Atracci¨®n tur¨ªstica con alas
Alcal¨¢ se?aliza en tres idiomas un paseo por el casco hist¨®rico que permite visitar los puntos con m¨¢s nidos de cig¨¹e?as
Las 86 parejas de cig¨¹e?a blanca que viven en Alcal¨¢ de Henares (163.000 habitantes) esperan estos d¨ªas que sus polluelos, tras 33 jornadas de incubaci¨®n, empiecen a romper el cascar¨®n. Pero este a?o, el nacimiento de las nuevas cig¨¹e?as est¨¢ siendo m¨¢s publicitado que nunca: los pormenores de su llegada son una de las cuestiones de las que informan -en espa?ol, ingl¨¦s y franc¨¦s- los paneles que el Ayuntamiento de Alcal¨¢ ha instalado ante dos de los lugares predilectos de las aves: las ruinas sitas en el patio de armas del palacio Arzobispal, donde residen 17 parejas, y los pies de la torre de Santa Mar¨ªa, desde donde se atisban seis nidos.
Las cartelas forman parte de un grupo de 14 indicadores que gu¨ªan a los turistas por el casco hist¨®rico, apercibi¨¦ndoles sobre los principales monumentos que pueden ser observados y su historia. Las zancudas son una atracci¨®n m¨¢s.
Las aves han nidificado en el suelo junto al palacio Arzobispal protegidas por la muralla medieval
'Alcal¨¢ tiene la colonia urbana de cig¨¹e?as m¨¢s grande de la regi¨®n [s¨®lo la supera en n¨²mero Soto del Real, pero las alcala¨ªnas viven en tejados, no en las copas de los fresnos situados en medio del campo]; construyen sus nidos en torres y espada?as barrocas, y llaman mucho la atenci¨®n', explica el edil de Turismo, Francisco Calles (IU). 'Pensamos que pueden ser un aliciente m¨¢s para el turista, un gancho para atraerles a visitar la ciudad'. Y es cierto. Los d¨ªas de asueto, como esta Semana Santa, es f¨¢cil ver a turistas de diferentes nacionalidades con un mapa monumental en una mano y se?alando con la otra al cielo, hacia donde alzan sus miradas siguiendo el majestuoso planeo de las zancudas sobre la ciudad antigua. A¨²n es poco conocido, incluso por los propios alcala¨ªnos, pero las ruinas resguardadas tras la valla de forja del patio de armas del palacio Arzobispal ofrecen un hermoso espect¨¢culo a la puesta del sol. Sobre los muros de piedra, a baja altura, menor de la que estas aves prefieren habitualmente para hacer sus casas, hay 17 nidos y el aleteo de sus ocupantes se recorta en los d¨ªas claros contra el atardecer. Es la versi¨®n madrile?a de la colegiata de San Miguel, en el municipio riojano de Alfaro, que alberga medio centenar de nidos y cuyos contraluces al ocaso han dado la vuelta al planeta, fotografiados en revistas de viajes.
Juan Prieto, un alcala¨ªno que lleva a?os estudiando la colonia de zancudas en Alcal¨¢ y que lidera el grupo ecologista Ciconia (cig¨¹e?a, en lat¨ªn), dice que lo primero que buscan al hacer sus nidos son lugares inaccesibles: prefieren a los humanos a vista de p¨¢jaro. En el palacio Arzobispal han nidificado m¨¢s cerca del suelo porque apenas pasa nadie. La valla s¨®lo se abre los d¨ªas de diario, y las ¨²nicas personas que la cruzan son las que se dirigen -caminando a varios metros de la pared derruida- al palacio, hoy sede del obispado.
Tras el murete est¨¢ la huerta del Obispo, un vasto solar sin edificar y circundado por las antiguas murallas medievales de la ciudad, donde los miembros de Ciconia dejan cada oto?o restos de sarmientos. 'En la ciudad no hay suficientes palos para que hagan sus nidos, as¨ª les echamos una mano', explica Prieto.
El Ayuntamiento planea convertir la huerta del Obispo en un parque p¨²blico. Prieto cree que entonces las cig¨¹e?as se alejar¨¢n del suelo, pero que el parque puede ser compatible con su presencia si se acotan de alg¨²n modo las ruinas donde anidan.
El paseo a la busca de nidos, que gana con unos prism¨¢ticos en la mano, puede prolongarse un buen rato. Poco m¨¢s all¨¢ de la torre de Santa Mar¨ªa, el tejado a dos aguas del antiguo colegio de Caracciolos ofrece un tres en raya, un tr¨ªo de nidos alineados justo en el v¨¦rtice. En la catedral se asientan 13 nidos; la mayor¨ªa de ellos, en la torre. Sus habitantes ya se han acostumbrado al sonido de las campanas, colocadas en 1998. El velador del bar situado a sus pies ofrece un atractivo paisaje las noches de luna llena, cuando el astro nocturno se recorta junto a la torre: vislumbrar, ba?adas por su luz plateada, las siluetas de las cig¨¹e?as que vuelven a casa.
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