Unicaja acaricia el t¨ªtulo
Unicaja se propuso ayer restarle toda la emoci¨®n posible al encuentro de vuelta de la final de la Copa Korac, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en Vrsac (Yugoslavia). Al ganar por 77-47, el equipo malague?o propin¨® un duro rev¨¦s en la eliminatoria al Hemofarm, que anoche no ejerci¨® como representante de la ortodoxa escuela yugoslava. Todo ante una grada ansiosa de revancha tras la oportunidad perdida el a?o pasado ante el Limoges franc¨¦s.
Unicaja, tras un inicio marcado por un firme prop¨®sito de concentraci¨®n en el que trat¨® de intimidar al Hemofarm, padeci¨® una etapa titubeante en la que se encogi¨®. Las se?as de flaqueza fueron aprovechadas por los balc¨¢nicos para mover el bal¨®n con soltura y fluidez. El Hemofarm logr¨® equilibrar el marcador a la vez que enfriaba los ¨¢nimos de un p¨²blico excitado.
Durante el primer cuarto, la incomodidad y la falta de ideas locales propiciaron la precipitaci¨®n en el lanzamiento de los de Bozidar Maljkovic, que registraron unos bajos porcentajes iniciales. El cuadro de Zeljko Lukajic apel¨® a la escasa elaboraci¨®n en favor de las individualidades.
A medida que avanzaba el encuentro, el equipo espa?ol recobr¨® la apariencia de bloque y procedi¨® a controlar el ritmo del juego. Un trabajo de reanimaci¨®n que desempe?¨® Jaumin. Entretanto, aparec¨ªan algunos zarpazos yugoslavos en forma de triples mientras que Unicaja incrementaba la intensidad y recobraba la confianza. Esta autoestima se tradujo en el incremento de la temida renta para el compromiso de vuelta en Vrsac. As¨ª, el segundo acto supuso un parcial de 27-11 que le mostraba a Unicaja el camino hacia una relativa tranquilidad. Destac¨® la intimidaci¨®n de Weis -que curiosamente el a?o pasado fue uno de los estandartes del Limoges- como pilar de una buena defensa.
La ventaja de 18 puntos lograda en el descanso hizo que el planteamiento de la recta final pasara por la frialdad y el juego inteligente, con posesiones largas y manteniendo un alto nivel de concentraci¨®n para aumentar en lo posible la diferencia. Unicaja aplic¨® la receta en el tercer cuarto en el que mantuvo una suficiencia casi prepotente ante un inofensivo Hemofarm, que ni siquiera pudo acogerse a su mejor arma, el lanzamiento exterior. Los de Maljkovic supieron enfriar el juego para evitar cualquier ¨¢pice de reacci¨®n.
En la recta final del choque y entre una euforia m¨¢s que fundada en el p¨²blico, el plantel yugoslavo no sali¨® de su estado de coma profundo. Enfrente, un equipo local cargado de oficio, con Weis como basti¨®n defensivo y Abrams definitivo en ataque.
El Unicaja, tras los temores en el arranque del partido, no quiso dejar una sola puerta abierta para el partido de vuelta en Yugoslavia. Este fue justo el papel que el Limoges franc¨¦s jug¨® con el equipo cajista en la final del a?o pasado y que sin duda ha servido de experiencia a los malague?os para acariciar su primer t¨ªtulo continental ante un flojo rival, al que sencillamente aplast¨®.
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