Barcelona reclama 6.000 millones de impuestos no abonados por Telef¨®nica
La firma no realiza aportaciones al municipio por el negocio de m¨®viles
La segregaci¨®n de empresas de Telef¨®nica tiene un gran damnificado: el Ayuntamiento de Barcelona, que ha dejado de ingresar unos 6.000 millones de pesetas, seg¨²n c¨¢lculos municipales. La ley establece que los ayuntamientos cobran el 1,9% de la facturaci¨®n de Telef¨®nica, por ser una empresa de servicios. A cambio, ¨¦stas quedan exentas de tasas municipales. Desde 1996, Telef¨®nica ha aumentado su facturaci¨®n, pero Barcelona percibe mucho menos porque las actividades segregadas han dejado de ser contabilizadas por la matriz.
El alcalde de Barcelona, Joan Clos, ha remitido al ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, un requerimiento para que deje clara la posici¨®n de Telef¨®nica respecto a los impuestos municipales. La empresa est¨¢ exenta del pago de diversas tasas municipales: impuesto de actividades econ¨®micas, sobre veh¨ªculos de tracci¨®n mec¨¢nica, la antigua plusval¨ªa sobre terrenos urbanos, el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, adem¨¢s de las relativas a la ocupaci¨®n de dominio p¨²blico. A cambio, la empresa abona al Ministerio de Hacienda el 1,9% de sus ingresos y el Gobierno los distribuye territorialmente y entrega una cantidad determinada a cada municipio.
El ¨¢rea de Econom¨ªa del Ayuntamiento de Barcelona ten¨ªa unas expectativas de ingresos por este concepto que, en su opini¨®n, deb¨ªan adaptarse a los ingresos de la empresa. A tenor de sus memorias, en 1997 se registr¨® un incremento del 13,6% respecto al a?o anterior; en cambio, los ingresos municipales s¨®lo aumentaron el 5,4%. El aumento de 1998, siempre con referencia a 1996, fue del 18,9%; el incremento municipal, del 6,9. Y el vaso de la paciencia municipal se colm¨® en 1999: los ingresos de la compa?¨ªa eran un 28,5% superiores a los de 1996, pero la aportaci¨®n a la ciudad se redujo en un 5,5%.
Los contables municipales empezaron a echar cuentas y a sospechar que Telef¨®nica s¨®lo pagaba por la empresa madre y dejaba las nuevas firmas y las segregadas fuera de la aportaci¨®n. S¨®lo el negocio de m¨®viles casi se triplic¨® en esos a?os. En 1996, Telef¨®nica ingres¨® por este apartado 259.118 millones. En 1999 fueron 622.107 millones y el pasado a?o, 798.075 millones.
El Gobierno no detalla los motivos por los que un ayuntamiento recibe una u otra cantidad, por lo que el ayuntamiento no pod¨ªa pasar de la sospecha. No obstante, la propia compa?¨ªa acudi¨® en su auxilio. El pasado 17 de enero, en unas jornadas sobre tributaci¨®n local, un alto cargo de Telef¨®nica reconoci¨® que la firma no inclu¨ªa el negocio de los servicios m¨®viles en la partida para calcular las aportaciones a los municipios. Telef¨®nica sostiene que este negocio no est¨¢ regulado y, por tanto, cumple la ley. No lo cree as¨ª el gobierno de la ciudad de Barcelona, que encarg¨® diversos estudios jur¨ªdicos que, afirma, le dan la raz¨®n.
La base argumental es simple: el negocio de m¨®viles debe estar regulado por las mismas normas que las de empresas similares (Telef¨®nica, pero tambi¨¦n las de servicios p¨²blicos como el agua, el gas o la electricidad). En caso contrario, la empresa de m¨®viles tiene que pagar las tasas de las que Telef¨®nica est¨¢ exenta. Lo que no puede ser, explicaba ayer el concejal responsable de Hacienda, Ernest Maragall, es que no pague por ning¨²n concepto.
Los c¨¢lculos efectuados por el Ayuntamiento de Barcelona sugieren que Telef¨®nica ha dejado de pagar unos 50.000 millones de pesetas a Hacienda en relaci¨®n exclusivamente con el servicio de m¨®viles. De esta cantidad, unos 6.000 millones corresponden al Ayuntamiento de Barcelona.
La cantidad es importante. No obstante, sostiene Maragall, es mucho m¨¢s importante regular la situaci¨®n de una vez y no dejarla al albur de las interpretaciones de una empresa o un ayuntamiento. Y, sobre todo, que la informaci¨®n sea transparente. El Gobierno deber¨ªa detallar los motivos por los que la cantidad es una y no otra.
De ah¨ª que Clos se haya dirigido a Hacienda para pedirle que tome una decisi¨®n al respecto. Tambi¨¦n ha comunicado el hecho al resto de ayuntamientos de Espa?a que, supuestamente, est¨¢n en la misma situaci¨®n. 'No se trata de abrir una guerra', afirma Maragall, 'se trata de dejar claros los derechos y los deberes, de las empresas y de las administraciones afectadas'. 'Las haciendas locales no pueden verse sangradas perpetuamente', a?adi¨®, recordando que tambi¨¦n pueden perder el IAE.
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