Un informe policial revela el 'alarmante' riesgo de extensi¨®n de sida y hepatitis en el 'h¨ªper' de la droga
13.000 toxic¨®manos se surten en Las Barranquillas, donde acuden 4.000 adictos a diario
El extenso informe elaborado por los agentes de Vallecas, al que ha tenido acceso la agencia Efe, ha sido remitido al Plan Nacional contra la Droga. En ¨¦l se recogen las deficientes condiciones higi¨¦nico-sanitarias del poblado de Las Barranquillas, en el que tambi¨¦n est¨¢ situda la sala de venopunci¨®n impulsada por la Comunidad, que empez¨® a funcionar en mayo del a?o pasado. En ella se facilita a los drogodependientes jeringuillas nuevas, agua destilada y un lugar donde pincharse.
La gran mayor¨ªa de las chabolas del poblado son, seg¨²n rese?a el informe, 'muy precarias'. Est¨¢n construidas con materiales de desecho, carecen de agua, luz y los servicios higi¨¦nicos b¨¢sicos, salvo algunas tomas ilegales. Los toxic¨®manos se hacinan entre las ratas, la basura y las jeringuillas con restos de droga.
Seg¨²n datos del Centro de Atenci¨®n a Drogodependientes (CAD) de La Rosilla, que la polic¨ªa considera extrapolables a Las Barranquillas, los porcentajes de VIH positivos pueden superar el 40%, y la hepatitis B y C, el 70%, entre los denominados machacas (toxic¨®manos al servicio de los traficantes).
El hipermercado de la droga est¨¢ gestionado en su totalidad por familias de etnia gitana, seg¨²n el informe policial. Unas 800 personas, repartidas en 200 familias, se reparten un lucrativo negocio que genera un ingreso medio por n¨²cleo de 450.000 pesetas mensuales.
La mayor¨ªa de los vendedores son j¨®venes de entre 18 y 30 a?os. El 62% de la poblaci¨®n de Las Barranquillas tiene antecedentes policiales, y el 41% ha sido acusado de narcotr¨¢fico. El informe se?ala que el porcentaje de antecedentes por venta de droga es m¨¢s elevado entre las mujeres, ya que son ¨¦stas las que suelen dedicarse a la venta, mientras que los hombres del poblado hacen tareas de vigilancia. El a?o pasado, el 12% de la poblaci¨®n de Las Barranquillas fue detenido por narcotr¨¢fico.
La mayor¨ªa de la poblaci¨®n es analfabeta (dos tercios) y el resto lee y escribe con dificultad 'porque la escuela es una instituci¨®n rechazada en los poblados', dice el informe, que a?ade que los ni?os aprenden a contar monedas y billetes, pero no saben manejar moneda fraccionaria, ya que, seg¨²n dijeron a Efe los investigadores, la droga se vende a precio redondeado.
La narcosala
La mayor¨ªa de los 13.000 toxic¨®manos que visitan habitualmente Las Barranquillas consume en el interior de los coches en los que han acudido al poblado, en casas abandonadas o a la intemperie. 'La sala de venopunci¨®n se utiliza poco', estima la polic¨ªa, que a?ade que los gestores de este centro de la Comunidad de Madrid mantienen una relaci¨®n 'distante' con los agentes porque creen que su proximidad 'perturba el buen funcionamiento de la sala'. La narcosala, que naci¨® con la previsi¨®n de atender a 150 toxic¨®manos al d¨ªa, arranc¨® con unas cifras muy inferiores, que han ido creciendo sobre todo desde que, el pasado 1 de enero, comenzase a funcionar las 24 horas. En diciembre, las cabinas de inyecci¨®n de la narcosala se usaban una media de 46 veces al d¨ªa. En la primera semana de enero, en cada jornada se registr¨® una media de 103 venopunciones (66 por el d¨ªa y 37 por la noche). En noviembre hubo 33 inyecciones diarias y 20 en octubre.
El perfil medio del consumidor es el de un var¨®n de 35 a?os, el 67% de los cuales tiene antecedentes policiales, y que compra diariamente, por unas 2.000 pesetas, 0,2 gramos de hero¨ªna o coca¨ªna (caf¨¦ o leche, en clave), que fuma o inhala en lo que se llama chino, ya que el chute (inyecci¨®n) cada vez se utiliza menos.
El ¨¦xito que el poblado tiene entre los consumidores, a pesar de estar alejado de la ciudad, se debe a la mejor calidad de la hero¨ªna y coca¨ªna, y al precio, mucho m¨¢s barato que en los puntos de venta de los barrios. Para llegar hasta Las Barranquillas, los toxic¨®manos utilizan las cundas: uno de los drogodependientes pone su coche a disposici¨®n de otros tres o cuatro consumidores y los lleva al poblado a cambio de cierta cantidad de dinero. El precio es de 500 pesetas si se sale del centro de Madrid y de 1.000 si el punto de partida est¨¢ en alguna localidad del cintur¨®n urbano. Esta cantidad le sirve al conductor para pagarse su dosis y el coche es utilizado luego por todos para consumir la droga en su interior.
'Machacas', 'tirados' y 'apurajeringuillas'
El informe sostiene que 'hay que asumir la droga como una enfermedad social cr¨®nica imposible de erradicar' y clasifica cuatro tipos de toxic¨®manos que pueden hallarse en el poblado marginal de Las Barranquillas en funci¨®n de las pautas de consumo: machacas, tirados, familiares de los traficantes y toxic¨®manos con trabajo. El machaca es una persona 'muy deteriorada', con alto grado de dependencia, que 'se mete' todo lo que puede, y que es, de hecho, un 'esclavo' del traficante. 'El toxic¨®mano recibir¨¢ los golpes de los traficantes, con motivo o sin ¨¦l, con la resignaci¨®n del que no puede hacer nada para evitarlo', indica el informe policial. Los tirados, seg¨²n el escrito, est¨¢n a¨²n peor que los machacas y se benefician de los restos de los otros toxic¨®manos. En este grupo se incluyen los apurajeringuillas, que utilizan los restos de sangre que quedan en las jeringuillas de otros, y los arreba?abotes. ?stos obtienen droga recogiendo la poca que resta en los recipientes despu¨¦s de ser utilizados por otros. El tercer grupo lo componen los toxic¨®manos traficantes o familiares de los traficantes que residen en Las Barranquillas. ?stos se caracterizan por tener un f¨¢cil acceso a la droga, circunstancia que facilita un consumo elevado. Los investigadores afirman que, al ser detenidos, pasan peor el mono (carencia de droga) en los calabozos que otros toxic¨®manos acostumbrados a la abstinencia. El cuarto grupo es el compuesto por toxic¨®manos con trabajo. Es el mayoritario. Consume la droga en Las Barranquillas inmediatamente despu¨¦s de comprarla. Frente a la opini¨®n de que el toxic¨®mano tiene necesariamente que robar para pagarse su dosis diaria, los investigadores aseguran que la mayor¨ªa de ellos puede coste¨¢rsela con los ingresos que obtiene de su ocupaci¨®n laboral, con las pensiones asistenciales que perciben o las ayudas de la familia. El gasto medio diario en droga es de, aproximadamente, 2.000 pesetas. 'Muchos robos y atracos est¨¢n relacionados con la droga, pero esto no quiere decir que la gran mayor¨ªa de los toxic¨®manos recurran a cometer delitos para obtener su dosis', sostienen los investigadores policiales.
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