Muere a los 49 a?os Joey Ramone, cantante de Los Ramones
El m¨²sico, fallecido por un c¨¢ncer, preparaba un disco en solitario
Joey Ramone, de verdadero nombre Jeffrey Hyman, falleci¨® el domingo a los 49 a?os. El cantante de Los Ramones estaba hospitalizado en Nueva York por un c¨¢ncer linf¨¢tico que hab¨ªa interrumpido la elaboraci¨®n de un disco en solitario. La noticia de su muerte fue hecha p¨²blica ayer por su madre, Charlotte Lesher, que declar¨® que el cantante falleci¨® mientras dorm¨ªa, rodeado de su familia y de sus amigos. Los funerales se celebrar¨¢n hoy en su barrio natal de Queens, en Nueva York.
Los Ramones cambiaron el curso del rock con su estreno discogr¨¢fico, en 1976. Procedentes de los alrededores de la isla de Manhattan, ofrec¨ªan un sonido excitante a base de guitarra, bajo y bater¨ªa: canciones contundentes donde estaban prohibidos los solos, energ¨ªa concentrada en p¨ªldoras que no llegaban a los dos minutos, obsesiones juveniles convertidas en estribillos infalibles. Su aspecto era igualmente impactante: melenas, playeras, vaqueros desgarrados, cazadoras de cuero y -en el caso de Joey- gafas de sol. Enfatizaban su imagen de pandilla de barrio bautiz¨¢ndose todos con el imaginario apellido Ramone (curiosamente, un seud¨®nimo utilizado anteriormente por Paul McCartney).
El negocio musical no miraba con simpat¨ªa su abrasivo punk rock, pero su influencia result¨® asombrosa: casi todas las canciones de su primer disco dieron nombre a grupos y fancines. Apreciar a Los Ramones era entrar en un clan de enterados, como expresaba aquella canci¨®n de Los Pistones llamada Yo jam¨¢s te hubiera conocido si no llega a ser por Los Ramones. En Madrid, su concierto de 1980 en la plaza de toros de Vista Alegre, con Nacha Pop como grupo telonero, supuso la salida al aire libre de las diferentes tribus que constituir¨ªan la movida.
22 a?os de carrera
Los Ramones se dieron a conocer con un deslumbrante hallazgo sonoro que pronto se revel¨® agobiante: pasaron buena parte de sus 22 a?os de carrera (con otros tantos discos de larga duraci¨®n) intentando ampliar su paleta sonora: trabajaron con el m¨ªtico productor Phil Spector, hicieron psicodelia y surf, y usaron sintetizadores. Desdichadamente, estaban marcados por su raka-raka primigenio y ¨²nicamente consiguieron desconcertar a sus seguidores sin seducir a nuevos p¨²blicos; en Estados Unidos, s¨®lo llegaron a alcanzar el n¨²mero 48 de las listas en 1980 (con End of the century, su colaboraci¨®n con Spector). Pod¨ªan tener la admiraci¨®n de personajes tan diferentes como Bruce Springsteen o el escritor Stephen King, pero no consiguieron abandonar los m¨¢rgenes de la industria.
El grupo sufri¨® problemas de alcohol y drogas, con las inevitables disensiones internas y cambios de personal. Dejaron de firmar colectivamente para especificar qui¨¦n escrib¨ªa cada canci¨®n, un detalle importante cuando conviviv¨ªan sensibilidades tan diferentes como el alma punki de Dee Dee Ramone -que insultaba al presidente Reagan por visitar un cementerio de las SS alemanas- y la de Joey, cuyas simpat¨ªas por el Partido Republicano eran m¨¢s que una pose.
Los Ramones tuvieron en Espa?a una de sus plazas fuertes, y se puede decir que recorrieron toda la Pen¨ªnsula, tocando incluso en peque?os pueblos; tal vez no fuera casual que su ¨²ltimo disco en estudio se titulara Adi¨®s, amigos.
El pasado a?o se edit¨® el doble Ramones anthology: hey ho let's go!, que se ha convertido en un inesperado ¨¦xito de ventas. ?sa fue una de las noticias que alegraron las ¨²ltimas semanas de Joey, ya hospitalizado por el linfoma que acabar¨ªa con su vida.
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