El retorno de Ardanza
Quiero agradecer, en primer lugar, a Javier P¨¦rez Royo el talante cient¨ªfico y ponderado con el que escribi¨® su art¨ªculo El retorno de Ardanza en EL PA?S del pasado viernes 6 de abril de 2001.
Enunciar¨¦ someramente los puntos de acuerdo con el articulista y lo que se le ha quedado en el tintero. Comienza afirmando: 'La inserci¨®n del Pa¨ªs Vasco (y de Navarra) en el Estado constitucional espa?ol ha sido problem¨¢tica desde la Constituci¨®n de C¨¢diz'. En efecto, en todas las Constituciones del siglo XIX y en la de 1978 se ha visto el problema de la inserci¨®n, si bien se ha excogitado una f¨®rmula de soluci¨®n que ning¨²n Gobierno se ha atrevido a llevar a la pr¨¢ctica: la actualizaci¨®n de los fueros y de los derechos hist¨®ricos, sin merma de la unidad constitucional de la monarqu¨ªa. ?Qui¨¦n es el responsable de esta falta de actualizaci¨®n que nos habr¨ªa dado una Espa?a plurinacional, pluriling¨¹¨ªstica y pluricultural? No es, ciertamente, la violencia de ETA.
La f¨®rmula actual de convivencia, seg¨²n el autor, con el Estatuto y el Concierto 'es dif¨ªcilmente mejorable, porque le ha permitido al Pa¨ªs Vasco alcanzar un nivel general de autogobierno como no lo hab¨ªa tenido nunca en el pasado'. Como historiador del Pa¨ªs Vasco, siento discrepar profundamente del articulista.
Cada una de las provincias del Pa¨ªs Vasco ha tenido cotas mayores de soberan¨ªa en muchos momentos de su historia. En concreto, Guip¨²zcoa, en su pasado hist¨®rico, en otra concepci¨®n de Espa?a y dando cuenta previamente a la monarqu¨ªa, firm¨® tratados internacionales con Inglaterra.
Por otra parte, hay, como no dice nuestro autor y podr¨ªa decir en derecho comparado, 'entes subcentrales de Estados pol¨ªticamente descentralizados' que tienen capacidad de ser o¨ªdos en las instancias europeas cuando se tratan asuntos que les ata?en, cosa que no sucede con el Pa¨ªs Vasco.
Creo, para terminar, que el mismo profesor P¨¦rez Royo sabr¨ªa contradecirse a s¨ª mismo (y a sus ense?anzas me remito) cuando afirma: 'Es dif¨ªcil imaginar una f¨®rmula que pueda ir m¨¢s all¨¢ de la que ahora mismo se est¨¢ poniendo en pr¨¢ctica y que pueda ser compatible con la existencia del Estado espa?ol como tal Estado'. ?No ser¨ªa viable Espa?a, como la propia historia de Espa?a nos lo dice, como Estado plurinacional, pluricultural y pluriling¨¹¨ªstico?-
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