El alivio del Gobierno
Aznar teme que la conflictividad laboral ensombrezca su 'legislatura de la cohesi¨®n'
El Gobierno sinti¨® 'un aut¨¦ntico alivio' al saber que el sindicato CC OO estaba dispuesta a firmar el acuerdo sobre actualizaci¨®n de pensiones, seg¨²n la descripci¨®n de uno de los miembros del Gabinete. Pero a¨²n as¨ª estima que la negativa de la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT) a firmar el pacto, y la posible ruptura de la unidad de acci¨®n sindical que ha venido funcionando en los ¨²ltimos 13 a?os, se va a convertir en uno de los principales problemas pol¨ªticos de los pr¨®ximos meses y en un quebradero de cabeza para Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
La ralentizaci¨®n del crecimiento econ¨®mico y de la creaci¨®n de empleo, unida a una nueva efervescencia sindical, amenazan con ensombrecer los principales objetivos pol¨ªticos que se plante¨® el presidente del Gobierno al inicio de la legislatura, lo que el PP denomina 'programa de cohesi¨®n social' y que incluye el mantenimiento de la paz sindical. De ah¨ª el enfado de Aznar y sus acusaciones de que se trata de una maniobra inspirada por el Partido Socialista, algo que los responsables del PSOE niegan.
'La estrategia sindical de UGT tiene riesgos y nosotros no la alentamos', afirma un dirigente socialista, que asegura que la nueva ejecutiva no ha discutido sobre la posici¨®n del sindicato y que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero explic¨® telef¨®nicamente a C¨¢ndido M¨¦ndez que comprend¨ªa sus cr¨ªticas al desarrollo de la negociaci¨®n, pero que el PSOE no apoyar¨ªa una convocatoria de huelga general.
El malestar de un sector importante de UGT era patente desde el fracaso de la primera mesa de negociaci¨®n sobre las modalidades de contrataci¨®n. El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, que despacha personalmente con el presidente sobre estos temas (pertenece al grupo que trabaj¨® con Aznar en Castilla y Le¨®n) tom¨® la decisi¨®n de legislar por decreto. 'El Gobierno ense?¨® m¨²sculo, su mayor¨ªa absoluta, y los sindicatos no fuimos capaces de reaccionar con contundencia', explica un dirigente ugetista.
La siguiente mesa de negociaci¨®n trataba de un tema 'sensible': la actualizaci¨®n del llamado Pacto de Toledo y la reforma del sistema de pensiones. 'Hemos sido conscientes de que pod¨ªamos quedar en una situaci¨®n muy mala si no consegu¨ªamos que al menos CC OO aceptara firmar. Es cierto que hemos respirado', reconoce un diputado del PP que particip¨® en la elaboraci¨®n del programa social de su partido.
La necesidad y la forma de conseguir el apoyo de CC OO ocup¨® un largo rato en la reuni¨®n que mantuvo Aznar la semana pasada en el palacio de La Moncloa con varios especialistas, entre ellos el secretario general del PP, Javier Arenas, que fue ministro de Trabajo en el primer Gobierno popular y al que se considera responsable del anterior pacto social.
El acuerdo cumple el programa electoral del Partido Popular en lo relativo a pensiones de viudedad y orfandad, seg¨²n la versi¨®n de los negociadores populares. Un dirigente del partido admite, sin embargo, que el pacto no ha entrado en el fondo del problema, porque no fija dotaciones para el fondo de solidaridad y porque simplemente aplaza a 2003 la discusi¨®n sobre c¨®mo se calcular¨¢n las pensiones: con los ¨²ltimos 15 a?os cotizados, como ahora, o con periodos m¨¢s largos (lo que supondr¨ªa pensiones m¨¢s baratas). '?se es, sin duda, un tema crucial, potencialmente explosivo, que interesa a todo el mundo, pero no es urgente, no tenemos por qu¨¦ enzarzarnos ahora, cuando est¨¢ subiendo el n¨²mero de afiliados al sistema de la seguridad social'.
Al margen de los contactos que se puedan mantener esta semana de cara a la celebraci¨®n del 1 de Mayo, los dirigentes de las centrales sindicales tienen que plantearse inmediatamete cu¨¢l ser¨¢ su actitud frente a la tercera pata de la reforma laboral, la que trata de nuevas modalidades de negociaci¨®n colectiva.
La reuni¨®n con la patronal no tiene todav¨ªa fecha, pero ser¨¢, sin duda, complicada. Se trata de cambiar la forma de negociar los convenios colectivos para que se ajusten m¨¢s a las condiciones de productividad de cada empresa y menos a las normas acordadas en las grandes negociaciones nacionales o provinciales para sectores completos de producci¨®n. Es muy posible que UGT y CC OO tengan puntos de vista similares en este campo, que afecta adem¨¢s directamente al poder de las propias burocracias sindicales.
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