'La vaca ciega'
?rase una vez una vaca ciega que inspir¨® un bello poema catal¨¢n. Tan emotivo le pareci¨® a un escritor andaluz, que lo tradujo al castellano con indudable fidelidad.
Dec¨ªa: 'Tropezando con este y aquel tronco, / caminando con tiento hacia el estanque, / llega la vaca solitaria. / Es ciega', y segu¨ªa: 'Sus hermanas, por cimas y collados, / en la paz de los prados y riberas / hacen sonar la esquila / mientras pacen hierba fresca al azar'...
Mas, ?ay!, de un tiempo a esta parte, nuestra vaca, ciega pero no sorda, no oye ni escucha la esquila de sus hermanas.
Unos hombres, con desmesurada avaricia, las encerraron. Les hurtaron su derecho a la hierba fresca y se la trucaron por bazofia da?ina. Y enfermaron.
Y pas¨® que, en su locura, aquellos hombres no quisieron reconocer su maldad y llamaron locas a las vacas y las sacrificaron.
Sin duda alguna, si Joan Maragall escribiera hoy este poema y Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n cuidara de su traducci¨®n, leer¨ªamos despu¨¦s de 'sobre las muertas pupilas parpadea': y dos tristes l¨¢grimas se le escapan.
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