Rigidez en Jap¨®n
El mundo respir¨® aliviado cuando el Banco de Jap¨®n anunci¨® que iba a ampliar la oferta de dinero de Jap¨®n para impulsar la demanda. La econom¨ªa de Jap¨®n, la segunda m¨¢s grande del mundo, y estancada durante a?os, es altamente preocupante. A menos que su pol¨ªtica monetaria cambie de verdad, Estados Unidos y Jap¨®n podr¨ªan caer simult¨¢neamente en una recesi¨®n, con los riesgos que eso implica para todo el mundo. Se suelen dar dos explicaciones para el pobre rendimiento de Jap¨®n. Una es que el pa¨ªs sufre las consecuencias del estallido de la burbuja financiera de finales de la d¨¦cada de los ochenta. Una segunda es que la econom¨ªa de Jap¨®n se volvi¨® r¨ªgida porque los intereses personales y la par¨¢lisis pol¨ªtica impidieron que se llevaran a cabo cambios estructurales.
Es hora de una pol¨ªtica monetaria expansionista en Jap¨®n, incluso si el yen se deval¨²a frente al euro y el d¨®lar.
Todo es cierto en parte, pero la falta de actividad de Jap¨®n tiene otros aspectos m¨¢s extra?os. Tras las escaladas del petr¨®leo en 1974 y 1980, la econom¨ªa de Jap¨®n se recuper¨® gracias a un crecimiento impulsado por las exportaciones. En cada ocasi¨®n, el yen sufri¨® una devaluaci¨®n que hizo que las exportaciones japonesas fueran m¨¢s competitivas. Esto no sucedi¨® en los a?os noventa. ?Por qu¨¦? Una explicaci¨®n poco reconocida del debilitamiento de Jap¨®n es que EE UU y Europa impidieron la recuperaci¨®n a trav¨¦s de las exportaciones. Cuando la burbuja financiera de Jap¨®n estall¨® en 1990, el tipo de cambio se mantuvo alrededor de 140 yenes por un d¨®lar. A medida que la econom¨ªa se fue debilitando, el yen fue revaloriz¨¢ndose y el cambio lleg¨® hasta los 83 yenes por un d¨®lar.
El super¨¢vit comercial de Jap¨®n es estructural, resultado de un exceso de ahorro nacional con respecto a la inversi¨®n. Con la elevada tasa de ahorro de Jap¨®n (una consecuencia del envejecimiento de la poblaci¨®n japonesa) y las escasas inversiones por causa de unas tasas de rendimiento que fueron disminuyendo cuando Jap¨®n invirti¨® fuertemente durante el periodo de posguerra, el exceso de ahorro de Jap¨®n busc¨®, como es natural, salida en el extranjero. Esto se tradujo en unas exportaciones persistentemente m¨¢s altas que las importaciones.
A pesar de esta l¨®gica, Estados Unidos dijo a Jap¨®n que creciera impulsado por la demanda nacional, no por las exportaciones. Incre¨ªblemente, se inst¨® a Jap¨®n a aumentar enormemente su d¨¦ficit presupuestario (reduciendo el ahorro p¨²blico) para impulsar la demanda nacional. Los resultados fueron espantosos. El Gobierno de Jap¨®n incurri¨® en deudas enormes, pero cuando el Gobierno dej¨® de ahorrar, los hogares japoneses ahorraron a¨²n m¨¢s. Tem¨ªan que el Gobierno nunca ser¨ªa capaz de pagar sus pensiones.
Mientras el Gobierno manten¨ªa alto el d¨¦ficit, el Banco de Jap¨®n mantuvo la oferta de dinero r¨ªgida por miedo a las represalias si el yen se debilitaba m¨¢s de lo que los pol¨ªticos estadounidenses y europeos consideraban justo. La fortaleza del yen debilit¨® la demanda de productos japoneses e hizo imposible superar la pila de cr¨¦ditos incobrables a trav¨¦s del crecimiento de las exportaciones. El lento aumento de la oferta de dinero tambi¨¦n condujo a la deflaci¨®n.
Aunque los problemas de Jap¨®n se deben en parte a sus propios errores, EE UU y Europa son tambi¨¦n responsables de ello. Es hora de una pol¨ªtica monetaria expansionista en Jap¨®n, incluso si el yen se deval¨²a frente al euro y el d¨®lar. Si se permite que los mercados funcionen libremente, la recuperaci¨®n de Jap¨®n beneficiar¨¢ al mundo entero.
Jeffrey Sachs es profesor de la C¨¢tedra Galen Stone de Econom¨ªa y director del Centro para el desarrollo internacional de la Universidad de Harvard. ? Project Syndicate, marzo 2001.
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