El Racing frena el ascenso del Celta

El Racing no tiene la culpa de lo que pas¨® ayer en El Sardinero, nadie puede poner en duda la legalidad de su quinta victoria consecutiva en casa. Marcelo Espina debe quitarse de encima cualquier sentimiento de culpabilidad por su primer gol, marcado en flagrante fuera de juego. Cosas como ¨¦stas suceden con m¨¢s frecuencia de la deseada. ?Qu¨¦ culpa tienen Ben¨ªtez y sus hombres de la gran trifulca dial¨¦ctica entre Esquinas Torres y Mostovoi y Berizzo? Los jugadores gallegos no sab¨ªan con qui¨¦n estaban jug¨¢ndose los cuartos, con un ¨¢rbitro amigo de cortar por lo sano.

No le gust¨® ni un pelo lo que le dijo el capitan celti?a, el ruso Mostovoi, y lo expuls¨® sin contemplaciones. Y todav¨ªa le hizo menos gracia el lenguaje de pantomima empleado por Berizzo: con gestos, sin palabras, llev¨¢ndose los dedos a las sienes, el ¨¢rbitro interpret¨® que le estaban llamando loco o algo por el estilo y le mand¨® seguir el camino de Mostovoi.Se hab¨ªan jugado s¨®lo 35 minutos, el Racing ganaba por un gol de diferencia, pero ah¨ª, en ese momento clave, puede decirse que se termin¨® el partido. El resto ya no tuvo m¨¢s historia.

El meta Cavallero puso de su parte lo que faltaba para que el encuentro derivara en un aut¨¦ntico desprop¨®sito. Una cesi¨®n hacia atr¨¢s de C¨¢ceres le pas¨® entre las piernas y Regueiro se aprovech¨® de la bufonada de la jornada para sentenciar el encuentro. Tres minutos m¨¢s tarde, lleg¨® la mejor jugada del partido, protagonizada por el ex madridista Jos¨¦ Emilio Amavisca, quien casi sin ¨¢ngulo de tiro bati¨® de tiro cruzado al meta gallego, despu¨¦s de haber recibido un gran servicio del internacional uruguayo Mario Regueiro.

En la segunda parte, el t¨¦cnico de los de Vigo, V¨ªctor Fern¨¢ndez, rearm¨® a su equipo y realiz¨® los tres cambios reglamentarios con el fin de hacer la derrota lo menos deshonrosa posible. No hab¨ªa cosa mejor que hacer con 45 minutos por delante y el equipo con dos hombres menos en el campo. Y lo consigui¨®. En este segundo tramo del partido, el Racing no marc¨® ning¨²n gol, el Celta mantuvo el tipo y con el pitido final del ¨¢rbitro Esquinas Torres terminaba el viacrucis del cuadro gallego. Conclusi¨®n: no se puede, resulta literalmente inhumano, jugar durante una hora con dos jugadores menos que el equipo contrario. La imagen del lateral del Celta Juanfran, tendido en el suelo, con las piernas rotas por el cansancio, era la imagen de la desolaci¨®n que atravesaba su equipo.

Ni el mismo Racing disfrut¨® de su victoria, a pesar de lo que significa en la lucha que mantiene por permanecer en Primera Divisi¨®n.