A la final, con bigote y suplentes
El trabajo de Man¨¦ y su equipo t¨¦cnico y el compa?erismo y la efectividad de toda la plantilla nutren los ¨¦xitos del Alav¨¦s
El Alav¨¦s, la revelaci¨®n del a?o en el f¨²tbol europeo, ya es finalista de la Copa de la UEFA. Ha sido un trabajo largo, de seis eliminatorias en siete meses, pero que se fragu¨® mucho antes. En concreto, desde el verano de 1997, durante los cuatro a?os que lleva en Vitoria el equipo t¨¦cnico alavesista: el tr¨ªo del bigote. Dos de sus miembros trabajan en la sombra. Uno es Juan Carlos Rodr¨ªguez, el secretario t¨¦cnico y descubridor, entre otros, de Javi Moreno. Otro, ?ngel Garitano, hermano mayor del jugador del Zaragoza, segundo de Man¨¦, su asesor inseparable y el ojeador que ha preparado el terreno en cada eliminatoria. Y el otro, por supuesto, Jos¨¦ Manuel Esnal, Man¨¦. Como ¨¦l mismo se define, un entrenador que llega 'del f¨²tbol de bronce' y que tiene m¨¢s m¨¦rito que ning¨²n otro colega en los ¨²ltimos tiempos: ascender a un equipo a la Primera Divisi¨®n con futbolistas an¨®nimos, asentarlo en la categor¨ªa, llevarlo a Europa y, en su primera temporada en ella, situarlo en la final.
El Valencia quiere ahora a Man¨¦ para que ocupe la pr¨®xima campa?a el sill¨®n vac¨ªo de C¨²per. Pero no hay nada claro. La soluci¨®n se ha pospuesto a mayo, cuando Man¨¦ sepa si es campe¨®n de la Copa de la UEFA y qu¨¦ competici¨®n jugar¨¢ el Alav¨¦s. Pero, si en Vitoria se mantienen las actuales condiciones de trabajo, le costar¨¢ despegarse de la comodidad que le ofrece su entorno.
El t¨¦cnico es el director de orquesta, pero hay otro elemento clave en la trastienda de la trayectoria albiazul que se escapa de lo casual y, por reiterado, se convierte en una se?al de identidad suya. Es el equipo del monumento al suplente. Ninguno protesta. Jam¨¢s se oye un reproche desde el banquillo. Y eso que Man¨¦ suele contar con un grupo reducido de 15 jugadores y el resto debe conformarse con las migajas.
En Kaiserslautern se vio un ejemplo escandaloso. Ra¨²l Ga?¨¢n, un chaval fichado del Barakaldo, de la Segunda B, hace tres temporadas y que este a?o hab¨ªa jugado en total cuatro minutos en la Copa de la UEFA, 65 en la del Rey y ninguno en la Liga, sali¨® en plena semifinal europea y marc¨® su primer gol en el f¨²tbol de ¨¦lite. Por cierto, el m¨¢s celebrado por sus compa?eros de los cuatro que anot¨® el Alav¨¦s en Alemania. Ga?¨¢n, por fin, se reivindic¨®: 'Ellos, los titulares, hacen el trabajo, pero nosotros somos los que les apretamos las tuercas. En todos los partidos marcamos en cuanto salimos al campo'. Parece una fanfarronada, pero no: es un hecho. Los suplentes en el Alav¨¦s callan, se resignan, acumulan mala sangre y la sueltan en los escasos instantes que les regalan. Y, por descontado, marcan goles. Incluso los jugadores del filial, como Juan Epiti¨¦, que ha actuado en 33 minutos y que tambi¨¦n tiene ya un gol europeo en su curr¨ªculo.
Pero en el Alav¨¦s hay un caso excepcional. Jurica Vucko es el tercero en la lista de los delanteros de Man¨¦, por detr¨¢s de Javi Moreno e Iv¨¢n Alonso, y aparece en el campo a ratitos, muy breves, de vez en cuando. As¨ª, poco a poco, ha sumado 211 minutos esta temporada en la Copa de la UEFA, que es una ruina. Sin embargo, ha marcado cuatro goles, que es una barbaridad. Un tanto por cada 52 minutos. Dif¨ªcilmente se da un caso similar en otros equipos, m¨¢xime teniendo en cuenta que este fen¨®meno tambi¨¦n se ha dado en a?os anteriores, siempre con Man¨¦ al frente.
El Alav¨¦s no deja de asombrar por la manera en que sube pelda?os. A todos, menos a los propios vitorianos. Tras clasificarse el equipo para la final, en la ciudad no hubo celebraciones. Apenas sali¨® alguien a la calle. Aparte del fr¨ªo, tres grados, y del inconveniente que supone que muchos no pudieron ver el partido por televisi¨®n -s¨®lo, de manera casual, a trav¨¦s de algunas parab¨®licas-, los seguidores vitorianos se han acostumbrado pronto al ¨¦xito. La final se asume con naturalidad, sin sorpresa.
A quienes m¨¢s ha entusiasmado la final de Dortmund es al presidente del club y a las autoridades locales. Gonzalo Ant¨®n anunci¨® ayer, de madrugada, que pretende fletar un tren desde Hendaya, en la frontera francesa, hasta Alemania para financiar el viaje a unos 7.000 aficionados. Adem¨¢s, prev¨¦ unos cinco aviones y desplazamientos particulares. 'Me gustar¨ªa que hubiera entre 12.000 y 13.000 vitorianos all¨ª', apunt¨®. En colaboraci¨®n con el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputaci¨®n de ?lava, el club ha pensado colocar 'una inmensa carpa' en la ciudad alemana para acoger a la afici¨®n espa?ola.
Mientras confirmaba estas intenciones, en Vitoria no se mov¨ªa un alma. Apenas hab¨ªa 15 personas esperando al equipo en el aeropuerto de Foronda. En contraste, m¨¢s ambiente se viv¨ªa en Balmaseda, un peque?o pueblo de Vizcaya, cuyos habitantes han dejado de un lado su natural vinculaci¨®n al Athletic de Bilbao para unirse a su vecino predilecto, a Jos¨¦ Manuel Esnal, el hombre que une todas las piezas en el puzzle del Alav¨¦s y que ayer desoy¨® a los aficionados que gritaban: '?Queremos el bigote de Man¨¦!'.
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