Hijos adoptados, hijos del coraz¨®n
Javier Angulo y Jos¨¦ A. Reguil¨®n relatan las vivencias de la paternidad con ni?os adoptivos
Las normas de la casa de la sidra llev¨® a la pantalla grande en 1999 la vida cotidiana de unos ni?os en una instituci¨®n en espera de ser adoptados. La historia de sus emociones, sus sue?os, sus frustraciones, la b¨²squeda de una explicaci¨®n a su situaci¨®n y el alimento de una expectativa mejor son s¨®lo una parte de la intensidad que esconde el anhelo de una familia desde el abandono. Y todas ellas definen a un ser que de pronto encuentra unos rostros nuevos dispuestos a hacer de ¨¦l su hijo. Otros nombres, otras costumbres, otros espacios, otros compa?eros y, la mayor¨ªa de las veces, otras proyecciones caen de repente sobre un beb¨¦, sobre un ni?o o un adolescente.
El encuentro est¨¢ marcado por el deseo. Y en ocasiones su intensidad es el desencadenante de imprevistas tensiones porque el necesario duelo del hijo biol¨®gico no se ha cumplido. Javier Angulo, director de Cineman¨ªa, padre biol¨®gico y adoptivo, y Jos¨¦ Antonio Reguil¨®n, psic¨®logo y especialista en temas de acogida han parido Hijos del coraz¨®n. 'Es una reflexi¨®n sobre la paternidad. Tengo doble militancia, porque soy padre biol¨®gico y afectivo, y reconozco que para el primero no me hice las reflexiones que medit¨¦ muy mucho con la segunda, la adoptada. Tal vez porque es un hecho cultural y fisiol¨®gico distinto. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado y me ha ayudado a poner en pr¨¢ctica, aunque haya sido a posteriori, esas mismas preguntas y respuestas para con el mayor', afirma Angulo. A lo que Reguil¨®n apunta que 'la diferencia fundamental reside en que el hijo adoptado es un ni?o o ni?a que ya existe, que tiene una historia, una cultura, unas vivencias que marcan su personalidad y que deben ser aceptadas por los padres adoptivos'.
Hijos del coraz¨®n huye de la sensibler¨ªa, se nutre de la experiencia en primera persona, de testimonios que retratan vivencias distintas -con mucho en com¨²n- de la adopci¨®n: parejas tradicionales, parejas de hecho, personas solas, familias que ya tienen hijos biol¨®gicos... 'El deseo es el factor m¨¢s importante, pero en doble direcci¨®n. Los padres adoptivos deben desear esa nueva experiencia vital, alejada de solidaridad y compasi¨®n, pero el hijo tambi¨¦n debe querer ser adoptado. No es un objeto de deseo, es un sujeto', dice Angulo.
'Lo importante es desterrar, como explicaba Freud, las proyecciones. Los hijos adoptados, como los biol¨®gicos, no son como nosotros queremos. Tienen un pasado que debemos asumir y ayudarles a asumir. Hablamos de ni?os que han sido abandonados y que en muchos casos han sufrido una violencia que no alcanzamos a imaginar. Los padres adoptivos no deben olvidar el origen de sus hijos y, llegado el momento, impulsar que conozca a sus padres biol¨®gicos. El miedo a que deje de querer a los padres adoptivos es irremediable pero los hijos quieren a quien les quiere. Los hijos tambi¨¦n adoptan a los padres. Es curioso ver como hijos biol¨®gicos rechazan a sus padres o ¨¦stos a aquellos. Hay un proceso de aceptaci¨®n entre padres e hijos similar entre los biol¨®gicos y los adoptivos. Las diferencias son m¨¢s culturales o sociales que reales', se?ala Reguil¨®n.
Con Hijos del coraz¨®n, Javier Angulo y Jos¨¦ Antonio Reguil¨®n dibujan una relaci¨®n que no es de flechazo sino de enamoramiento.
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