El nuevo 'caso Pinochet'

Cuatro ciudadanos ruandeses (dos monjas, un industrial y un profesor universitario) est¨¢n siendo juzgados en Bruselas por asesinato, torturas y crueldades extremas cometidas en su pa¨ªs hace siete a?os, con ocasi¨®n de que los gobernantes de la mayor¨ªa hutu, a la que pertenecen los acusados, desencadenaran una matanza en la que perecieron cerca de 800.000 tutsis, la antigua minor¨ªa dominante.

Que el juicio se desarrolle en Bruselas no tiene que ver con que Ruanda fuera hasta 1962 colonia belga, porque en realidad nos hallamos ante un nuevo caso Pinochet. As¨ª lo ha dicho la acusaci¨®n, que se basa en una ley belga aprobada en 1993 por la que se pueden perseguir ante un tribunal especialmente creado a este efecto en Bruselas los delitos contra la humanidad que se especifican en la Convenci¨®n de Ginebra de 1949, cualquiera que sea el pa¨ªs en que hayan sido cometidos.

Las monjas y los dos hombres, conocidos como los cuatro de Butare, por la regi¨®n donde ocurrieron los hechos, est¨¢n acusados de colaborar directamente al exterminio de varios miles de tutsis refugiados en el convento que dirig¨ªan sor Gertrudis y sor Mar¨ªa Kisito, benedictinas. Las religiosas pudieron haber facilitado bidones de gasolina con los que incinerar vivos a cientos de asilados en la citada instituci¨®n cat¨®lica.

Hasta aqu¨ª los hechos s¨®lo vendr¨ªan a demostrar que la solidaridad ¨¦tnica es a veces m¨¢s fuerte que cualquier sentimiento humanitario; las monjas podr¨ªan haber sido, por ejemplo, empleadas de comercio y el crimen resultar¨ªa exactamente igual de horrible. Lo positivo, en cambio, es que la impunidad ante determinados delitos se bata en retirada, hagan ¨¦stos referencia a monjas o a ex gobernantes. Bruselas juzga hoy cr¨ªmenes que, de otra manera, nadie puede garantizar que fueran a recibir su justo castigo.