Especular con la salud
Nunca he entendido por qu¨¦ las administraciones p¨²blicas andan privatizando o vendi¨¦ndose unas a otras bienes que son del pueblo. Claro que tampoco entiendo por qu¨¦ un ancianito norteamericano, llamado Alan Greenspan, decide sobre el precio de nuestras hipotecas. De ambas cosas deduzco algo elemental y terrible: que la democracia no ha llegado al dinero. Lo malo es que esto lo tenemos interiorizado, seg¨²n se dice ahora, como los muertos por semana en las carreteras o como la esclavitud de los ni?os en el Tercer Mundo. Aut¨¦nticas locuras colectivas, pero con un denominador com¨²n: el capitalismo globalizado que nos toca alucinar.
Pero volvamos a lo primero. Todav¨ªa, si por necesidades del servicio p¨²blico, las administraciones establecieran permutas o convenios en especie, todav¨ªa. Pero no. Aqu¨ª en cuanto un Ministerio es due?o de algo que ya no necesita, le pone precio y, venga, a especular. Se le suben los humos del veguero a la cabeza, se mete los pulgares en las sisas del chaleco, y monta su timba particular o subasta. Es el caso, que empieza a pasarse de todos los colores, del Ministerio de Defensa en Sevilla. S¨®lo en los tres ¨²ltimos a?os, este Departamento ha extra¨ªdo de los bienes p¨²blicos de la capital 15.250 millones de pesetas, entre cuarteles ruinosos, aer¨®dromos nost¨¢lgicos y otras menudencias. Todo ello a partir de las buenas relaciones con la ex alcaldesa Soledad Becerril, que, entre otros favores, le firm¨® un convenio de recalificaci¨®n de 80 hect¨¢reas y se pleg¨® a la suculenta operaci¨®n Tablada, sin ejercer los derechos que correspond¨ªan a la ciudad. Siempre de espaldas al Consistorio, todas esos negocios han convertido al Ministerio de Defensa en un regulador incontrolable del precio del suelo en Sevilla. Y, desde luego, sin reinvertir un solo c¨¦ntimo en la ciudad. Eso le debemos al PP.
Pero ahora el asunto es m¨¢s serio, porque se trata de especular con la salud p¨²blica. Ya sabr¨¢n que el Ministerio de Defensa anda queriendo desprenderse del Hospital Militar de Sevilla. Y no sabe c¨®mo decirle que no se lo cede, sin m¨¢s, a la Consejer¨ªa de Salud, para que mejore sus prestaciones cl¨ªnicas en una ciudad que no anda precisamente sobrada de ellas. Comisiones van, plataformas vienen. Tanteos y rogativas, nada. El se?or Trillo, impasible, repartiendo cartas en su camarote. Jueguen, se?ores, jueguen.
A guisa de globo sonda, ha dejado caer la cifra de 3.000 millones. Esc¨¢ndalo y consternaci¨®n. Con ese dinero, dice el consejero Vallejo, m¨¢s lo que costar¨ªa adecentar el inmueble, mejor construir un hospital nuevo, y en mejor sitio. Lo curioso es que operaciones similares en Catalu?a y en Galicia se han saldado de muy distinta manera. Al se?or Pujol, por 5.000 millones de hoy, pero a pagar dentro de 30 a?os, o sea... Al se?or Fraga, por l.100, y en c¨®modos plazos. ?Tendr¨¢ algo que ver en todo esto el color pol¨ªtico de los negociadores del se?or Trillo? ?Ser¨¢ verdad que una afamada cl¨ªnica particular sevillana anda detr¨¢s del mismo hospital, con la pretensi¨®n de trasladar all¨ª sus servicios, vender el suelo en el que ahora se asienta -en muy buen sitio, por cierto-, y luego alcanzar un convenio con la Consejer¨ªa de Salud? No me lo puedo creer.
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