Guardiola deja el Bar?a para acabar su carrera en el extranjero
'Llegu¨¦ con 13 a?os, ahora tengo 30 y soy padre de familia. Mi carrera se me escurre entre los dedos y quiero acabarla en el extranjero conociendo nuevos pa¨ªses, nuevas culturas y nuevas Ligas'. Josep Guardiola, capit¨¢n del Bar?a, el futbolista m¨¢s laureado en la historia del club -16 t¨ªtulos-y ¨²ltimo s¨ªmbolo del Dream Team, anunci¨® ayer que deja el Camp Nou a final de curso. El mediocentro, que acaba contrato en junio, descart¨® fichar por otro club espa?ol -'rotundamente, no, imposible; antes de jugar en Espa?a, me retiro'- y se mostr¨® dispuesto a llamar a las puertas de Inglaterra, Italia, Alemania o Francia para finalizar en una aventura sus d¨ªas como futbolista. 'Cuando pongo en una balanza las dos cosas, lo que pierdo y lo puedo ganar, veo que ¨¦sta segunda est¨¢ m¨¢s llena', dijo el jugador. 'Me siento un poco liberado. Un poco m¨¢s tranquilo, m¨¢s c¨®modo'.
La noticia, difundida al mediod¨ªa por el futbolista en una atestada sala de prensa, llena de medios nacionales y extranjeros, caus¨® un inmenso impacto emocional en Barcelona. Antes del entrenamiento, Guardiola reuni¨® a sus compa?eros en el vestuario para comunicarles su decisi¨®n y despu¨¦s anunci¨® al club que quer¨ªa convocar la primera rueda de prensa de su vida. No pod¨ªa ser para otra cosa que para la despedida. Sentado esta vez en la sala reservada para los entrenadores, Guardiola, nervioso y con la voz algo rota, anunci¨® su marcha, con la misma soledad con la que Cruyff le hizo debutar por sorpresa en 1990 ante el C¨¢diz (N¨²?ez le acababa de negar el fichaje de Molby y el holand¨¦s apost¨® por aqu¨¦l joven espigado del filial). Casi veinte a?os despu¨¦s, Guardiola estuvo otra vez solo: el martes se reuni¨® dos horas con Gaspart -'quer¨ªa que fuera el primero en saberlo despu¨¦s de mis padres y dos o tres amigos'- y le pidi¨® que le acompa?ara. Pero Gaspart, tan amante de los micr¨®fonos a cualquier hora del d¨ªa, empezaba ayer mismo un viaje al extranjero. No valorar¨¢ hasta el martes la marcha de su jugador m¨¢s emblem¨¢tico. As¨ª ganar¨¢ tiempo.
El impacto de la noticia no oculta algo: la marcha de Guardiola supone una brutal sacudida en los cimientos del club tanto desde la ¨®ptica estrictamente futbol¨ªstica (?seguir¨¢ jugando el Bar?a, todav¨ªa lleno de holandeses que han bebido de las mismas fuentes que los de la cantera, con el esquema de una d¨¦cada?) como econ¨®mica. La junta, por ejemplo, hab¨ªa estudiado traspasar a Rivaldo o Kluivert pero parece improbable que se arriesgue a perder a tres jugadores tan claves en un mismo a?o. Y Guardiola no ha dejado dudas: no ha dado la junta la menor oportunidad de una contraoferta y no dar¨¢ marcha atr¨¢s. 'Gaspart intent¨® convencerme de que me replanteara las cosas, de que me tomara una especie de excendencia por si no me sal¨ªa ninguna oferta o nada que me atrajera', dijo el jugador con una sonrisa triste. 'Pero no es una decisi¨®n tomada en cuatro d¨ªas despu¨¦s de un mal o buen partido. Es algo meditado desde hace tiempo. Y cuando pongo las cosas en la balanza y veo lo que me queda por descubrir y por ense?ar lo mucho que he aprendido aqu¨ª, me quedo con ¨¦sta. No era f¨¢cil elegir el momento para anunciarlo. En el Bar?a siempre hay noticias y partidos cada tres d¨ªas. Pero tengo que empezar a pensar ya en mi futuro'.
Y en la aventura. Guardiola se convirti¨® ayer mismo en un jugador codiciado por los grandes clubes del continente, que no pagar¨¢n traspaso por ¨¦l. El mapa de Europa se le desplegar¨¢ sobre la mesa y no le faltar¨¢ d¨®nde elegir: Londres -su opci¨®n futbol¨ªstica y cultural preferida, aunque Manchester no est¨¢ descartada-, o Milan, o Roma o M¨²nich. Depositario de un talento extraordinario y cul¨¦ de pies a cabeza, ni siquiera Guardiola ha podido escapar de las histerias de un club que tiene el dudoso honor de despedir a sus grandes jugadores por la puerta de atr¨¢s (Romario, Ronaldo, Stoichkov, Cruyff o Figo). Amado por unos y cuestionado incansablemente por otros, quiz¨¢ no se le perdon¨® su singularidad futbol¨ªstica ni ser amigo de m¨²sicos, actrices y poetas. En 1997, Guardiola ya tuvo un pie en el Parma pero el expresidente N¨²?ez le renov¨® a rega?adientes: acababa de perder a Ronaldo y no pod¨ªa presentarse a la reelecci¨®n con esa doble hipoteca.
No tuvo desde entonces un camino f¨¢cil: primero se le acus¨® de pesetero, fue v¨ªctima de una infinidad de rumores y sufri¨® dos operaciones en la era de Van Gaal, que quiso incluso traspasarlo el a?o pasado. Pero fue el holand¨¦s el primero en irse y el capit¨¢n, ya cansado, ha aguardado hasta ahora para decidir su futuro con valent¨ªa y sin injerencias de la junta. 'Que me vaya no tiene nada que ver con el proyecto del pr¨®ximo a?o', dijo el futbolista en alusi¨®n a la probable llegada de un t¨¦cnico m¨¢s resultadista y menos amante del espect¨¢culo. S¨®lo espera algo: acabar en un club con opciones a ganar t¨ªtulos: 'Siempre he jugado con tensi¨®n. Me perd¨ª el Mundial de Francia por lesi¨®n y quiero estar con la selecci¨®n en el de Corea y Jap¨®n'. Dio las gracias a todos -a sus t¨¦cnicos y dos presidentes- pero en algo no se reprimi¨®: 'Tengo muchas miserias y alguna virtud, pero estoy orgulloso de los 17 a?os de compromiso con el Bar?a. Pero s¨ª, ya me siento m¨¢s liberado'.
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