que llamar por su nombre. Reiteramos: la fiesta con su trampa en estado puro. As¨ª no vamos a ninguna parte. El p¨²blico tiene que reaccionar y no permitir que salgan a la arena unos toros con media vida surgi¨¦ndoles desde el fondo de su alma.
El parte m¨¦dico dice as¨ª: 'Javier Casta?o ingresa en esta enfermer¨ªa tras sufrir herida por asta de toro con herida incisa a nivel del borde pectoral derecho de cinco cent¨ªmetros de longitud, con un trayecto penetrante de un cent¨ªmetro. Conmoci¨®n cerebral. Contusiones en extremidad inferior izquierda, con escoriaci¨®n de trayecto semicircular en regi¨®n gemelar de la misma pierna'. Fue trasladado a un centro hospitalario.
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