Dos monjas ruandesas juzgadas en Bruselas por genocidio dieron gasolina para quemar a tutsis
Comienza el juicio contra cuatro acusados por el genocidio de Ruanda en 1994
La sesi¨®n inicial del juicio estuvo dedicada a la formaci¨®n del jurado. Ser¨¢n siete hombres y cinco mujeres quienes decidan la suerte de los Cuatro de Butare, como han sido bautizados por la prensa belga en referencia a la regi¨®n sure?a de Ruanda donde se produjeron los terribles hechos de los que son acusados. En la sesi¨®n de la tarde, los abogados defensores intentaron retrasar el proceso, pero el fiscal desoy¨® sus argumentos y el juicio, que durar¨¢ seis semanas, se reanudar¨¢ hoy con la lectura de las acusaciones.
Los hechos de los que se acusa a las dos religiosas, protegidas ayer tras una mampara de cristal, se produjeron entre abril y mayo de 1994 en el convento benedictino de Sovu, donde sor Gertrudis era la madre superiora. En ese centro religioso se hab¨ªan refugiado m¨¢s de 7.000 tutsis, muchos de ellos ni?os, que hu¨ªan de los ataques de la sanguinaria milicia hutu Interhamwe (los que matan juntos), en la que sor Maria Kisito ten¨ªa dos hermanos. Las religiosas, seg¨²n la acusaci¨®n, no s¨®lo no alimentaban a los refugiados, sino que incluso facilitaron su entrega a los milicianos, que mataron a tiros y a machetazos al menos a 6.000 personas en tres tandas.
Pero el suceso m¨¢s terrible en el convento se produjo a partir de las tres de la tarde del 22 de abril de 1994, cuando los milicianos, que ya hab¨ªan asesinado a cientos de refugiados, optaron por meter en el garaje del centro de salud del convento a 500 o 700 refugiados, cerrar la puerta con cadenas y lanzar en el interior decenas de litros de gasolina. Los asaltantes se quejaron de no tener suficiente gasolina, 'y las propias monjas facilitaron dos garrafas de combustible', seg¨²n un testigo. 'Varios testimonios confirman este hecho y, con respecto a sor Maria Kisito, ella misma habr¨ªa participado a esparcir la gasolina y habr¨ªa atizado el fuego con hierbas secas', a?ade la acusaci¨®n.
Las dos monjas, que residen en un convento belga, niegan las acusaciones y, hasta el momento, s¨®lo han argumentado que la masiva presencia de refugiados imped¨ªa el buen funcionamiento del convento y que quer¨ªan que los tutsis abandonaran el centro, entre otras razones para proteger a otras religiosas de ese origen racial.
Listas de nombres
Vincent Ntezimana, profesor de la Universidad Nacional en Ruanda, est¨¢ acusado de haber elaborado listas de colegas tutsis que posteriormente fueron asesinados, junto con sus esposas e hijos, en ocasiones en su presencia. Tambi¨¦n es acusado de redactar panfletos racistas que se difundieron en B¨¦lgica y Ruanda.
El cuarto procesado, Alphonse Higaniro, muy pr¨®ximo al Gobierno ruand¨¦s de la ¨¦poca, era director general de la Sociedad Ruandesa de Cerillas. Reclamado por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda de La Haya, es ahora juzgado en B¨¦lgica porque no se confirm¨® esa primera reclamaci¨®n. Est¨¢ acusado de fomentar matanzas en los alrededores de la propia f¨¢brica y de provocar la muerte de vecinos que se negaron a abandonar sus propiedades.
Los cuatro se hab¨ªan desplazado a B¨¦lgica como refugiados despu¨¦s de las matanzas y pueden ser juzgados en este pa¨ªs gracias a una ley aprobada en junio de 1993. Seg¨²n esta ley, ¨²nica en el mundo, el Tribunal penal de Bruselas es competente para juzgar a cualquier persona, con independencia del lugar en el que haya nacido o resida, que haya cometido graves delitos contra la Convenci¨®n de Ginebra. En 1999, esa ley se ampli¨® a todos los cr¨ªmenes de genocidio o contra la humanidad, sea en tiempo de paz o de guerra.
De hecho, en B¨¦lgica se han abierto ya 11 procesos por los genocidios de Ruanda, si bien algunos casos han pasado al Tribunal Penal Internacional para Ruanda, que ha procesado a 45 personas, aunque no hay ning¨²n condenado. En Ruanda han sido juzgadas unas 2.500 personas, de las que 400 fueron condenadas a muerte; si bien hay todav¨ªa m¨¢s de 120.000 encarceladas a la espera de juicio.
En el juicio iniciado ayer en Bruselas, primero de estas caracter¨ªsticas en el mundo, intervendr¨¢n al menos 150 testigos. Cincuenta de ellos ser¨¢n trasladados desde Ruanda a cargo del Gobierno belga. Otros, tambi¨¦n de origen ruand¨¦s, se encuentran ahora en B¨¦lgica como refugiados.
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