La fiesta del 2004
Ya hay proyectos arquitect¨®nicos para el F¨°rum 2004, est¨¢ aprobado un presupuesto cerrado y est¨¢ a punto la firma del pacto definitivo entre instituciones. Sin embargo, no se han despejado ni las dudas ni el escepticismo.
El elemento esencial de confusi¨®n consiste en hacer coincidir dos hechos totalmente distintos: la reforma del extremo m¨¢s oriental de la ciudad y la invenci¨®n de un nuevo tipo de foro multitudinario y medi¨¢tico.
Respecto a los proyectos arquitect¨®nicos, ser¨¢ un privilegio tener obras de arquitectos vanguardistas internacionales y locales. Y el mayor acierto es haber encargado a autores relativamente j¨®venes viviendas experimentales en la franja que delimita las calles de Taulat y Llull, siempre que se garantice que los promotores inmobiliarios van a respetar las innovaciones de cada proyecto. Sin embargo, desde el punto de vista urban¨ªstico y de integraci¨®n a la ciudad, todo el conjunto de 2004 est¨¢ entendido desde la autonom¨ªa de cada edificio: piezas aisladas sin ninguna relaci¨®n entre s¨ª y mucho menos con el entorno. La propuesta padece de la ausencia de cualquier estructura urbana que no sean sus l¨ªmites y la gigantesca plataforma que se ha proyectado, de formas arbitrarias, que en realidad deja, debajo de ella, toda una ciudad de infraestructuras, como las rondas y la depuradora, creando la dualidad de una ciudad representativa y una especie de submundo. La relaci¨®n con el entorno es m¨ªnima y malintencionada: se enfatiza la separaci¨®n con el barrio popular de La Mina, sobre el que se est¨¢ iniciando un proyecto totalmente aut¨®nomo de reestructuraci¨®n urbana, mientras que toda la operaci¨®n de 2004 revertir¨¢ a medio plazo en potenciar Diagonal Mar, una promoci¨®n inmobiliaria de barrio cerrado que rompe con el car¨¢cter p¨²blico y mediterr¨¢neo de Barcelona y que quedar¨¢ estrat¨¦gicamente situado en el centro del nuevo Frente Litoral. Todo parece indicar que se trata de una gran operaci¨®n p¨²blica que acabar¨¢ dejando un Centro Internacional de Convenciones que tendr¨¢ gesti¨®n privada y que quedar¨¢ integrado a Diagonal Mar.
Adem¨¢s, el proyecto de 2004 apenas tiene en cuenta renovaciones y mejoras de las infraestructuras de transporte p¨²blico en la zona, deja todo el peso de la movilidad al transporte privado y prev¨¦ grandes aparcamientos.
Tampoco los programas funcionales de los grandes edificios y conjuntos est¨¢n nada definidos, pues quedan pendientes los concursos con los operadores que los van a promover. Por ejemplo, los contenidos del Campus Interuniversitario se desconocen y est¨¢n pendientes negociaciones econ¨®micas y concursos de programa funcional cuando ya est¨¢ decidida la forma del contenedor.
Por lo que respecta a los contenidos del evento a¨²n es peor, ya que contin¨²an siendo inexistentes; los contenidos son tan ambiguos que todo tiene cabida y no predomina ninguna intenci¨®n clara. Se ha impuesto la idea de cultura como espect¨¢culo ef¨ªmero; nada que ver con una concepci¨®n cr¨ªtica, profunda, pluridisciplinaria y multicultural. Inventar el precedente internacional de un F¨°rum de les Cultures, tal como lo intuy¨® Pasqual Maragall, hubiera requerido de un esfuerzo intelectual colectivo que no se ha hecho y que no puede sustituirse por los criterios puramente empresariales y economicistas, productivos y de gesti¨®n que se est¨¢n aplicando. Ya en 1944, Max Horkheimer y Theodor W. Adorno se?alaron en su Dial¨¦ctica del iluminismo como la industria cultural lo que hace es colaborar al aumento de la estupidez en la sociedad.
Ante esta situaci¨®n cr¨ªtica, la cuesti¨®n clave consiste en reconocer cu¨¢l va a ser, en realidad, la identidad del F¨°rum 2004, aceptando que se trata de una especie de gran fiesta, una gran celebraci¨®n para justificar y legitimar unas inversiones p¨²blicas en la construcci¨®n de infraestructuras y edificios en un lugar clave de la ciudad, all¨ª donde se tensan hasta el extremo las l¨ªneas de las rondas, la Diagonal, el frente mar¨ªtimo y el r¨ªo Bes¨°s. En definitiva, ha derivado en una de estas fiestas que se organizan cuando se inaugura un t¨²nel o un parque y que en vez de durar un fin de semana durar¨¢ cinco meses.
En este sentido es necesario reconocer lo que es realmente el F¨°rum, rechazando las explicaciones oficiales, triunfalistas y prepotentes, que escriben con petulancia que 'el F¨°rum 2004 se constituye en un modelo de desarrollo ejemplar para la planificaci¨®n de las ciudades del futuro' y reconociendo que hasta ahora ha fallado por la falta de debate urban¨ªstico y por la marginaci¨®n total de todo el tejido asociativo y cultural de la ciudad.
Para acabarlo de complicar, tenemos el complejo contexto pol¨ªtico en el que el proyecto se produce, con un Gobierno espa?ol y una Generalitat cuya falta de concertaci¨®n y colaboraci¨®n necesaria y exigible est¨¢n siendo lamentables. En esta situaci¨®n es cierto que cualquier cr¨ªtica o tropiezo tienen el peligro de ser utilizados por el Gobierno conservador, que tiene la voluntad expl¨ªcita de frenar todos estos proyectos de Barcelona para que llegado el momento ya no sean viables por el agotamiento de plazos y por la falta de financiaci¨®n. Se trata de un ejemplo de la fuerza de una ciudad que topa con las inercias estatales. Pero lo que no puede hacer esta ciudad es que los actuales responsables del proyecto, en vez de detenerse a resolver a fondo las contradicciones pol¨ªticas, urbanas, conceptuales, funcionales y participativas, lo ¨²nico que hagan sea huir hacia delante, invirtiendo todos los esfuerzos en que sean las campa?as publicitarias y los mecanismos de la industria cultural los que intenten convencernos de que lo que s¨®lo es una entelequia, una gran fiesta que parece montada para rodar un anuncio internacional de refrescos, tiene alg¨²n contenido m¨¢s, confundiendo, mal¨¦volamente, la industria cultural y publicitaria con la aut¨¦ntica cultura y la complejidad de los fen¨®menos sociales. Porque el problema es sobre todo el a?o 2005: si no hay un cambio cualitativo en los planteamientos, nos arriesgamos a que el espacio urbano preparado para 2004 pase a ser un lugar inh¨®spito y a que al haber quemado en fuegos de artificio tres temas tan delicados como la cultura, la paz y la sostenibilidad, el 2004 se convierta en una operaci¨®n de desprestigio para Barcelona.
Josep Maria Montaner es arquitecto y catedr¨¢tico de la UPC.
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