Un favor

Tiger Woods ha ganado su segunda chaqueta verde, ha conseguido todos los grandes de una tacada y ha hecho un gran favor al golf. Ha puesto a un deporte minoritario en Europa en la boca de todos, en todas las portadas, en las televisiones, en los informativos. Lo ha conseguido porque es un deportista con unas cualidades f¨ªsicas y mentales excepcionales. Tiger Woods es un hombre que aguanta bien la presi¨®n, muy bien; m¨¢s todav¨ªa: cuanto mayor es la presi¨®n, m¨¢s mejora su nivel de juego. Y f¨ªsicamente es tremendo: la da m¨¢s fuerte que nadie, y tambi¨¦n es el que tiene m¨¢s calidad en el juego corto. Es completo de la A a la Z.

A todo ello le a?ade un tercer factor, quiz¨¢s la guinda a su pastel: tiene la noci¨®n de grandeza metida en la sangre. Ya todos sabemos que desde muy peque?o ten¨ªa en su habitaci¨®n el p¨®ster de Nicklaus con los 20 grandes que gan¨® el oso dorado, los 18 profesionales y los dos amateur. Superar aquello se convirti¨® en uno de los objetivos de su vida, romper esas marcas, batir todos los r¨¦cords. Y, eso, recuerdo, desde muy peque?o. A los 25 a?os ya ha ganado seis, pero no creo que le resulte tan f¨¢cil como parece proseguir con la racha.

El factor intimidaci¨®n, ese miedo que, se dec¨ªa, nos entraba a los rivales en el cuerpo en cuanto se acercaba, esa aura que le rodeaba, no funciona ya. Cada vez hay m¨¢s gente m¨¢s cerca, ech¨¢ndole el aliento en la nuca. Y no, no se puede decir que Duval fall¨® el birdie en el 18 por miedo a Tiger: ¨¦se es uno de los putts que a veces entran, a veces no. Cada vez le cuesta m¨¢s ganar. Hay un acercamiento a su figura por lo menos en cuanto a resultados. Ya hay jugadores que le aprietan las clavijas, el mismo Duval, Mickelson, y donde antes goleaba o ganaba con holgura, ahora tiene que apretarse los machos y vencer por la m¨ªnima.

Lo que ha conseguido Tiger es algo que no ha conseguido nadie. Es una gesta a la que hay que darle la importancia que tiene. Fant¨¢stico. Pero de ah¨ª a concluir que Woods es el mejor deportista de la historia, o simplemente el mejor golfista, hay un mundo. Para valorarle hay que esperar a que alcance su madurez. Hay que saber qu¨¦ es lo que da de s¨ª toda su carrera.